sábado, 24 de diciembre de 2022

HAY TIEMPO, CLARO QUE LO HAY

 

Ayer tenía sueño. Nada más acostarme no fui capaz ni de leer una sola página del libro en el que estoy inmerso, una novela negra, policiaca, de esas que te enganchan y no te dejan estar tranquilo si no es estando dentro de ella. Y en cambio, ayer no pude. Los años, me dije. Seguramente. Viernes, las diez de la noche, y el cansancio acumulado probablemente a lo largo de la semana, con madrugones diarios, acaban por pasar factura. De repente, me vino a la cabeza, poco antes de sumirme en el sueño, mi fecha de nacimiento. Fue casi un abrir y cerrar de ojos. Mi DNI no se equivoca, no. Y el tiempo, irreversible en su discurrir, me acerca hoy a una nueva Nochebuena, a recuerdos que significaron para mí, hace ocho años, horas de espera, de nervios, sentado en una de esas sillas incomodísimas de los hospitales, levantándome, paseando por los pasillos arriba y abajo sin otra cosa en mi cabeza que aguardar por el nacimiento de una nieta, suspirando porque el parto fuese normal y que mi hija saliese bien de él. Incluso rogando a Dios, a la Virgen y a los Santos que le echasen una mano, y mira que yo no soy de iglesia. Y todo salió bien, aunque ya habían pasado unos minutos de la medianoche y todo sucedía en el día de Navidad, gracias a ellos y a los médicos y enfermeras y… Toda ayuda se agradece. Entonces, casi con sesenta tacos encima, aún presumía de aguante. Ja. La ilusión, dicen, es lo último que se pierde. Un día más y otro y los años poco a poco se le echan a uno encima. Y entonces, un día como ayer, entre las brumas que preceden al sueño, caí en la cuenta: ¡Mira el carnet, Luis, míralo!

Ahora, a media mañana de este nuevo día, recuerdo ese instante, pero para decirme que el tiempo no solo pasa con el fin de tener recuerdos, sino también para saber que hay que disfrutar a tope de ellos y vivir con afán y entusiasmo los años venideros, empezando por ya mismo. Y en ello estoy. No os olvidéis de hacer lo mismo. Aunque un viernes a la noche se tenga sueño, mucho sueño, y no os deje continuar con aquello que estéis disfrutando. Que al día siguiente, sabed, habrá tiempo otra vez para ello.

Felices fiestas.

jueves, 22 de diciembre de 2022

PAÍS DE M...

 

¡La que se ha armado en España entre el poder legislativo y el judicial!

Es lo que sucede cuando, a pesar de todos los vozarrones de quienes viven a cuanta de ella, tenemos una Constitución obsoleta en una democracia débil. Buf, país de m...

No pasa nada, cosas insignificantes, si atendemos a algunos periodistas que le echan la culpa a unos; cosas importantísimas si oímos a otros periodistas que le echan la culpa a los otros. Hechos irresponsables los acaecidos, unos por una razón y otros por otra, si escuchamos a los políticos de uno y otro signo. ¿Y los ciudadanos? Pues nada. A su aire y a su bola. Ya lo arreglarán, total a ellos no los escuchan ni unos ni otros. Tanto en el Gobierno como en el seno de los partidos con representación parlamentaria lo único que buscan es mantenerse en el poder a costa de las bajadas de pantalones que se necesiten. Unos para obtener esto y otros para obtener aquello. Todos, a la vista de lo sucedido, cortados por el mismo patrón, unos del derecho y otros del revés.

Y entre los representantes judiciales otro tanto de lo mismo. Si atendemos a las explicaciones de una determinada asociación de jueces hay que hacer lo uno, pero si nos fijamos en las palabras de otra determinada asociación de jueces, lo que debería hacerse es lo de más allá. O los fiscales, que dicen ahora una cosa y se enfrentan a los jueces más o menos dependiendo del fiscal jefe y de quien gobierne. Que todos ellos se aclaren o que aprendan a resolver los problemas judiciales de la misma forma. No hay derecho a que la misma ley tenga lecturas distintas y lo paguemos los de siempre. Que las hagan bien o que corrijan al poder legislativo, si fuese necesario, para evitar distintas interpretaciones. Pero que los españoles nos podamos sentir tranquilos sabiendo lo que hay y lo que no.

Y todo el “fregao” porque se quieren aprobar unas leyes que a unos les gustan y a otros no. 

Si atendemos a la explicación de algunas personas, el Parlamento es la sede de la soberanía popular y donde se legisla. Pues vale. Lo que no se puede pedir es que esa soberanía obtenida mediante unas votaciones generales se mantenga cuando los programas con los que lograron sus votos ya no son los mismos. No es lo mismo pedir el voto basándose en un montón de promesas y que por esas lo votan, que después cambiar lo prometido por otras, ya que entonces las condiciones cambiarían y el voto del que presumen no puede servirles de sostén para seguir viviendo a cuerpo de rey.

Si llegase el día que las promesas electorales, el programa, programa, programa, como decía Anguita, no puedan ser cambiadas a riesgo de que los responsables del cambio puedan acabar en la cárcel por estafar a los ciudadanos antes de unas elecciones con promesas  falsas, ese día se terminarían todas las fechorías que se cometan a espaldas de los votantes y que desde el poder se pudiesen tramitarlo que en ocasiones tanto enfurece a la gente.

