¿Hasta cuándo vamos a seguir, o van a
seguir, juzgando el pasado con los ojos de hoy?
De un tiempo a esta parte existen ciertas
corrientes de opinión empeñadas en la necesidad de pedir perdón por
acontecimientos sucedidos hace cientos de años ya que, visto desde los estándares
sociales, filosóficos, o como quieran llamarse, de la actualidad, eran aberrantes.
La colonización que tuvo lugar en determinadas partes del mundo por potencias
llegadas de otros lugares más o menos cerca o de otros continentes parece ser que fue aterradora, por no
decir las consecuencias que derivaron de ella. Es verdad que, a ojos vista, hoy podríamos calificar
aquellas situaciones como algo totalmente fuera de lugar si nos centramos y lo
razonamos con el pensamiento predominante occidental que vivimos. No obstante,
también es un poco paradójico que no se reconozcan situaciones similares que
hoy están acaeciendo en lugares del mundo, en pleno siglo XXI; o que sí se
reconocen y se protesta, o no, contra ellas, pero sin que nadie se atreva a meter las
narices allí donde pasa porque estaría mal visto por la comunidad
internacional, léase la ONU, por ejemplo. Aunque, por estúpido que sea, si a
alguna organización mundial que busque terminar con las calamidades sufridas
por muchos seres humanos debido a diferencias raciales, religiosas, económicas, etc., se le
ocurre intervenir, sería automáticamente condenada por muchos países por
meterse donde nadie lo llama. Porque hay gente para todo y el mundo es así.
Si hacemos caso a lo que defienden algunos
países, que más que nada quieren desviar la atención de los problemas que
originan y padecen los ciudadanos, los suyos, por sus desgobiernos, no habría
país actual en el planeta que en alguno de sus siglos de historia, ¡mira que
llevamos varios miles de años desde que aparecieron las primeras
civilizaciones!, no se viese obligado a pedir perdón por esto o por aquello.
Pero hacerlo hoy, luego de décadas o de
siglos de haber acontecido semejantes sucesos, me parece una anormalidad. ¿Os
imagináis naciones hoy herederas de aquellos extraordinarios imperios o
civilizaciones como las de Mesopotamia, Asiria, Egipto, Persia, Grecia, Esparta,
Roma, Cartago, Califatos como los Omeya, Abasí, Fatimí, de Córdoba, Imperios Otomano, Maya, Azteca, Inca, Anasazi o Iroqués, Bizancio,
Mali, Ghana, Songai, Escandinavia, Inglaterra, España, Francia, Portugal,
Bélgica, Holanda, Rusia, EEUU, Valle del Indo, China, Mongolia, Japón, Corea, etc.,
dándose golpes en el pecho por lo que
hicieron sus antepasados con otros pueblos (que fueron colonizados y
conquistados violentamente por ellos, pagándolo con la vida, la esclavitud o el
asesinato, fuese ritual o no, e incluso con la desaparición), y arrodillándose
ante los habitantes actuales de muchos países que entonces ni existían, ya que
la creación de sus estados en la mayoría de casos fue posterior?
¿Os lo imagináis? Pues yo no, porque no
tendría ningún sentido, aparte del de quedar bien si existen intereses de otro
índole que no sean los históricos, que no sean los de analizar y entender las
razones que llevaron a esos imperios a conquistar otros lugares. Como si no hubiese
sido y sigue siendo lo más habitual desde que el mundo es mundo. Por la fuerza
de las armas o del dinero, pero con la misma violencia.
Otros tiempos, otras sociedades, otra
manera de ver el mundo. Podemos analizarlo, entenderlo o no, pero ¿pedir perdón
por lo acontecido hace cientos de años? Buf, si lo tengo que hacer, se lo
pediré a Adán.