lunes, 21 de marzo de 2022

RESPONSABILIDAD, SEÑORES DEL GOBIERNO

            Continúa la huelga de transportes. Hoy el Ministerio se reúne con la Comisión Nacional de Transporte por Carretera, es decir que intenta frenar el paro y así todos los problemas que en este momento afectan a miles de trabajadores y a una gran parte de la sociedad española afectada por ello. Pero hete aquí que resulta que en la citada Comisión no se hallan los que están secundando la huelga. ¿Alguien lo entiende? Es algo así como si quisiera acabar con una huelga de maquinistas de ferrocarril y se reuniese con los revisores del tren. Oigan, señores ministros, déjense de pamplinas y de soltar chorradas y agarren ustedes el toro por los cuernos. Déjense de templar gaitas. Claro que como la respuesta a la huelga es que todos los que la secundan son alborotadores de ultraderecha, pues así nos va. No sé quién se la habrá tragado, semejante desatino, digo.

Parece ser que ahora, en estos momentos en que la economía va de culo y los precios de los combustibles, entre otras cosas, afectan de lo lindo a los sectores productores de este país, con echar la culpa a los extremos se resuelve todo. Luego venden humo mientras presumen de reuniones con los amigos, sean grandes federaciones de empresas o grandes sindicatos- UGT y CCOO- que, leí este fin de semana, declaran que habría que actuar con contundencia contra los huelguistas (¡lo que hay que oír, a dónde llegarán con su sumisión!), como si así se solucionasen los graves asuntos que acucian a esta España en que vivimos millones de habitantes. Pero, claro, para eso sirven las subvenciones millonarias, para oír, ver, callar y defender a quien paga.

Ayer  decenas y decenas de miles de personas del mundo rural colapsaron Madrid. Otra que tal baila, pensarán Sánchez y los suyos, más agitadores ultraderechistas armando follón.

Hoy se conoce la intención del sector pesquero de no faenar mientras esto siga así. Más perturbadores insolidarios de ultraderecha.

A ver si nos tomamos las cosas en serio, eh, en vez de seguir echando toda la culpa a Putin y a la guerra, al gas o a la UE, mientras se desvía la atención permitiendo, sin consenso ni explicación de ningún tipo, que Marruecos se salga con la suya con el Sahara, que esta es otra. ¿De verdad se han creído que Mohamed va a dejar de tocar las narices con Ceuta y Melilla y de seguir presionando en la frontera de estas ciudades con la inmigración indiscriminada permitida por el reino alauita? Y mientras, lío con Argelia, que es quien nos suministra el gas y quien acoge en sus campamentos a los saharauis expulsados de su legítima patria.

¡Vamos, que ya está bien! Demuestren un poco de responsabilidad. Al menos den explicaciones reales y no nos salgan por peteneras ni con disculpas fatuas. Hagan lo correcto y lleguen a acuerdos con los afectados, no con sus amigos mantenidos y bien pagados.

 

viernes, 18 de marzo de 2022

SIGUE LA HUELGA

             Van ya cinco días de huelga de transporte y el Gobierno como si nada. Con echarle la culpa a la ultraderecha, listo. No se reunirán con los convocantes porque los ministerios a los que compete ya tratan con las Federaciones de las grandes empresas del Transporte, con aquellas que reciben subvenciones para mitigar gastos a los que los pequeños empresarios y autónomos no pueden acceder. Cuentan los voceros del Gobierno que solo representan a un diez por ciento. Pues, jolín, para ser tan pocos, menuda la que tienen liada.

Es increíble la falta de responsabilidad, no de los huelguistas, no, del gobierno, ante un hecho que está parando empresas y afectando en grado sumo a sectores primarios de la alimentación, como el lácteo, el agrario o el pesquero, negándose erre que erre a sentarse en una mesa y tratar de terminar con esta sinrazón que atañe a todos los españoles. Con decir que se mandan miles de agentes a evitar piquetes (¡cómo si no los hubiese en todas las huelgas y se permiten o no según de qué sea la protesta!) y contar que no hay desabastecimiento, aunque los productos no lleguen a las tiendas, en contra de todas las realidades que día a día se visibilizan en España, tienen bastante. Ucrania ha taponado los oídos del Gobierno Español y solo siguen hacia adelante con las orejeras puestas. Lo mismo que muchos periodistas que se hacen eco de las protestas, haciendo como que escuchan a ambos bandos, pero dejando escapar siempre alguna que otra opinión favorable al Gobierno. A algunas radios y televisiones se les nota muy mucho la falta de objetividad y callan aquello que les han mandado obviar desde los puestos de los mandamases.