¿Es extraño, pues, que los españoles no crean en sus políticos, en estos que tenemos u otros que puedan proceder igual? ¿Parece razonable que cuando hablan de la separación de poderes nadie se lo crea?

Venga, hombres, comportaos como lo que sois, gestores de todas las ilusiones que vuestros seguidores depositaron en vosotros para hacer una España mejor. No traicionéis los principios de quienes os han elegido y dad ejemplo de respeto, talante y seriedad tanto en las intervenciones como en las decisiones para que el país esté orgulloso de su democracia y de su Constitución, esa que ahora mismo se incumple caprichosamente en favor de intereses de unos o de otros.

miércoles, 7 de diciembre de 2022

EN ALEMANIA, ¿INTENTO DE GOLPE DE QUÉ?

 

 

¡Coño, tú, que hoy, cuando encendí la tele a media mañana, me encuentro con la noticia de que hay una importante operación policial en Alemania encaminada a acabar con un grupo de ultraderecha que planeaba un golpe de estado en el gigante teutón!

No me lo podía creer. ¿En Alemania? ¿Un golpe de estado? Vamos, que no sería tanto. Allí esas cosas no ocurren, es el corazón de Europa.

Me acuerdo de nuestro gobierno central explicando desde hace unos meses que el delito de sedición es obsoleto, que en  ningún país desarrollado de nuestro entorno existe, que aquí en España hay que acabar con ese desajuste. O sea, ¿que cómo es eso de llamar a lo que sucede en Alemania un intento de “golpe de estado”? Bah, son los periodistas que siempre buscan por la tremenda la noticia del día.

Para mí que lo que intentaban esos de ultra lo que sea, que me da igual de un lado que de otro, era organizar unos desórdenes públicos con cualquier cuento que les pasara por la cabeza. Igual que en Cataluña hace unos años. Ocurrencias de gente que no tenía otra cosa mejor que hacer y que viven del chollo presupuestario de todos los españoles.

Hasta un aristócrata había ahí entre los germanos intentando dar algo de guerra. ¡Qué cosas, oye! Es raro que gente de semejante casta privilegiada ande metida en estas cosas, allí o aquí, donde sea, para seguir permitiéndose vivir a lo grande. ¡Ínfulas seguramente de algunos paranoicos para quienes en tiempos pasados siempre les fue mejor, añoranza de seguir mandando a golpe de látigo, físico o económico, qué más da!

Supongo que esta noticia de la algarada (perdón, del intento de golpe de estado) solo será para echar cortinas de humo a los problemas económicos acuciantes por los que pasamos los europeos, y los alemanes van casi a la cabeza. Con eso de planificar desórdenes públicos (uy, no, un golpe de estado), lo arreglarán todo, ya lo veréis. Si no, se lo explicará Sánchez, recién elegido Presidente de los socialistas europeos. Y si él no es suficiente, se llevará a Rufián o Junqueras o…, que saben mucho de esos temas. Y como última opción le queda aún a Puigdemont, que pasó por Alemania y no le encontraron ningún tipo de delito, soltándolo ipso facto.

Así que un intento de golpe de estado, eh… ¡Qué cosas hay que oír!

Porque si es verdad, uf, me pregunto qué delito habrán cometido.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

HIPOCRESÍA Y DEPORTE

 

¡Vaya lío que se tienen montado los medios de comunicación con el mundial de fútbol de Catar! Resulta que la noticia principal de este acontecimiento es su sede, un país donde los derechos humanos se saltan a la torera de acuerdo con los parámetros de la cultura occidental. Y es verdad, personalmente me he sentido estafado por la concesión de este evento sin parangón en el planeta para los fans del balompié, no solo por el lugar elegido sino también por la forma chapucera y corrupta con que los representantes de la FIFA lo acordaron.

No obstante sí que existe una cierta hipocresía a la hora de evaluar este mundial en relación a la cantidad de derechos que, a mi modesto entender, conculca y desprecia de modo sibilino y, lo que es peor, apoyado por la opinión de unos pocos que, por desgracia para las democracias europeas puesto que muchos pertenecen a ellas, se empeñan en defender y explicar como formas de entender la cultura de países distintos a los nuestros. Seguramente, no lo dudo, pero de ahí a que algunas de esas formas de entender la vida sean respetables…. Vamos, que no.   

Y a pesar de ello, fijaos por lo que digo lo de la hipocresía, que es un concepto más que extendido por nuestra cultura occidental, aunque no lo creáis, nadie hasta ahora ha abogado por evitar que grandes y fastuosos eventos de otros deportes se lleven a cabo en países semejantes: Fórmula 1, Mundial de Motociclismo, el LIV Invitational de Golf, participación de selecciones nacionales de naciones de este tipo en campeonatos continentales o mundiales, grandes clubs de fútbol europeos en manos de jeques o supermillonarios con fortunas más que oscuras, exhibiciones de tenis, etc., etc.

