viernes, 22 de septiembre de 2023

PODER, PODER

 

No queda casi nada para que Feijóo se pegue el gran trompazo. Se metió en camisa de once varas aposta y, sin comerlo ni beberlo, cuando se vaya a dar cuenta, aunque ya se la habrá dado supongo hace días, le habrá salido rana la opción de presidir España junto a su amigo Abascal y no le quedará otra que meter la cabeza bajo las alas y apechugar con los resultados. Y es que los resultados electorales y los pactos con Vox no creo que aún los haya digerido convenientemente, de ahí sus bandazos durante las últimas semanas.

 Y, claro, en el PP le moverán el sillón en cuestión de pocos meses, situación que conoce a la perfección después de haber sido testigo directo de la defenestración de Casado. Me pregunto si se acordará.

Ahora, en cuanto un día se levante de esa poltrona acolchada, en cualquier momento de vuelta se encontrará el sitio vacío, habrá en otro despacho alguien que estará sentado en él porque lleva años anhelándolo hasta el punto de cargarse por el camino a quien se le ponga. E incluso me atrevería a decir su nombre, pero me conformo, en los tiempos que corren, con apostar por una  mujer. Aunque mucho me temo que no será por feminismo ni nada de eso tan de moda hoy en día, sino que ha de ser una persona que sea vista como alguien que no le calle ni al lucero del alba, por más que haya sido la causante con sus decisiones de verdaderos dislates y suelte en sus discursos estupideces a montones; a fin de cuentas, dislates y estupideces se olvidan con el paso de los días o se puede cambiar de opinión como buena farisea para alcanzar su objetivo, para llegar al poder y le dará igual ocho que ochenta: Algo así como la doble de Sánchez en versión PP.

jueves, 7 de septiembre de 2023

REVUELO

 

¡Menudo revuelo el de la amnistía de algunas personas privilegiadas que se quieren aprovechar de la debilidad de la clase política española! O tal vez no sea debilidad, sino ambición, concepto este más aproximado a la realidad, a la vista de los hechos.

Supongo que todo se explica desde el punto de vista de algunos trepadores que quieren convencer con que la política es la política y hace compañeros de viaje tan extraños que apabullan a un ciudadano medio.

Por un lado, Feijóo, que no tiene los votos suficientes, o eso parece, para convertirse en Presidente de este país, anda dando palos de ciego esperando que baje el Espíritu Santo e ilumine a alguien (cuatro votos más necesita) que lo apoyen; por el otro, Sánchez, que pactará con el diablo, si es preciso, para seguir en el sillón. Y aún me atrevería a más, a Yolanda, cuyo anhelo por figurar está fuera de toda duda y se aliará con quien le venga en gana mientras ella pueda seguir en la cresta de la ola mandando.

Si por lo que parece, la disyuntiva que nos espera se resuelve a favor de un gobierno semejante al anterior, ¿volveremos a tener al cargo de diferentes ministerios a gente preparada o nos obsequiarán con ciertos inútiles como alguno de sus predecesores?, ¿tendremos que cambiar textos de la Constitución y los votará el pueblo español o sacarán leyes porque sí que solo convencerán a una minoría de ciudadanos, aunque quienes las aprueben digan que representan a la mayoría?, ¿nos creemos que habrá legislatura para cuatro años o no?, ¿comulgaríamos con un referéndum en alguna de las Comunidades Autónomas?, ¿veríamos a personajes de pandereta dirigiendo en las sombras o desde fuera a este país?. Y así podría seguir enumerando preguntas y más preguntas sin respuesta, o al menos sin una que me pueda convencer, porque a fin de cuentas la política es la política, me explicaron, y lo que se diga hoy ya no sirve mañana.

Por último, ¿por qué se empeñan algunos partidos en hablar de una mayoría progresista, como si esta fuese la mayoría de izquierdas, en contra de un bloque conservador, o sea de derechas? ¿Es que el PNV o Junts (aquella antigua Convergència Democrática de Catalunya, del Sr. Pujol y sus amiguetes) son de izquierda, o de centro izquierda o de extrema izquierda, como para formar parte de una mayoría progresista? Ah, los intereses; no son algo de derechas ni de izquierdas, lo son del dinero y del poder.

¡Pobrecitos los españoles de a pie a quienes nos hacen comulgar con cualquier cosa, hasta con ruedas cúbicas de molino de hidrógeno verde!