viernes, 24 de febrero de 2017

DIÁLOGO EN LA CALLE


.¿Qué te había dicho yo hace más de un año?.- Juanjo me paró en medio de la acera, con cara sonriente, ufano y con más ganas de hablar que un abuelo con quien le escuche sus batallitas.

-¡Hombre, Juanjo, buenas! Por saludar tampoco pasa nada, eh. – Siempre me pasaba igual con él. Era una de las personas que iba por la vida charlando con todo dios y opinando de todo. No solía acertar en nada, a excepción de los temas de chanchullos entre los mandamases.

-Bueno, sí, Felipe, hola. Pero, ¿te acuerdas lo que te contaba de los Urdangarín? ¡Que no pisan la puta cárcel, tío!- Hablaba alto, como si quisiera que todos cuantos se cruzaban con nosotros oyesen aquello tan importante que él había vaticinado.

- Tampoco es así, tranquilo, chaval. Si el Tribunal Supremo dice que sí, al trullo que te crio, ya lo verás. Bueno, por lo menos el Iñaki.-Ni yo me acababa de creer lo que había dicho, pero intenté razonar con él, aunque su cara era todo un poema de estupor e incomprensión ante mi respuesta. Y más aún cuando se detuvo con nosotros Amalio, otro de los habituales en las tertulias de bar de por la tarde

-¡Tú estás pirado, Felipe! ¿Pero te crees que los van a enchironar, a él y al Torres? ¡No te lo crees ni tú! Anda, ya.- Y miró a Amalio como deseando corroborar sus palabras.- Amalio, ¿qué te pareció a ti la sentencia y que suelten a semejante pájaro?

-Oye, Juanjo, ya lo hablamos infinidad de veces, cada vez que salía algún tipo de noticia sobre el dichoso juicio. ¿Qué quieres que te diga? ¿Que me lo esperaba o que no me lo esperaba.?- Amalio era más bien una persona tranquila, razonable, que solía inmiscuirse en cualquier conversación más que nada para escuchar, soltar un par de sentencias que imaginaba que irían a misa y luego dejarnos con la palabra en la boca antes de que pudiésemos replicarle. A mí eso, en ocasiones, me fastidiaba, pero era un buen paisano y tampoco había por qué decirle nada. Solía ser bastante sensato, a pesar de que parecía como si quisiera decir siempre la última palabra.

-Ya lo sé, Amalio, pero tú siempre defendiste la justicia de este país, así que ya ves en qué se ha convertido. ¿Acaso supones que la gente de la calle va a seguir creyendo en ella después de semejante veredicto? Bueno, llamarlo veredicto suena demasiado bien, mejor llamarlo patochada.- Juanjo no soltaba ni de coña. Su previsión de sentencia hacía más de un año no había quien la refutara, así que continuó echando pus por aquella boca contra todo lo que se moviera en el ámbito jurídico: jueces, abogados, fiscales, hasta políticos, juntos al mismo cajón de sastre, y luego volcándolos a todos en el muladar más abyecto de cuantos se pueden hallar: el de la vergüenza y la ignominia, el de la traición a la justicia basándose en leyes abstrusas hechas para el gusto de los poderosos y ante las cuales nunca jamás levantaron la voz, más bien lo contrario, hechas a gusto y medida de quien dispone de medios económicos, cuantos más mejor, para poder esquivar sus delitos mediante entramados e interpretaciones legislativos en tribunales que sirven al poder establecido.

-Mira, Juanjo, contigo, en días como hoy, no se puede discutir. Te lo dije muchas veces. Aquí está Felipe para atestiguarlo. Nunca confundas la justicia con las leyes. Mientras que la justicia emana de la conciencia del ser humano en general, las leyes lo hacen de los intereses de determinados seres humanos también, pero sin conciencia. No te equivoques. ¿Sería justo que Urdangarín y otros muchos estuviesen en la cárcel? Sí. Pero, aplicando las leyes que tenemos, por ahí andan, tan anchos y campechanos, como si no fuese con ellos la cosa. ¿Qué las leyes están mal? Tal vez. O más bien, claro que sí cuando permiten tropelías como estas. Pero, ¿viste alguna vez una huelga de abogados, jueces y demás contra las leyes que aprueban los políticos? No. ¿Por qué? Porque son todos los mismos y comen de ellas. Eso sí, a cuenta nuestra, de los de la calle, de los mismos de siempre. Toda la vida fue igual. No hay un solo país en el mundo donde impere la justicia, sino las leyes que aprueban, hechas a medida de los mismos que las aprueban.

Ahora, déjame un poco, anda. No sé para qué me detuve a estas horas. Están esperando en casa por el pan para comer. Con el cuento de que estoy en paro, y lo que te rondaré, morena, según están las cosas, mientras mi hija y mi mujer se desloman, a mí me toca hacer un poco de todo en casa. Y que conste, eh, que no me estoy quejando. ¡Qué más quisiera yo que estar trabajando de cualquier cosa! Aunque fuese de secretario de Urdangarín, para llevarle las compras y apañar la calderilla que seguro le sobrará de los próximos contratos que firme. ¡Hala, hasta la tarde!