O sea, el Mundial de Fútbol de Catar no deja de ser otro acontecimiento más de tantos como se celebran en lares semejantes y mejor harían quienes lo critican en alzar la voz en favor de todos los que protestan por estos desmanes y en contra de quienes apoyen semejantes actitudes feudales, caciquiles, dictatoriales que existen en todo el planeta. Incluidos gobiernos.

Si la razón es que Catar no respeta los derechos humanos  y la culpa es de la FIFA y de las Federaciones de todos los países que participan en ella, acusad de lo mismo a las demás Federaciones que lo permiten en sus respectivos deportes.

Claro que… ¡el euro, la libra, el dólar, son el euro, la libra, el dólar! Lo demás, palabras  huecas que se lleva el viento. Como estas que escribí.

jueves, 21 de julio de 2022

INCENDIOS

 

La ola de calor ha sumido a España en una vorágine de incendios que no acaban nunca. Los miles y miles de hectáreas quemadas durante los últimos días nos avisan de un futuro incierto en muchas zonas de nuestro país en lo que a forestación se refiere. Si uno hace caso a estudios, tal vez demasiado pesimistas pero no por ello muy alejados de una base real, una gran superficie del sur y sureste peninsular se acerca a una desertización acelerada a causa de las altas temperaturas que se prevén, de acuerdo a las teorías más avanzadas sobre el cambio climático, y que afectarán en pocos lustros a estas tierras.

Es penoso contemplar, pues, en este momento en que el infierno se ha desatado por zonas del norte, sur, este y oeste peninsulares en forma de destrucción completa de grandes masas forestales consumidas por incendios atroces, cómo durante los últimos años, muchos por desgracia, cuando ya  se vislumbraban las consecuencias del aumento de temperaturas global en nuestro planeta, se hizo caso omiso por parte de todos los gobiernos del estado, igual centrales que autonómicos, de las graves consecuencias que por ello sufrirían sus ciudadanos. Se permitían únicamente llenarse la boca con palabras huecas muy emperifolladas cuando hablaban de ecología y medio ambiente, pero no dedicaban ni un céntimo a paliar unas carencias que entonces ya se adivinaban funestas para la existencia de miles y miles, millones, de ciudadanos. A día de hoy continúan igual. La culpa de los incendios, según quién opine, es del cambio climático o de la gestión de un gobierno determinado, es decir, siguen cerrando unos y otros los ojos. Mueren personas como resultado de la lucha contra el fuego y, aparte de coincidir en palabras de pésame, que no de responsabilidad, solo se echan la culpa entre los políticos sobre la cantidad de medios que hay o no hay. Hasta por unos bocadillos se monta la marimorena.

En las tertulias, los opinadores, que no expertos, salen en defensa de unos y otros con ridículas maneras de enfocar la cuestión, a menudo a toro pasado. Nadie lo hace atendiendo al fondo del problema.

Solo hay un culpable de esto y es el político que nos manda, en cualquier sitio, del partido que sea. Ninguno ha realizado durante las últimas años un plan forestal para repoblar, limpiar, aprovechar la riqueza sostenible de nuestros bosques, crear brigadas que cuiden de ellos durante el año, hacer cortafuegos, impedir que la maleza hoy se coma los alrededores de los pueblos, que se abandonan a pasos gigantescos, aumentar los medios y el personal que se dedica a la lucha contra el fuego, etc. Claro que puede valer una gran cantidad de millones de euros, pero seguramente estarían bien empleados. Lo que sucede con estas inversiones es que sus réditos se notarían a medio y largo plazo y eso no les asegura los votos para los próximos comicios. Solo piensan en continuar en sus puestos bien remunerados y con la vista puesta en las próximas listas electorales, a ver si sigue el chollo.

sábado, 16 de abril de 2022

¡¡LA RUEDA DE LA GUERRA, PUTA GUERRA!!

Primero enmudeced ante la injusticia,

alzad indefensos los ojos al cielo

y

rezad, rezad por tantos cuerpos mutilados;

postraos de rodillas ante la barbarie;

llorad, llorad ante tanta tumba olvidada

en cunetas o en yermos páramos,

ante tantos cadáveres sepultados

por bombas, escombros o cenizas,

ante seres amados desaparecidos o calcinados;

sentid, sentid las lágrimas saladas

que nacieron en sus ojos despavoridos,

que corrieron por sus mejillas de vida

antes de finalizar atónitas ante la muerte;

gemid, gemid a la vista de esas sonrisas

truncadas de repente por el odio irracional.

 

Mas luego,

abrid vuestros brazos, vuestras almas,

a la incomprensión y a la rabia,

a la tristeza, al dolor y al resentimiento;

olvidad la esperanza y la ternura;

aborreced,

dedicad vuestros esfuerzos a la venganza,

al rencor, a la intolerancia y a la sinrazón.

Afligíos primero, levantad vuestros cuerpos

después,

volved la mirada atrás

un segundo,

rebuscad en la memoria

e id a la guerra.

Matad con saña, sin piedad, sedientos

de sangre y de abominación.

Matad sin misericordia

ávidos por ver la angustia, entre tormentos,

ansiosos

por ver el terror en los rostros

de vuestros enemigos.

Y ahora,

pensad, pensad, sois vosotros quienes

decidís sobre la vida,

sobre la propia y la ajena.

¡Sois héroes!

