miércoles, 28 de marzo de 2018

TRESFORMACIÓN


YERA/YE ELLA, LA MIO CELIA
Yera la neña la que me dicía, mientres m’ abrazaba,
que quería baillar.
Yera la neña la que me contaba, mientres se ría,
que diba esnalar.
Yera la neña la que me falaba, mientres m’ achuchaba,
de besos, de gayola y paz.
Yera la neña la que xuxuriaba, cuando la estruyaba,
que naguaba pola mar.
Ye ella, la mio neña, la mio vida, la mio insinia,
la mio Celia.
Yera la neña la que recitaba, pequeña, mimosa,
unos versos de sal.
Yera la neña pola que vivía, dormida, inocente,
la que me facía suañar.
Yera la neña de sorrisa dulce, creadora d’ histories,
la que me facía suañar.
Yera la neña, ella sola, mio lluna y mio sol,
mio alma y mio coral.
Ye ella, la mio neña, la mio vida, la mio insinia,
la mio Celia.
Yera la neña y ensin ella, allegría y pasión,
finaría mio paz.
Ye ella la que, cuando me ve allegre,
pergayaspera diz: Si Tito ta contentu, yo toi feliz.
Ye ella, la mio neña, la mio vida, la mio insinia,
la mio Celia.
Ye ella, sí, la que me tresformó,
la que fexo de min, xubiláu inútil,
un neñu que torna xugar col maxín,
un home que torna vivir gayoleru,
una persona con ganes de sonrir,
güei, llueu y siempres;
un ser ensin mieu nengún nin al bien nin al mal,
namás a lo que de min seya pa pensar
ella, la mio neña, la mio vida, la mio insinia,
la mio Celia.


A siguir bien, sonrir y esfrutar de les vacaciones.
 
 
 
 

domingo, 25 de marzo de 2018

CAYÓ PUIGDEMONT Y...


Cayó Puigdemont. En Alemania. Con esto no contaba ni él ni sus seguidores. A ver ahora qué pasa, pero muy contentos no están.
Manifestaciones en Cataluña. Y es que se quedan sin líderes. Parece ser que, si les quitan a la docena que han desaparecido del mapa político, al hallarse en la cárcel o en el extranjero, no hay nadie más. Pues que pongan a Mas o a Pujol, que entienden de esos temas, al menos del tres o cinco por ciento.
Gritos, lamentos, protestas, empujones, insultos, avalanchas,...
Peticiones de libertad para el ex fugado y demás “presos políticos”. ¿Por qué? Porque sí, porque ellos, los que toman las calles, pueden hacer y decidir lo que les venga en gana sin respetar nada más que sus ideas, pasándose por el forro las de la otra mitad de los catalanes. Es más, hasta la prensa es insultada por informar; bueno, no toda, la más objetiva, que hay otra que vive a cuenta de la Generalitat para explicar y desinformar sobre lo que quiera.
Petición de República, saltando por encima de la Constitución Española. Aunque, claro, Cataluña no es España, dicen. Pero bien que se aprovecharon y se quieren aprovechar económicamente de ella para convertir ese territorio en envidia de muchos otros, y pienso en mi Asturies patria querida, y para llenarse los bolsillos a cuenta de ello. Una manera esta de hoy y de hace meses de echar la gente a la calle para, entre otras cosas, distraer la atención de casos de corrupción infumables de esa comunidad, la mala gestión de los últimos políticos gobernantes en la Generalitat, la pérdida de confianza de grandes empresas que se han ido como consecuencia de esas decisiones tomadas un mucho a lo loco, etc.
Dicen que no hay violencia. Vamos, anda, que lo que está sucediendo en Cataluña lo propician los seguidores de algunos Gandhis catalanes. ¿Qué significará la palabra violencia para esos manifestantes y para quiénes los convocan y defienden? Se lanzan huevos, piedras, latas, botellas, contenedores, lo que se tenga más a mano, se insulta a las fuerzas de seguridad e incluso se llega a enfrentamientos directos con ellas, se destroza material mobiliario urbano y no  urbano, etc. Pero eso no es violencia, dicen; por lo visto es lo normal cuando uno va tranquilamente, pacíficamente, por la calle de cualquier ciudad; o al menos en Cataluña es así, de acuerdo con las explicaciones dadas por ciertos políticos: son manifestaciones pacíficas. Lo que digan, tú. Pero a mí no me convencen. Hay detenidos y una cincuentena de heridos de momento.  Pues ¡brutalidad policial!- nos van a contar. Y a otra cosa mariposa. ¿Que fueron los Mossos en esta ocasión? Ya se buscarán explicaciones para ello. Qué sé yo, que eran guardias civiles o policías nacionales disfrazados. El caso es que la culpa sea del resto de España, del estado español, que los reprime un montón, tío, que ellos son unos santos…bajados del cielo a patadas, pero santos.
¿Dónde están los que se oponen a esa república, es decir, millones de personas que no la quieren? ¿Por qué no están en la calle defendiendo sus derechos? Aunque solamente sea para que se vea que quienes ahora están en ella no representan a toda Cataluña. Ah, que es peligroso porque puede haber enfrentamientos. Bueno, pues la visibilidad internacional del problema queda reducida así a los que hoy chillan y protestan. Luego que no se quejen.
¿Dónde están los políticos españoles  y/o catalanes? Siguen necios, unos y otros, y defendiendo posturas irreconciliables por falta de diálogo. Todos enrocados y lanzándose soflamas con el fin de avivar el fuego. Cuanto peor, mejor.
¿Quién o quiénes dirigen esos Comités de Defensa de la República Catalana, personas físicas con las que se pueda negociar? ¿O se esconden en la colectividad para no dar la cara, son de los tiran la piedra y esconden la mano? Porque tiene que haber gente que represente esos comités. Lo mismo que las hay en Omnium Cultural o en la ANC.
¿Por qué se tergiversan los hechos en función de quién hable?
 
