¡Vaya
lío que se tienen montado los medios de comunicación con el mundial de fútbol
de Catar! Resulta que la noticia principal de este acontecimiento es su sede,
un país donde los derechos humanos se saltan a la torera de acuerdo con los
parámetros de la cultura occidental. Y es verdad, personalmente me he sentido
estafado por la concesión de este evento sin parangón en el planeta para los
fans del balompié, no solo por el lugar elegido sino también por la forma
chapucera y corrupta con que los representantes de la FIFA lo acordaron.
No
obstante sí que existe una cierta hipocresía a la hora de evaluar este mundial
en relación a la cantidad de derechos que, a mi modesto entender, conculca y
desprecia de modo sibilino y, lo que es peor, apoyado por la opinión de unos
pocos que, por desgracia para las democracias europeas puesto que muchos
pertenecen a ellas, se empeñan en defender y explicar como formas de entender
la cultura de países distintos a los nuestros. Seguramente, no lo dudo, pero de
ahí a que algunas de esas formas de entender la vida sean respetables…. Vamos,
que no.
Y
a pesar de ello, fijaos por lo que digo lo de la hipocresía, que es un concepto
más que extendido por nuestra cultura occidental, aunque no lo creáis, nadie
hasta ahora ha abogado por evitar que grandes y fastuosos eventos de otros
deportes se lleven a cabo en países semejantes: Fórmula 1, Mundial de
Motociclismo, el LIV Invitational de Golf, participación de selecciones
nacionales de naciones de este tipo en campeonatos continentales o mundiales,
grandes clubs de fútbol europeos en manos de jeques o supermillonarios con
fortunas más que oscuras, exhibiciones de tenis, etc., etc.
O
sea, el Mundial de Fútbol de Catar no deja de ser otro acontecimiento más de
tantos como se celebran en lares semejantes y mejor harían quienes lo critican
en alzar la voz en favor de todos los que protestan por estos desmanes y en
contra de quienes apoyen semejantes actitudes feudales, caciquiles,
dictatoriales que existen en todo el planeta. Incluidos gobiernos.
Si
la razón es que Catar no respeta los derechos humanos y la culpa es de la FIFA y de las Federaciones
de todos los países que participan en ella, acusad de lo mismo a las demás
Federaciones que lo permiten en sus respectivos deportes.
Claro
que… ¡el euro, la libra, el dólar, son el euro, la libra, el dólar! Lo demás,
palabras huecas que se lleva el viento.
Como estas que escribí.