Hoy vencedores, 

ayer vencidos.

 

¿Y mañana?  

La rueda gira y gira,

y se mueve sin pausa

ante el silencio expectante de los dioses

impulsada por la ambición,

por la locura de los hombres,

incapaces de expiar sus culpas,

proclives a repetir sus pecados.

Y el hoy la Historia lo entierra,

con sus muertos y sus asesinos,

en fosas comunes de desmemoria

hasta que un vendaval de olvido

borre el último resquicio

de la conciencia del bebé recién nacido.


¡¡Guerra, maldita guerra!!

¡¡Novia, maldita novia del ser,

de traje diamantino

y de carteras doradas,

que agasaja a los invitados

con un golpe de su guadaña!!

¡¡Perra vida, vida perra, la que nos

proporcionan los de ropajes áureos

y su ramera guerra!!

¡¡Hijos de puta!!

¡¡Hijos de perra!!

¡¡Muerte, muerte, muerte!!,

gritan, mientras vociferan

¡¡Guerra, guerra, guerra!!

Y al tiempo que en sus bolsillos

caen tintineantes

miles, millones de monedas,

todas teñidas de sangre,

entretanto, en las calles,

de las que se adueñan

la miseria y el hambre,

seres monstruosos

que antes fueron humanos

se humillan, víctimas inocentes,

y siembran las calzadas

con el rocío de sus rezumantes ojos

regado con el humor rojo y espeso

que vacía sus entrañas.


¡¡Muerte, a la guerra, muerte,

a la guerra, muerte, a la guerra!!

¡¡Hambruna, podredumbre, depravación,

odio, desprecio, desesperación!!

¡¡Venganza, venganza, venganza,

ignorancia, incultura, inhumanidad!!!

¡¡Muerte, muerte!!

¡¡A la guerra, muerte!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 5 de abril de 2022

GUERRA Y CRUELDAD

          Ayer, imágenes aberrantes de muerte dieron la vuelta al mundo. Imágenes procedentes de ciudades de la periferia de Kiev. Acusaciones de asesinatos de civiles por parte de las tropas rusas que invaden Ucrania y que nos recuerdan la barbarie que se deriva de una guerra. No obstante, no sé qué tienen de extrañas tales matanzas. Es una guerra, señores, una GUERRA, y por más que nos la vistan con colores de victoria o de derrota, el salvajismo es la tónica dominante durante una confrontación de este tipo. Los crímenes de guerra han tenido lugar de forma apabullante en cualquiera de los enfrentamientos armados que se han sucedido a lo largo de la Historia y siempre los criminales fueron acusados por unos o por otros según en el bando en que cada uno se hallase. El respeto a los derechos humanos se salta  a la torera en cualquier zona de cualquier país del mundo.

En este tipo de bestialidades, los cañones destruyen igual objetivos civiles que militares. No hay distinción a la hora de obtener la victoria, por las armas o sembrando el pánico y el horror entre la población.

A lo largo del último siglo, hubo para dar y tomar por parte de unos y otros contrincantes. Los nazis destruyeron Varsovia y los aliados Dresde, por ejemplo, y no por ser precisamente objetivos militares; la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, con casi doscientos mil muertos más las secuelas posteriores en los descendientes de los supervivientes, fue la mayor aberración cometida durante cualquier guerra habida hasta la fecha; en Vietnam hubo sucesos horripilantes por parte de ambos bandos; más recientemente, en Irak, invadido en base a falsedades, no hubo perdón ni siquiera para los periodistas que intentaban contar la verdad, como sucedió con José Couso; en Guantánamo se siguen violando los derechos humanos, pero nadie se atreve a protestar ni poner sanciones; en Siria hubo denuncias de uso indiscriminado de armas prohibidas y ahí sigue el responsable tan campante; en Sudáfrica el racismo imperó durante décadas y décadas protegidos sus gobernantes por Occidente y por sus riquezas; en el golfo Pérsico la desigualdad entre hombres y mujeres o las penas impuestas a algunos delincuentes o reos continúa y las naciones oyen, ven y callan porque esos países son quienes son y mandan lo que mandan; en China, otro tal de lo mismo; durante la invasión de China por parte de Japón hoy se han descubierto barbaridades de toda clase cometidos por este último; Israel  se carga palestinos a diestro y siniestro, sabiéndose inmune a cualquier tipo de sanción que nunca existirá, cada vez que un grupúsculo terrorista les lanza un cohete; en las dictaduras de Chile o Argentina, en Yemen, en Sudán, en Congo, y así podríamos continuar sin cesar durante folios y folios.

Un siglo, cien años, son muchos años en la Historia de nuestro planeta como para obviar lo incuestionable: La GUERRA, cualquier guerra, es una salvajada y esta solo puede dar como resultado la crueldad más absoluta. No nos echemos las manos a la cabeza, o más bien no las bajemos de ella porque día tras día en algún lugar del mundo se siguen cometiendo atrocidades semejantes. Quien más y quien menos, a poco que pensemos, hemos sabido que las mayores barbaridades acontecen en estos conflictos. Por eso, ahora, cuando autoridades de muchos países piden que Putin, dictador supremo ruso que alcanzó la cima del poder espoleado de alguna manera por las acciones de la propia UE en los últimos lustros, sea juzgado por el Tribunal de Derechos Humanos por su responsabilidad en estos asesinatos en Ucrania, yo me paro a pensar que desde 1995 la ONU declaró la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra o de lesa humanidad, pero, a pesar de ello, apenas nunca se procedió contra otros mandatarios.