Amalio continuó su camino, mientras que yo me quedé hecho un pasmarote mirando fijamente para Juanjo, que no era capaz ni de pestañear. Le di una palmada en el hombro y me despedí de él con un hasta luego. Después me dirigí yo también, jubilado, a comprar el pan, aunque aún me tocaría esperar casi una hora para comer con la mujer, que tenía el turno de día en la fábrica y no saldría hasta las tres. Antes de la doblar la esquina de la calle, giré la cabeza y vi a mi amigo Juanjo, serio y cabizbajo, sentado en un banco junto a la frutería.

Que ustedes sigan bien, no se quemen mucha sangre y arránquense con una sonrisa de vez en cuando, les ayudará a sobrellevar hechos así.

viernes, 10 de febrero de 2017

GUSTAVO FDEZ: CRONISTA OFICIAL DE GRAU


Hoy, a las ocho de la tarde, tendrá lugar en Grau un acto del cual me sentiré especialmente orgulloso de asistir porque conlleva un reconocimiento expreso y merecido a una persona honesta, diligente y emprendedora que lleva trabajando por esta villa más de veinte años sin otro afán más que el de hacerla cada día que pasa mejor en el ámbito de la cultura en general.
Se trata de la toma de posesión como Cronista Oficial del concejo de D. Gustavo Adolfo Fernández Fernández.
Esta persona, desde que acabó sus estudios de Historia, especializándose en Archivística, Biblioteconomía y Documentación, en Santiago de Compostela, regresó a Grau y no tuvo en la cabeza nada más que colaborar con cualquier actividad que supusiese un crecimiento gradual y activo de su pueblo en los ámbitos culturales, artísticos y de comunicación de la villa.
Su trabajo como encargado de la biblioteca, la cual modernizó haciendo de ella un lugar de encuentro de todos los sueños e intereses de personas inquietas por la dinamización cultural y artística de la villa, su organización y/o participación en asociaciones, foros, revistas literarias, de historia, de antropología,de etnografía, con grupos de artes plásticas,  etc., pasando por la gestión de las actividades culturales municipales, su autoría de numerosos artículos periodísticos publicados en varios diarios y publicaciones, sus libros de investigación sobre el entorno de Grau e incluso sobre el Camín Real de La Mesa, etc. han hecho de él un personaje único en Grau.
Pues bien, desde el pasado junio de 2016 es considerado por el Ayuntamiento como Cronista Oficial de Grau, nombrado por unanimidad de todos los miembros de la corporación. Y hoy, como decía al principio, tomará posesión de dicho título en La Capilla de Los Dolores, en un acto oficial que organiza el Ilmo. Ayto. de Grau y la A.C. Valentín Andrés.
Vaya desde aquí mi más sincero reconocimiento, mi más sentido respeto por el trabajo que ha realizado y, estoy seguro, seguirá realizando en pro de nuestra villa, mi más efusiva enhorabuena, mis felicidades por el cargo expresadas desde los más profundo de mi corazón y mi más honda satisfacción por un nombramiento que es más que merecido.
Y ahora, Gustavo, ya sabes, a sacar tiempo, más aún, de debajo de las piedras, aunque tengo claro que ya investigaste sobre ello y sabes perfectamente de dónde lo extraerás.
Gracias, Gustavo, por todo cuanto aportas a nuestro concejo...Y lo que nos queda por ver.
 
A seguir bien, disfrutar del día y echar una sonrisa, al menos cada minuto, para llevar la vida con alegría, que ésta es salud.

miércoles, 8 de febrero de 2017

POLÍTICOS NACIONALES: ¿DÓNDE?


