Mientras que el CIS da cuenta del aumento preocupante entre
los españoles con lo que respecta a la corrupción y a la clase política, esta última
se empeña en darnos la razón.
Ahora es Rubalcaba quien acusa a la juez Alaya de haber
convertido el caso de los EREs andaluces en una persecución contra el PSOE. Incluso
Felipe González sale en defensa de la ex ministra y pone sus manos en el fuego.
Cuidado no se vaya quemar.
Al tiempo, en el PP nadie quiere saber nada de Bárcenas,
no sea que le dé por abrir la boca y desenredar la madeja que tejió a lo largo
de un montón de años con el beneplácito de algunos dirigentes y que supone de
día en día, tirando del hilo, la aparición de nuevas cuentas repartidas por el
mundo con millones a gogó.¿Y nadie se enteró?
No digo que al final pase como en Asturias, donde hallan
responsables políticos en el caso Marea, y que no les va a pasar nada. Ahí está
el Sr. Areces que ni siquiera aparece por ningún lado, a pesar de haber sido el
presidente de la comunidad durante esos años. Ahora, de senador, se lava las
manos…o se las lavan.
Lo mismo sucede en Andalucía. Ni Chaves ni Griñán saben
nada. Así que por qué va a saber algo Magdalena Álvarez de los tejemanejes que
hubo durante su paso por el gobierno andaluz. El caso es que mientras Rubalcaba
y el PSOE se hacen los distraídos en ese tema , bien que se apremian a dar caña en el caso de la supuesta
financiación irregular de sus oponentes, los cuales también se defienden
acusando a los jueces de perseguir a su partido.
Ambos se sienten acosados en cuanto un juez mete la mano
en sus asuntos. Tal para cual.
¿Cómo no vamos a estar los españoles hasta la coronilla de
la clase política y la gran cantidad de casos de corrupción que los rodea sin
que se tomen medidas contra esos menesterosos?
Pasen un buen fin de semana:
disfruten del buen tiempo.
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