Claro que, sabiendo que países como China, Rusia o EEUU no pertenecen ni siquiera al Tribunal Penal Internacional con el fin de que nadie ose investigar sus tropelías, tendríamos que encabronarnos. No sirve de mucho, poco menos que gestos contrariados contra la arbitrariedad con qué toman y se aceptan tantas y tantas desgracias, mas a sabiendas de la inutilidad de nuestras justas pero vanas protestas. Es el recurso del pataleo baldío, un berrinche más.

Entre ellos tres se lo guisan y se lo comen. El resto formamos parte del atrezzo o somos meros figurantes pasivos en esa obra melodramática que llevan representando magistralmente durante las últimas decenas de años los mismos actores de siempre.

 

 

 

lunes, 21 de marzo de 2022

RESPONSABILIDAD, SEÑORES DEL GOBIERNO

            Continúa la huelga de transportes. Hoy el Ministerio se reúne con la Comisión Nacional de Transporte por Carretera, es decir que intenta frenar el paro y así todos los problemas que en este momento afectan a miles de trabajadores y a una gran parte de la sociedad española afectada por ello. Pero hete aquí que resulta que en la citada Comisión no se hallan los que están secundando la huelga. ¿Alguien lo entiende? Es algo así como si quisiera acabar con una huelga de maquinistas de ferrocarril y se reuniese con los revisores del tren. Oigan, señores ministros, déjense de pamplinas y de soltar chorradas y agarren ustedes el toro por los cuernos. Déjense de templar gaitas. Claro que como la respuesta a la huelga es que todos los que la secundan son alborotadores de ultraderecha, pues así nos va. No sé quién se la habrá tragado, semejante desatino, digo.

Parece ser que ahora, en estos momentos en que la economía va de culo y los precios de los combustibles, entre otras cosas, afectan de lo lindo a los sectores productores de este país, con echar la culpa a los extremos se resuelve todo. Luego venden humo mientras presumen de reuniones con los amigos, sean grandes federaciones de empresas o grandes sindicatos- UGT y CCOO- que, leí este fin de semana, declaran que habría que actuar con contundencia contra los huelguistas (¡lo que hay que oír, a dónde llegarán con su sumisión!), como si así se solucionasen los graves asuntos que acucian a esta España en que vivimos millones de habitantes. Pero, claro, para eso sirven las subvenciones millonarias, para oír, ver, callar y defender a quien paga.

Ayer  decenas y decenas de miles de personas del mundo rural colapsaron Madrid. Otra que tal baila, pensarán Sánchez y los suyos, más agitadores ultraderechistas armando follón.

Hoy se conoce la intención del sector pesquero de no faenar mientras esto siga así. Más perturbadores insolidarios de ultraderecha.

A ver si nos tomamos las cosas en serio, eh, en vez de seguir echando toda la culpa a Putin y a la guerra, al gas o a la UE, mientras se desvía la atención permitiendo, sin consenso ni explicación de ningún tipo, que Marruecos se salga con la suya con el Sahara, que esta es otra. ¿De verdad se han creído que Mohamed va a dejar de tocar las narices con Ceuta y Melilla y de seguir presionando en la frontera de estas ciudades con la inmigración indiscriminada permitida por el reino alauita? Y mientras, lío con Argelia, que es quien nos suministra el gas y quien acoge en sus campamentos a los saharauis expulsados de su legítima patria.

¡Vamos, que ya está bien! Demuestren un poco de responsabilidad. Al menos den explicaciones reales y no nos salgan por peteneras ni con disculpas fatuas. Hagan lo correcto y lleguen a acuerdos con los afectados, no con sus amigos mantenidos y bien pagados.

 

viernes, 18 de marzo de 2022

SIGUE LA HUELGA

             Van ya cinco días de huelga de transporte y el Gobierno como si nada. Con echarle la culpa a la ultraderecha, listo. No se reunirán con los convocantes porque los ministerios a los que compete ya tratan con las Federaciones de las grandes empresas del Transporte, con aquellas que reciben subvenciones para mitigar gastos a los que los pequeños empresarios y autónomos no pueden acceder. Cuentan los voceros del Gobierno que solo representan a un diez por ciento. Pues, jolín, para ser tan pocos, menuda la que tienen liada.

Es increíble la falta de responsabilidad, no de los huelguistas, no, del gobierno, ante un hecho que está parando empresas y afectando en grado sumo a sectores primarios de la alimentación, como el lácteo, el agrario o el pesquero, negándose erre que erre a sentarse en una mesa y tratar de terminar con esta sinrazón que atañe a todos los españoles. Con decir que se mandan miles de agentes a evitar piquetes (¡cómo si no los hubiese en todas las huelgas y se permiten o no según de qué sea la protesta!) y contar que no hay desabastecimiento, aunque los productos no lleguen a las tiendas, en contra de todas las realidades que día a día se visibilizan en España, tienen bastante. Ucrania ha taponado los oídos del Gobierno Español y solo siguen hacia adelante con las orejeras puestas. Lo mismo que muchos periodistas que se hacen eco de las protestas, haciendo como que escuchan a ambos bandos, pero dejando escapar siempre alguna que otra opinión favorable al Gobierno. A algunas radios y televisiones se les nota muy mucho la falta de objetividad y callan aquello que les han mandado obviar desde los puestos de los mandamases.

