Rajoy
dice que hay que hablar de cosas importantes y que no debía de hablarse de
cosas que no son las mejores.
¡Olé,
tu arma, mi niño! Hablas como los ángeles. ¿A quién se le ocurre andar
publicando cartas en la prensa acusándote de haber cobrado una pasta gansa a
pesar de que no era legal? Eso es que te quieren mal, galleguiño hermoso.
Pero
no te preocupes, que tienes a tu lado a todos tus escuderos (perdón, y
escuderas) esos (y esas, no vuelvo a repetirme, de ahora en adelante vale para
femenino y masculino) a los que has hecho ministros o colocado en otros buenos
puestos, para defenderte a capa y espada como verdaderos caballeros andantes.
No hay uno que no ponga las manos en el fuego por ti, no sé si en el real o en
el virtual de las pelis, pero algo es algo.
Este
Bárcenas es un maleducado y un resentido. ¿Cómo se le ocurre entregar papeles infamantes sobre
ti, mi queridín? ¿No hay bastantes en tu partido a quien acusar sin meterse contigo? Es un
impresentable. Ya verás como cuando el juez Ruz lo tenga delante no se atreve a
decir nada, ni él ni Pedro Jota. ¡Mira tú también que este último hacerte esto a ti y
al PP! Habráse visto. En vez de
convencer a Luisito, el pobre chico, para que se callase y dejase las cosas
correr, va y publica la dichosa entrevista en su periódico y luego para más
inri saca a la luz un documento que no te beneficia en nada. Y escribe sin
inmutarse que en el PP hubo financiación ilegal, además de sobresueldos (sobres
que pagaban sueldos o vete tú a saber)
que nadie conocía. ¡Qué cara tienen esos dos! ¡Cómo te la armaron bien armada!
De verdad, chiquillo, que ya no hay de quien fiarse. ¡Uf, cría cuervos y te sacarán los ojos!
¿No
ves también a tu amiga del alma, la ex de la comunidad madrileña, echando leña al
fuego? ¿Pero qué le hiciste, Marianito mío, para que te quiera tan mal? Aunque
ya salió uno de tus escuderos, Hernando,
dispuesto a morir por su caudillo, o con él, y preguntarse si con sus
palabras no se referirá a algo que sucedió en el PP de Madrid, queriendo que
reboten sus palabras hacia esa ex viajante de helicóptero con la que
compartiste hasta un "aterrizaje forzoso". ¡Y eso que dicen que las desgracias unen! ¡Ya, ya, menuda arpía salió, ¿verdad?!Pero nada, tú a lo tuyo, corazón mío.
En
este momento, sol mío, deberías esconderte en un búnker o marchar de precampaña
electoral con Merkel, aunque vayas como un tímido siervo de la gleba, durante unos meses hasta que nadie se acuerde ya de tanto
follón. Deja a tus súbditos que se encaren y contraataquen con todas sus
fuerzas, que se lo montarán bien; a fin de cuentas, si las cosas se tuercen,
ellos serían derribados de sus caballos cuando tú, y les interesa que no los
descabalguen. ¡Menudos son ellos!
No
tengas miedo, pichoncito, a que el pueblo te olvide. Ya sabes que puedes dar
una conferencia cada diez o quince días a través de una tele de plasma y dejar
tranquila a la plebe, que tú eso sabes hacerlo como ninguno. Nos hablas del
festival de la cerveza en Alemania, de la cuenca del Rhur, del antiguo muro de
Berlín, de la selección alemana de fútbol o de Pep Guardiola, de lo que sea, ya
se te ocurrirán a ti temas a montones, hasta del paro, la educación o la sanidad si se tercia; el caso es tenernos entretenidos, que
para eso estamos, para decir amén a todo cuanto nos expliques por esa boquita
de buen pontevedrés que tú tienes.
Al
cabo de esos meses, después de tus apariciones, ¡quién se va a acordar de
Luis, de Pedro J, de los sobres y de los sueldos, de la financiación ilegal, de
la Gürtel? Nadie, cielito mío, N-A-D-I-E. Volverás a ser el rey de la pachanga.
¡Ah,
que se me olvidaba! Lo de las apariciones en el plasma: recuerda de ponerte un
manto guapo y una mantilla chula para que todos vean que son reales tus apariciones marianas. (si puedes, te afeitas,que no te
confundan con la mujer barbuda, más que nada para que sea creíble). Si te parece, llamas a cuatro cinco jóvenes españolitos, de esos que ahora proliferan por el país teutón, y que tanto te quieren, para que te saquen encima de un escudo o de cualquier plataforma al estilo de Vercingetórix; incluso valdría sobre un tocón de un árbol que encuentres por un jardín cualquiera. ya sabes, más que nada para la puesta en escena, corazoncito de azúcar. ¡Seguro que hasta Rouco te erige una catedral, o aunque sea solo una capillita,
para que prediques desde su púlpito las bondades del PP y de la Santa Madre
Iglesia que gobierna nuestro país! Tus seguidores volverán a proliferar y multiplicarse en menos que canta un gallo, que ya sabes que España cuanto peor, mejor. Somos así y tú, mi pequeño Pitagorín, ya conoces de sobra cómo está el percal. Sigue mis consejos y serás elevado a los altares
antes que Juan Pablo II.
¡Que así sea, amén!
¡Ay, ay, que no, que no me des las gracias, que ya sabes que estamos para lo que mandes, oh excelso defensor de los pobres, sublime adalid de los parados! Que tu ánimo nunca decaiga y que tu lucha contra los ricos y los bancos, contra la corrupción y los amigos del dinero fácil continúe por el bien de todos nosotros. Tu fuerza es nuestra fuerza y te apoyaremos en todo momento. ¡Qué vergüenza, Dios mío, lo que le hacen a este hombre! ¿Pero qué habrá hecho para que lo crucifiquen de esta manera tan ominosa? De verdad, esa gente no tiene perdón.
Sigan disfrutando de la semana. Pásenlo bien y no
olviden la sonrisa.