Ya está bien. Seguro que me equivoqué en muchas cosas, pero descargué toda la adrenalina que llevo dentro desde hace unas horas Voy a apagar la tele, el ordenador y pensar en mi nieta: la sonrisa ya me está asomando a la cara.
 

viernes, 23 de marzo de 2018

¡QUÉ ASCO DE PROGRAMAS!


¿Pero qué están haciendo con la tele y los programas de información?

Hoy, como ayer y anteayer y demás, he encendido la televisión a media mañana y me he encontrado un programa de esos que duran toda la santa mañana. Es como un episodio más, en versión audiovisual, de aquel periódico tan famoso en los años sesenta y setenta, El Caso. Y más o menos lo mismo con otros programas matinales y telediarios de cualquier cadena. ¿A dónde vamos a llegar?

De verdad que me ha dado asco. Ver destripadas las vidas de unas víctimas o de sus presuntos asesinos en bien ¿de la información? ¡Qué va! Estoy seguro que millones de personas deben estar viendo estas cosas y me pregunto qué tienen en la cabeza para disfrutar con estos horrores. Llevan con el pobre Gabriel, dándole vueltas a su caso, desde hace semanas y, aún hoy, no le dejan descansar en paz, ¡pobre pescaíto! Y si no, conexiones con más muertes o desaparecidos por la geografía española, entrevistas a cualquiera que pase cerca del micrófono e investigaciones como si fuesen los pobladores del plató los auténticos inspectores encargados del delito.

Hay, quiero suponer por su contenido, verdaderos masoquistas gozando con la elaboración de programas de esta índole. No es dar noticias nuevas, no, es reiterar y machacar a los televidentes con los mismos datos que todos conocen de programas anteriores. Debería caerles la cara de vergüenza. Tienen poca profesionalidad o, quién sabe, les obligan a actuar así y no tienen lo que hay que tener para oponerse. A lo mejor es que son tan inútiles que, si los sacan de este tema, no saben buscar otros de interés.

He apagado la televisión. Estoy hasta los mismísimos de permanentes revisables con manifestaciones ad hoc, venganzas, crímenes, psicópatas, padres enfrentados, políticos aprovechados, etc.; hasta las narices de presentadores y periodistas con cara mustia y acongojada ya no solo por la tragedia, sino como si se les hubiera muerto alguien más que cercano, porque es lo que suponen quiere la audiencia; hasta el forro de personas que se echan a la calle a protestar, pero son incapaces de denunciar delitos que acaecen delante de sus narices aunque, una vez cometidos, siempre se disculpan y relatan ante los medios de comunicación que creían que…, que pensaban que…, que era tan bueno/a, tan responsable, que cómo iban a pensar que…; hasta el gorro de analistas y detectives de pacotilla televisivos que se creen Sherlock Holmes; hasta la coronilla me tienen esos millones de personas adocenadas que se divierten viendo estos programas y que en realidad son los verdaderos culpables de su existencia en la parrilla de las teles; en fin, harto de que en algunas cadenas de televisión siempre tengan a los mismos invitados, independientemente del tema que se trate, como si estuviesen dotados de una sapiencia omnímoda.
Lo siento, pero es que soy incapaz de soportar tanto teatro, me da asco. 