Me ha chocado estos últimos días la ausencia de algún tipo de intervención de la Ministra de Trabajo o del de Consumo, por poner un ejemplo, respecto a la huelga. O no se enteraron o les resbala. A fin de cuentas son de otro partido (Podemos-IU) y si Sánchez (PSOE) es quien va a pagar los platos rotos de esta huelga, a ellos les viene de maravilla.

Un Gobierno de oídos sordos que, en cuanto algo se le tuerce, le echa la culpa a VOX. Y no son ellos nada más. Del otro lado, la oposición, si algo se hace mal o muy mal, le echan la culpa al radicalismo izquierdista de Podemos o ERC o BNG,… qué más da.

Tales para cuales. Y aquí paz y después gloria.

Y de momento los sindicatos… ¡Ah, me dice un pajarito, que están contando los millones de euros que les han incrementado en subvenciones y con los que el Gobierno les tapa la boca para determinados asuntos! Pues bueno… Ánimo, no os vayáis a equivocar, lacayitos.

Ale, que me voy ya. A ver si hay suerte y los sectores que hoy están en huelga (transportistas, Gobierno y sindicatos, que los tres lo están), se sientan más pronto que tarde a discutir sobre esos problemas que nos afectan a todos y resuelven este caos, dejando a un lado la soberbia y la cerrilidad. 

jueves, 10 de marzo de 2022

HOY, UCRANIA. MAÑANA...

 Guerra, según las dos primeras acepciones de la RAE:

1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.

2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

         Visto y leído así, nos queda en la retina de la mayoría de ciudadanos algo así como una batalla de una de las pelis que hemos visto o de la imaginación que pudiésemos echarle a la hora de leer en un libro una contienda entre dos adversarios por el motivo que fuese. Algo muy épico y glorioso para el vencedor, pero cargado de sufrimiento para el vencido. Aunque, en fin, muy pasable y olvidable puesto que mañana tendremos otra ración, si nos gustase, de cine o de lectura similar.

Lo que pasa es que la GUERRA, con mayúsculas, no es algo tan intrascendente como visionar o leer. La GUERRA no es sólo la definición de la RAE. LA GUERRA no significa más que la inutilidad de la palabra para resolver los conflictos.

Dicen que dos no discuten si uno no quiere. ¿Obvia falsedad, verdad? Al matón no lo convencen las palabras, nada más está a gusto cuando puede pisar a los demás porque tiene más fuerza o dispone de medios más abrumadores que los contrarios; se siente cómodo en el papel de perdonavidas pendenciero capaz de cometer las mayores atrocidades con el fin de mantener su statu quo, y lo mismo da que el bravucón lo sea de un barrio que de una nación.

En estos momentos tan trágicos que nos ha tocado vivir en el seno de Europa, a uno de esos ostentosos fantasmones le ha dado por invadir una nación fronteriza obsesionado por su esquizofrénico afán de poder y la desquiciada vanidad que exhala a través de su viperina lengua. Su autoconvencimiento de haberse convertido en el líder del mundo lo ha llevado a enfrentarse a toda la sociedad mundial (a excepción de cuatro marionetas con regímenes que intentar emularlo en menor medida porque no tienen capacidad para ir más allá o porque dependen económicamente de él), y esa sociedad, sus representantes políticos,  ahora se echa las manos a la cabeza porque se le dio soga durante demasiado tiempo.

El caso es que en estos tiempos que sufrimos, ¿quién le pone el cascabel al gato? Este ha afilado tanto sus uñas y ha cometido tantas fechorías durante su vida que se ha transformado en un depredador salvaje al que lo mismo le da ocho que ochenta con tal de seguir campando a sus anchas.

O sea, que como no lo atrapen y lo aten corto en su propia guarida los que primero lo soltaron, tendremos a un perverso lunático dictador haciendo de las suyas, amparado por su armamento diabólico y defendido por cuatro lacayos que servilmente adoran en él porque los mantiene a cuerpo de rey.