Que Javier Fernández, que desempeña, o eso dicen, la función del Presidente del Principáu d’ Asturies y actualmente también “jefe” de la gestora del PSOE nacional, sea considerado según el último barómetro del CIS como el dirigente español a nivel estatal mejor valorado debería darnos una idea de cómo está el panorama político español en este momento.
No obstante, y sin ir más lejos, hemos de reconocer que los españoles han escogido a una persona que precisamente no es una de las elegidas para encabezar ninguna lista de partido, al menos de momento, de cara a próximas elecciones nacionales. Esto induce a pensar que la falta de confianza en los actuales cabezas de lista sigue siendo de lo más preocupante para nuestro país, incapaz de generar o de sacar a relucir una cabeza pensante bien acondicionada y amueblada que llegue al corazón y a la mente de una mayoría de españoles. Seguramente que haberlas, haylas, pero los aparatos anacrónicos de los actuales partidos políticos siguen funcionando como una máquina perfectamente engrasada que destruye cualquier opinión que ellos consideren una impureza capaz de apartarl a los actuales dirigentes de su cuota de poder.
Ya vemos como en el PP no se mueve nadie sin que la tríada Rajoy, Soraya y Cospedal lo aprueben, un monolitismo difícil de romper ya que las cuotas de mando las tienen perfectamente repartidas entre ellos tres y sus acólitos. En el PSOE les crecen hasta los enanos, con un Patxi López que no sabe dónde se metió, un Sánchez desnortado aunque terco en su no es no, y una Susana Díaz que no acaba de deshojar la margarita, aunque todo el partido dé por hecho que, cuando esté segura de su victoria por aplastamiento del contrario, dará el sí quiero, aunque también lo estaba en Andalucía cuando adelantó elecciones y en cambio no consiguió la mayoría absoluta ni el trituramiento de sus opositores que buscaba con aquella medida teniendo que refugiarse en los brazos de Ciudadanos. Este último partido, de la mano de Albert Rivera, que laminó a sus oponentes, como estaba cantado, se distancia de la social democracia, de la que ya estaba más que alejado, para encomendar su hipotético y onírico triunfo electoral al liberalismo progresista, que ya irá explicando cómo se come a la vista de los pactos alcanzados con el PP al comienzo de esta legislatura y los resultados que le están dando, por más que intenten sacar pecho, explicar sus logros y justificarse como si hubiesen sido los reyes del mambo, cuando en realidad Rajoy los interpreta de oído según su propia escala musical. Y Podemos ya lo ven: en busca del poder absoluto la deidad que encarna Pablo Iglesias y echándole un cable al cuello su gran visir hasta hace poco Íñigo Errejón; alrededor suyo, los demás, incluso el movimiento anticapitalista de Miguel Urbán que no sabe ya por dónde tirar, si es que le queda algún resquicio, para poder influir y arreglar algo en el resultado de esta lucha que, si no lo remedian, acabará desmembrando el movimiento surgido del 15 M.
Así las cosas, ¿quién se extraña de que Javier Fernández, ese político asturiano que nos dirige en mi tierra, sea el mejor valorado en la encuesta del CIS? No hay más que verlo para sentirnos igual: él,  triste y preocupado por el futuro…, el suyo y el de los demás que viven encastillados como él a cuenta del ciudadano; nosotros, tristes y preocupados también, viendo lo que nos está cayendo encima con la merma de derechos y libertades que poseíamos o creíamos poseer antes de estos últimos años, la pérdida de poder adquisitivo y de poder para enfrentarnos a quienes abusan de nosotros, aumento de la pobreza entre los más y de riqueza entre los menos o el agravamiento de las condiciones laborales, educativas, sanitarias y sociales de la mayoría de los españoles, entre otras cosas.
Con todo y con ello, una pizca de confianza deberíamos mantenerla, más que nada porque, a fin de cuentas, y aunque podría o puede ser peor, el futuro debemos escribirlos los españoles en vez de esperar que nos lo escriban. Y se consigue con ese paso adelante que deben de dar personas cualificadas, competentes, cumplidoras y fieles a sus palabras y a sus ideas, capaces de volver a ilusionarnos a todos, sean del partido que sean, con justicia, honestidad y sentido común. Es la única manera de cambiar este país. Habrá que encontrarlos, digo yo.

Bueno, no se aflijan, sigan confiados en un futuro mejor y no pierdan la sonrisa, que es lo peor que nos podría pasar, aun en momentos difíciles.

viernes, 3 de febrero de 2017

RÍO MARTIN. COMO LA LECHE





Hace, creo, más de un año me extrañaba de que uno de los ríos que atraviesan esta villa de Grau bajase de vez en cuando de un color blancuzco totalmente fuera de lugar. El río Martín. A lo mejor les sucede otro tanto de lo mismo a otros, no sé. No obstante, no le encontraba explicación a semejante hecho ni tampoco ahora. Me explico: hace unos días, el pasado lunes, al ir a dar un paseo a media tarde, subí por el paseo fluvial que va desde el puente de la avenida Fernando Villabella hasta el puente de La Podada. Otra vez el río volvía a tener ese aspecto lechoso, irreal, casi más propio de un cuento fantástico cuyo autor hubiese echado a volar su imaginación hacía lugares o historias fuera de lo común.


Me preguntaba entonces y me sigo preguntando ahora cuál es la causa de esta anormalidad. No había llovido en abundancia, cuatro gotas nada más, y no era lógico pensar que la razón estuviese en los restos de polvo o arenas de los caminos arrastrados por el agua de lluvia, o ni siquiera se me pasó por la cabeza que hubiese cuatro ganaderos que hubiesen arrojado en un ataque de enajenación mental su producción de leche al río, porque tendrían que haber almacenado la de todo el año para ello.

O sea, que las causas habría que buscarlas en otro lugar y en otra actividad. Pero parece que a nadie le importa. No sé si el estado del río afecta al entorno y al cauce del lecho, de si afecta a la población piscícola o no. Pero..., mientras en otros concejos cualquier noticia sobre contaminación extraña en los cursos fluviales es noticia de un día para otro, aquí en Grau nadie se entera. ¿Será que nadie se quiere enterar o habrá otros motivos ocultos por los cuales a alguien le interesa más mirar para otro lado?


 
 
Sigan ustedes disfrutando de febrero y no se olviden de sonreír.