Seguiría, pero no es cuestión de hacer esto interminable. Así que…

…disfruten del fin de semana sin perder la sonrisa.

jueves, 22 de marzo de 2018

ASÍ SE PIERDE LA CONFIANZA


Cristina Cifuentes tiene un máster, oé, oé, oé. Pues vale.

¿Que no es verdad, que hubo enchufes, que hubo cambios de notas, que se le regaló? Ah, y a ella qué le importa. Da sus explicaciones, tarde, mal y nunca, y aquí paz y después gloria. ¡Menuda es ella!

¿Qué la las explicaciones de algunos profesores de la Universidad no son claras? Y a esta Institución que más le da. La universidad es algo abstracto, hombre,ni sufre ni padece, un nombre que se le da a un edificio o conjunto de edificios destinado a las cátedras y oficinas de una institución de enseñanza superior que comprende diversas facultades, y que confiere los grados académicos correspondienmtes  (datos tomados de la RAE). No obstante, a ver ahora cómo quedan además todos los profesores y demás miembros trabajadores de esa Institución (no sólo los que cambiaron o corrigieron la nota, los que firman determinados documentos o aclaran y defienden esos hechos que afectan a la Presidenta madrileña).

 Si el modus operandi es el que se desprende de las palabras pronunciadas ayer por el rectosry dos profesores más, ¿quién se va a fiar ahora del buen funcionamiento que debería primar en un centro de formación semejante? De verdad, la Universidad Rey Juan Carlos hoy ha quedado al nivel del subsuelo de una montaña de estiércol. Y la mayor desgracia de todas, es que estamos hablando de una Universidad Pública, pagada con nuestros impuestos y, por desgracia, con profesores nombrados a través de un sistema educativo reinante hoy en España que apesta.

Y no es el primer caso en esta Universidad, en la que han sucedido algunos otros asuntos que hieden; un lugar donde, a tenor de lo leido estas últimas horas, los nombramientos de algunos profesores han sido elegidos, si no a dedo, tal vez debido a unas presuntas y sospechosas influencias de determinados políticos, o bien dados de forma totalmente endogámica, hecho este último que se repite en otras universidades españolas, y al mismo tiempo una institución que se ha convertido según parece en cuna de cargos oficiales en distintos puestos de gobierno de nuestro país.

Algo se está haciendo muy mal cuando las cosas están como están; así nadie va a confiar en la Universidad Pública, y menos aún en esta. Lo peor: que nadie esté por la labor de cambiar la situación. ¿Por qué será?

 

Sigan ustedes bien, no pierdan la sonrisa por estas “simplezas” y disfruten de la semana.

martes, 13 de marzo de 2018

NO TODO VALE


Un crimen execrable, el de un niño de ocho años, es aprovechado por determinados políticos para hacer campaña y defender unas posturas legislativas que mantienen en contra de la opinión de otros. Lamentable. La capilla ardiente y el funeral del crío casi lo convierten en un asunto de estado. Solo faltó que hubiesen señalado varios días de luto oficial en toda España y que algunos de ellos, alentados por los gritos y peticiones de algunas personas desquiciadas anímicamente y soliviantadas por la cercanía de la presunta asesina, solicitasen nuevamente casi la instauración de tribunales pseudoinquisitoriales.

No estoy con esto echando por los suelos los gritos de dolor y lamentos que sobrecogieron a la población de nuestro país durante los últimos días. Válgame Dios. Me he sumado y me sumo a ellos. Pero a lo largo del año, existen casos similares por la geografía española sin que las reacciones políticas hayan alcanzado este nivel. Es decir, lo único que quiero dejar claro es que estas ocasiones tan luctuosas, tan dolientes, tan tristes para unos padres y familiares destrozados  no pueden valer para todo y menos aún para que nuestros políticos vayan a un pésame con doble intencionalidad. Dice bien poco de ellos. Deberían tomar ejemplo de los padres de la víctima, de ese pescaíto llamado Gabriel. Descansa en paz, mi niño.