Ayer fue Chechenia, Georgia, etc. Hoy es Ucrania. Mañana…

sábado, 26 de febrero de 2022

ORATE SUELTO: PELIGRO

Rusia invade Ucrania. Putin demuestra una vez más que en el oriente europeo es el jefe supremo, hace lo que le viene en gana y nadie le tose. Sí, se sanciona benignamente por ello, salen a la calle en muchas partes del mundo unos miles de personas con el No a la guerra y frases en pancartas más o menos furibundas por la masacre que está teniendo lugar a la vista de las imágenes que se deslizan en los medios o videos que solo sirven para demostrar la crueldad de estas situaciones, como sucedió en Irak o en Siria o en Yemen o… Los gobiernos occidentales, con EEUU a la cabeza, se tiran de los pelos porque no se habían tomado a este zar lo suficientemente en serio y los movimientos políticos de esos países fueron infructuosos por nefastos para evitar este tormento, obviando desde el primer momento que se enfrentaban a un loco peligroso, un desquiciado dictador al que no le tiembla la mano a la hora de deshacerse de sus opositores mediante el asesinato, sin que haya habido consecuencias negativas por esos hechos, o mínimas dichas con la boca pequeña pero sin llevar a la práctica. En Rusia no se mueve nadie y, si lo hacen, acaban en la cárcel o en el cementerio. Mano dura, puño de hierro, balas y bombas si fuese necesario, o veneno para acabar con cualquier conato de rebelión ante sus decisiones. Y en los países que la rodean, otro tanto de lo mismo. Ejemplos los hay: Chechenia, Kazajistán, Georgia, Bielorrusia, etc.

Nadie quiere reconocerlo, pero es que además lo que desea este facineroso gobernante es el poder económico que le proporciona el dominio de Ucrania, situada al sur de sus fronteras con la salida libre hacia el mar Negro y, por ende, al Mediterráneo. No se puede olvidar el potencial de recursos y materias primas de que dispone este país, y Rusia, que gestiona sus recursos de manera funesta manteniendo un nivel de vida de sus ciudadanos deplorable, quiere hacerse con todo cuanto pueda. Amén de ello, le sirve para acojonar al resto de países de su ex órbita avisándolos de lo que les puede caer encima.

Y ahora, con el fin de acoquinar más a sus países fronterizos, amenaza a Suecia y a Finlandia, Y estas dos naciones se echarán a temblar ante la posibilidad de que les suceda lo mismo. Están, a fin de cuentas, en una situación geopolítica semejante a Ucrania. E igual sucede con antiguos aliados de la extinta URSS, esa que parecía haber pasado a ser un capítulo ominoso más en la Historia de Europa y del mundo, pero que Putin parece decidido a revivir.

Así pues, quién se atreve a hacerle frente. Putin gana la guerra, esta y las que le dé la gana de entablar mientras no confronte con China. Su poder nuclear es enorme y el chiflado que puede disponer de su uso anda suelto. Su ambición no tiene fin y su pueblo, si aún le quedase alguna gana de cambiar de dirigente, está aplastado por las botas de un ejército dirigido por intrigantes generales fidelísimos a su líder, si no quieren desaparecer.

           No se puede ser un iluso y pensar que unas elecciones en Rusia son libres y puedan cambiar de líder, eso es imposible. Así que a Occidente nada más le resta oír, ver y callar, o llegar a acuerdos con este nazi bajándose los pantalones y rezando por que los cumpla. Porque, por desgracia para nosotros, la economía europea sigue dependiendo muy mucho de los recursos que exporta ese país y de ese visionario majareta. 

viernes, 11 de febrero de 2022

GUERRAS

 

Hoy no existen las guerras. Nadie, ningún país, ningún dirigente declara la guerra a otro.  

Ahora, de repente, alguien espeta una serie de diatribas contra el oponente y este le responde de forma semejante o peor; y alguien lanza un ataque más o menos sorpresivo y el atacado se defiende y contraataca;  y se lanza una ofensiva que es respondida por otra contraofensiva; suenan primero una bala y luego una ráfaga, más tarde un cañonazo y después bombas o torpedos, desde aviones, desde barcos, desde baterías antiloquesea; se producen repliegues por un frente y despliegues por el otro; un contragolpe contra un determinado lugar y resistencia y posterior acometida desde el otro. Pero no se habla de guerra, son solo maniobras militares controladas y destinadas a defender los derechos de uno y de otro, no se desea ningún tipo de enfrentamiento contra nadie, aunque nadie se lo crea y los fragores de batallas siembren los campos de destrucción.  

Después, como si hubiese sido un visto y no visto, el silencio absoluto en ambos lados. Y antes de que nadie diga nada, una palabra coherente, comienzan los gemidos y lamentaciones, los lloros y los pesares, los odios y los rencores que duran eternamente, a veces expresados a voz en grito o simplemente solapados bajo engañifas arrinconadas en lo más profundo del inconsciente. Y sobre la tierra, entre el polvo, el agua o el barro, los muertos, miles de muertos, de uno y otro lado que alimentan la inquina entre pueblos.

Y cuando ya parecía que todo había terminado, aún faltaría el colofón, el estrambote al enfrentamiento armado: se firma un armisticio sobre papel biodegradable afirmando que el conflicto ha terminado. Lo firman quienes han visto en la muerte de sus semejantes el precio a pagar para seguir manteniendo sus prebendas y su supremacía, quienes nunca pisarán un campo de batalla y el único estruendo que oirán y les afectará de cerca será cuando sientan el golpe al ser despojados de su poder y caigan desde las alturas donde se habían aposentado creyéndose líderes inmortales, dioses.