Me ha chocado estos últimos días la ausencia de algún tipo de intervención de la Ministra de Trabajo o del de Consumo, por poner un ejemplo, respecto a la huelga. O no se enteraron o les resbala. A fin de cuentas son de otro partido (Podemos-IU) y si Sánchez (PSOE) es quien va a pagar los platos rotos de esta huelga, a ellos les viene de maravilla.

Un Gobierno de oídos sordos que, en cuanto algo se le tuerce, le echa la culpa a VOX. Y no son ellos nada más. Del otro lado, la oposición, si algo se hace mal o muy mal, le echan la culpa al radicalismo izquierdista de Podemos o ERC o BNG,… qué más da.

Tales para cuales. Y aquí paz y después gloria.

Y de momento los sindicatos… ¡Ah, me dice un pajarito, que están contando los millones de euros que les han incrementado en subvenciones y con los que el Gobierno les tapa la boca para determinados asuntos! Pues bueno… Ánimo, no os vayáis a equivocar, lacayitos.

Ale, que me voy ya. A ver si hay suerte y los sectores que hoy están en huelga (transportistas, Gobierno y sindicatos, que los tres lo están), se sientan más pronto que tarde a discutir sobre esos problemas que nos afectan a todos y resuelven este caos, dejando a un lado la soberbia y la cerrilidad. 

jueves, 10 de marzo de 2022

HOY, UCRANIA. MAÑANA...

 Guerra, según las dos primeras acepciones de la RAE:

1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.

2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

         Visto y leído así, nos queda en la retina de la mayoría de ciudadanos algo así como una batalla de una de las pelis que hemos visto o de la imaginación que pudiésemos echarle a la hora de leer en un libro una contienda entre dos adversarios por el motivo que fuese. Algo muy épico y glorioso para el vencedor, pero cargado de sufrimiento para el vencido. Aunque, en fin, muy pasable y olvidable puesto que mañana tendremos otra ración, si nos gustase, de cine o de lectura similar.

Lo que pasa es que la GUERRA, con mayúsculas, no es algo tan intrascendente como visionar o leer. La GUERRA no es sólo la definición de la RAE. LA GUERRA no significa más que la inutilidad de la palabra para resolver los conflictos.

Dicen que dos no discuten si uno no quiere. ¿Obvia falsedad, verdad? Al matón no lo convencen las palabras, nada más está a gusto cuando puede pisar a los demás porque tiene más fuerza o dispone de medios más abrumadores que los contrarios; se siente cómodo en el papel de perdonavidas pendenciero capaz de cometer las mayores atrocidades con el fin de mantener su statu quo, y lo mismo da que el bravucón lo sea de un barrio que de una nación.

En estos momentos tan trágicos que nos ha tocado vivir en el seno de Europa, a uno de esos ostentosos fantasmones le ha dado por invadir una nación fronteriza obsesionado por su esquizofrénico afán de poder y la desquiciada vanidad que exhala a través de su viperina lengua. Su autoconvencimiento de haberse convertido en el líder del mundo lo ha llevado a enfrentarse a toda la sociedad mundial (a excepción de cuatro marionetas con regímenes que intentar emularlo en menor medida porque no tienen capacidad para ir más allá o porque dependen económicamente de él), y esa sociedad, sus representantes políticos,  ahora se echa las manos a la cabeza porque se le dio soga durante demasiado tiempo.

El caso es que en estos tiempos que sufrimos, ¿quién le pone el cascabel al gato? Este ha afilado tanto sus uñas y ha cometido tantas fechorías durante su vida que se ha transformado en un depredador salvaje al que lo mismo le da ocho que ochenta con tal de seguir campando a sus anchas.

O sea, que como no lo atrapen y lo aten corto en su propia guarida los que primero lo soltaron, tendremos a un perverso lunático dictador haciendo de las suyas, amparado por su armamento diabólico y defendido por cuatro lacayos que servilmente adoran en él porque los mantiene a cuerpo de rey.

Ayer fue Chechenia, Georgia, etc. Hoy es Ucrania. Mañana…