¡Coño, tú, que hoy, cuando encendí la tele
a media mañana, me encuentro con la noticia de que hay una importante operación
policial en Alemania encaminada a acabar con un grupo de ultraderecha que
planeaba un golpe de estado en el gigante teutón!
No me lo podía creer. ¿En Alemania? ¿Un
golpe de estado? Vamos, que no sería tanto. Allí esas cosas no ocurren, es el
corazón de Europa.
Me acuerdo de nuestro gobierno central
explicando desde hace unos meses que el delito de sedición es obsoleto, que
en ningún país desarrollado de nuestro
entorno existe, que aquí en España hay que acabar con ese desajuste. O sea, ¿que
cómo es eso de llamar a lo que sucede en Alemania un intento de “golpe de
estado”? Bah, son los periodistas que siempre buscan por la tremenda la noticia
del día.
Para mí que lo que intentaban esos de ultra
lo que sea, que me da igual de un lado que de otro, era organizar unos
desórdenes públicos con cualquier cuento que les pasara por la cabeza. Igual
que en Cataluña hace unos años. Ocurrencias de gente que no tenía otra cosa
mejor que hacer y que viven del chollo presupuestario de todos los españoles.
Hasta un aristócrata había ahí entre los germanos
intentando dar algo de guerra. ¡Qué cosas, oye! Es raro que gente de semejante casta
privilegiada ande metida en estas cosas, allí o aquí, donde sea, para seguir
permitiéndose vivir a lo grande. ¡Ínfulas seguramente de algunos paranoicos para quienes en tiempos
pasados siempre les fue mejor, añoranza de seguir mandando a golpe de látigo,
físico o económico, qué más da!
Supongo que esta noticia de la algarada
(perdón, del intento de golpe de estado) solo será para echar cortinas de humo
a los problemas económicos acuciantes por los que pasamos los europeos, y los
alemanes van casi a la cabeza. Con eso de planificar desórdenes públicos (uy,
no, un golpe de estado), lo arreglarán todo, ya lo veréis. Si no, se lo
explicará Sánchez, recién elegido Presidente de los socialistas europeos. Y si
él no es suficiente, se llevará a Rufián o Junqueras o…, que saben mucho de
esos temas. Y como última opción le queda aún a Puigdemont, que pasó por Alemania
y no le encontraron ningún tipo de delito, soltándolo ipso facto.
Así que un intento de golpe de estado, eh… ¡Qué cosas
hay que oír!
Porque si es verdad, uf, me pregunto qué delito habrán cometido.
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