Y por fin, en medio de la pobreza y la decadencia moral que les reste a esos seres humanos supervivientes que han visto y padecido  lo peor que le puede suceder a una sociedad, algunos gerifaltes presumirán, de forma arrogante y engreída, rayana en la soberbia, de que han logrado determinados y valiosos acuerdos diplomáticos entre ambas partes, se colgarán varias o muchas medallas y declararán que la guerra ha terminado. Solo cuando termina la confrontación bélica la gente, los políticos, los observadores confirmarán que existió una guerra. Hasta entonces, nada. Y lo harán, sobre todo, porque también la paz es rentable, muy rentable, tanto o más que la guerra.

jueves, 13 de enero de 2022

DIOSECITO

            Casi un mes de descanso, como si hubiese estado de vacaciones. Ya me conocéis, disculpas. En realidad, los días iban pasando desde aquel último artículo de 2021 y no encontraba un ratín para ponerme a escribir. Que si hoy estoy un poco de bajón, que si mañana me pongo con ello, luego fue pasado mañana y así hasta este momento.

Quién sabe, tal vez me sacaron de mi letargo navideño algunas noticias a cual más simple, pero con una repercusión mediática del carajo. Que sui la carne es de mejor o peor calidad según donde se críen los animales (¡Claro que sí, qué absurdez negarlo!), o que se va a tratar a la covid, en plena pandemia mundial como estamos, como una gripe (¡Y al cáncer de colon como una diarrea, la artrosis como un golpecito en un hueso, los ictus como un dolor de cabeza,…!  Como habrá que aplazar tratamientos y diagnósticos, se les cambia el nombre mientras dure la covid. ¿No estaremos corriendo mucho?) o que hay un tenista antivacunas que se quiere pasar la ley por el forro de los pantalones (¡ Naturalmente, esa gente hace lo que le da la gana porque son los únicos individuos inteligentes de este planeta que nada más tienen derechos y están exentos de responsabilidades, y él, el number one, se convertirá en su cabecilla!)

Cuando el diablo no tiene que…, ya saben, se dicen todo tipo de absurdeces, se plasman todas ellas por los listillos de turno en papel o en comentarios en los platós de radio o televisión, o en ruedas de prensa, en las redes sociales o en declaraciones cerradas, con el fin de defender uno o lo otro, lo que conlleva en la mayor parte de las ocasiones en más y mayores absurdeces, incluso a mentiras facilonas y fácilmente rebatibles si se quisiese, y en seguir dando vueltas a la noria como pollinos de siglos pasados.

El caso es hablar por hablar, aunque apenas haya nada de qué hacerlo, para continuar tergiversando la noticia y desinformando a la ciudadanía para que se polarice aún más o para que, hasta el gorro de todos ellos, los acabe mandando a tomar vientos.

Veamos, pues, uno de esos casos que me sacó y me sigue sacando aún de quicio.

El primero es el de Djokovic, ese tenista número uno, deportista afamado y buenísimo, pero un perfecto idiota, por hacerlo o dejarse engañar por otros, capaz de mover a su alrededor a otro montón de  babosos seguidores de su estilo, que quiere saltarse las reglas impuestas por un país por ser él quien es, mintiendo ex profeso a su entrada al país en la encuesta preceptiva que debía cubrir al llegar al aeropuerto. 

A ver, si este señor está vacunado, que lo demuestra y ya está; que no es así, pues a su casita y allí que lo alaben como si Jesucristo fuese; que ya pasó, como dice, la covid hace un mes, ¿entonces qué coño hacía sin guardar la cuarentena los días posteriores en actos de toda índole, contagiando a sus seguidores o a sus círculos más cercanos? Si sintiese un poco de respeto, cosa que dudo, hacía su profesión y hacia sus compañeros, esto no estaría sucediendo. Lo suyo es más pecado de soberbia que de humildad, virtud esta que ha demostrado a lo largo de su carrera en multitud de ocasiones que necesita en cantidad.

Y, sobre este caso, la Corte de Justicia australiana, al menos un juez, le permite permanecer en el país, aunque hubiese mentido para poder entrar. Si no fuese Djokovic, si fuese un pobre inmigrante que apareció por allí sin vacunar y con el mismo cuento que este deportista de haber padecido la enfermedad, estaría de patitas fuera de Australia. Y el Gobierno habría mantenido la expulsión ipso facto.

Lo que está sucediendo en este caso, poner a un país de rodillas por parte de un imbécil empeñado en defender lo indefendible, no hay quién se lo trague visto desde una perspectiva sensata conociendo lo que significa esta pandemia.

Igualmente, lo que hacen los tenistas que van a participar en el torneo: señores, plántense y digan que no juegan mientras haya alguien que no cumple con las normas establecidas, sean ustedes responsables consigo mismos y no le hagan el juego a ninguno. Ser compañero de profesión no significa bajarse los pantalones ante el cabecilla.

Hubo una tenista checa a la que también se le denegó por no estar vacunada; a los dos días se fue a su casa o a dónde quiera que aterrizase. Y no pasó nada. ¿Alguien dijo algo sobre que eso era una injusticia y que no debería irse, salieron a defenderla? No escuché ni mu tampoco a los y las tenistas. No oí nada de nada. Pero al número uno mundial de pegarle a una pelotita con una raqueta, no, a este parece que se le tiene miedo y hay que reverenciarle como si de un diosecito se tratase. No sé por qué.

Mándenle a su casa, señores del gobierno, y déjense ya de cuentos, de vueltas y más revueltas. No infrinjan sus propias leyes, sí, esas que aprobaron ustedes mismos