 

 

lunes, 5 de marzo de 2018

MANIFESTACIÓN Y PENSIONES


Hemos llegado a una situación en la que los pensionistas de este país se han lanzado a la calle acuciados por unas subidas de su pensión que ridiculizan a cualquier ser humano con dos dedos de frente. Te suben el 0,25 cada año como si eso significase lo más de lo más. Y nuestros políticos, algunos, se enorgullecen de ello porque consideran que de esta manera siguen ganando poder adquisitivo, aunque sea mentira, aunque sepan que es mentira. Porque las mentiras, o como les gusta a esta clase social privilegiada, promesas incumplidas, nunca llegan a buen puerto, a pesar de ciertos datos que se repiten cada cita electoral que me dan que pensar.

A mí, pensionista de los que considero sinceramente que la cantidad que me consignan mes a mes no es precisamente una birria, como a la de otros conocidos, me produce repelús que se mezclen  churras con merinas. Me explico: estoy de acuerdo en que las pensiones no pueden seguir así, pero dentro del enorme abanico que suponen las distintas cantidades que se cobran de pensión existen muchísimas variables que no hacen posible que la huelga por este motivo tenga un motivo común. Vaya por delante que los salarios que cobran las personas jubiladas no siempre son los mismos. Los hay que cobran pensiones no retributivas, es decir, gente que no contribuyó a la estabilidad de la caja de la Seguridad Social por la razón que fuese, pero digno de analizar; los hay que la cobran por accidente o enfermedad, aunque haya miles que luego se dedican a profesiones liberales y autónomas sin declarar un céntimo al fisco: los hay que han trabajado décadas para alcanzar unos un subsidio mínimo y otros mejor con el que vivir; los hay, léase políticos o altos cargos de empresas punteras de este país, que no han rascado bola o muy poca durante unos cuantos años, pocos en algunos casos, y tienen  una pensión o sueldo o como se le haga llamar bastante llamativo por no decir otra cosa, amén de un plan de pensiones que no se merecen puesto que ellos por sí mismos la mayoría de las veces no aportaron nada, sino que lo hizo la empresa o el estado; las hay de viudedad, irrisorias en muchas ocasiones; las hay de autónomos, muchos de los cuales durante la mayor parte de su vida han pagado lo mínimo por rendimientos de trabajo y solo se han acordado de pagar cuanto más mejor al final para cobrar una pensión que no se merecerían si no; las hay de muchas maneras y formas; etc. Seguro que ustedes sabrán mucho más que yo y de ejemplos por el estilo.

Pero lo que no soporto es que se hagan manifestaciones porque con el sueldo de las pensiones no se llega para atender las necesidades de los hijos o hijas, de los nietos o nietas que por hache o por be no disponen de un trabajo estable, o de un sueldo digno o de ninguno con el que ganarse el pan o llevan en el paro no sé cuánto tiempo. Esto no. Una pensión es la paga que se les concede a unas personas que han trabajado a lo largo de su vida en función de unas características laborales que las leyes marcan, gusten o no. No es una cantidad de dinero que se da a la gente para que cuide de su prole. Unir una cosa y otra no vale, por más que los medios se encarguen de hacérnoslo llegar con todo tipo de entrevistas. Lo siento, pero esa prole, esos hijos/as o nietos/as han de poder vivir de forma autónoma y, si no es así, han de ser ellos quienes se lancen a la calle a protestar en vez de enviar a su padres o abuelos a luchar en su lugar. Por más que los quieran y se quieran. Esa razón esgrimida para la subida de pensiones no sirve para echarse a la calle por parte de los pensionistas. Estos que luchen por lo suyo, pero no porque han de atender a otras personas ajenas a su pensión, por más cariño que les profesen y por más que lo necesiten. Por eso, conmigo que no cuenten, porque las churras y las merinas no se mezclan. Por más que esté de acuerdo con que la subida del 0,25 es una vergüenza.


  Ah, la sonrisa, no obstante, no la pierdan nunca, que sonreír siempre es mejor para aguantar las dificultades, por muy duras que sean.