viernes, 24 de septiembre de 2021

LA PALMA = DOLOR

 

Desde hace cosa de una semana, las gentes de este país viven pendientes de lo acaecido en la zona de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma. Los seísmos previos, contados por miles, estaban avisando de lo que podía suceder. Y por desgracia la aparición de un volcán fue un hecho. Espantoso y exterminador.

No obstante, muchísimos que viven alejados de este cataclismo miedo me da que contemplen las imágenes aterradoras que los medios de comunicación nos ofrecen cada dos por tres como si estuviesen viendo una película de catástrofes, de esas a la que tan avezados nos tiene Hollywood. ¡Incluso una Ministra lo ve como un chollo para incrementar el turismo en la isla! Qué le vamos a hacer, es lo que hay. 

Aunque la realidad, como casi siempre, sabemos que supera con mucho la ficción. Así asistimos con estupefacción a cómo la fuerza de la Naturaleza es capaz de extinguir de un soplo los pueblos y el paisaje de forma brutal. Sin compasión. No obstante, no podemos olvidar que la Tierra es esto. Que las Islas Afortunadas, como otra infinidad de territorios, fueron la respuesta del interior del planeta a movimientos geológicos que duraron miles y miles de años, millones. Ni tampoco podemos olvidar que la actividad sísmica en ellas sigue estando viva y los materiales internos de la corteza terrestre originan caos como estos. Y esa misma fuerza imparable extendida por todo el planeta, que un día crea algo a base de tiempo y tiempo, también está capacitada para borrarlo o cambiarlo de un plumazo. Y el hombre poco puede hacer ante ello.

A todos nos cae el alma a los pies cuando oímos a cientos y cientos de nuestros congéneres lamentarse por la pérdida de todos sus enseres, sus casas, sus tierras, su forma de vivir. Y a todos nos alegra escuchar a quienes gobiernan declaraciones esperanzadoras para solucionar el futuro de estos palmeros, aunque me temo que se queden en generalidades y estorbos burocráticos. Ya sabéis, con esto último quiero equivocarme, como siempre.

Después de seis días de tormento, los ciudadanos españoles residentes en las localidades afectadas por las cenizas, piedras, coladas de lava, fuegos, etc. siguen con una mano delante y otra detrás. Se han ido a polideportivos, a casas de familiares o amigos, a algunas cedidas por entidades financieras, etc. sin saber aún qué planes de alojamiento para el futuro tienen previsto las autoridades, aparte de las buenas palabras. Solo sabemos que los seguros o el Consorcio pagarán a quienes tuviesen asegurado algo. No todo, claro, porque nunca ese dinero alcanzará para paliar las pérdidas. Y me pregunto qué sucede con quienes no tenían seguro alguno.

No obstante, hay algo que nadie podrá arreglar nunca, por más cosas que se hagan, por más movimientos de solidaridad que existan ante este desastre natural para ayudar a los afectados. Los sentimientos de esa gente será imposible restituirlos: la mirada serena de unos padres a una habitación, que ya no existe, donde un bebé sueña en su cuna o el sitio, ígneamente borrado, donde los llamó papá o mamá por primera vez; la sonrisa de ese niño o esa niña a la salida de su colegio, hoy calcinado, en busca del parque infantil, ahora convertido en una tea humeante; el recuerdo de unos hijos en el cementerio, ya sepultado, ante la tumba, que ya no hay, de sus padres; la alegría de una familia ante una buena cosecha, en este instante una finca calcinada; el miedo ante la primera explosión, formidable y estremecedora, del volcán; la tristeza y la desesperación, que se han insertado bajo su piel, al ver sus ilusiones cercenadas ante la visión de los hechos. Tantos y tantos sentimientos con los que tendrán que seguir viviendo y con los que, por más que hagamos y les digamos, habrán de cargar y sobrellevar el resto de su existencia.

Como todos, solo me queda a ellos animarlos y pedirles fuerza, valor y ánimo para continuar, y rogar a los otros que no los dejen perdidos en mares u océanos de papeleos sin sentido y abandonados en ese extraño mundo de la burocracia, los intereses y el olvido, que tantas y tantas veces estamos acostumbrados a ver, son los regidores en nuestro país. A ver si por una vez...

viernes, 3 de septiembre de 2021

CUATRO INTERROGANTES

            Si la palabra “éxito” se ha empleado con tanta prodigalidad a la hora de denominar el regreso a casa de militares y colaboradores(¿y los que quedaron abandonados?) que han sido derrotados, junto a los demás miembros de la OTAN, en la guerra de Afganistán, ¿con qué palabra hubiesen denominado la operación si se hubiese producido una victoria allí y se hubiera logrado cambiar el modelo de sociedad por otro más acorde al siglo en que vivimos? Habrá que preguntar en el Ministerio del ramo.

Si ante la nueva ley de Universidades que se avecina va a existir la “discriminación positiva” para elegir al personal y primar a la mujer, ¿quiere esto decir que al hombre se le aplicará una “discriminación negativa” para ocupar los mismos cargos? Y si quien aspire a ocupar una plaza es alguien perteneciente a uno de los géneros LGTBI, ¿ qué “discriminación” es precisa, una “neutra”? La respuesta, supongo, en el Ministerio de Igualdad o Trabajo, expertos también en inventos del Lenguaje.

Si cuando las cosas salen bien porque las medidas aprobadas en Bruselas benefician a un país, España por ejemplo, los Gobiernos se auto ensalzan  y presumen de pertenecer a esa Comunidad y lo bien que han negociado las condiciones, ¿por qué cuando las medidas no se corresponden con lo que la sociedad española, por ejemplo, precisa se echa la culpa a Europa como si nuestro propio país no perteneciese a ella?, ¿acaso no se ha sabido negociar o quiénes lo han  hecho son una panda de inútiles o pintamos bien poco en el panorama europeo y mundial por más palmaditas en la espalda que nos den? Esta pregunta para el de Universidades, que es sociólogo.

Si nos cuentan a los españoles y lo refrenda el Gobierno en el Congreso que el precio de la luz no se puede rebajar porque existen leyes de mercado europeo (como si España no fuese Europa) que no lo permiten, ¿por qué en cada país de la Comunidad Europea hay distintos precios y casualmente en España nos llevamos la palma más cara de todas? Esta no la contesta ni dios aunque obtenga un Ministerio hoy en España.

jueves, 2 de septiembre de 2021

SIN TI..., NADA

 

¿Qué miras con tu cara de niña

cansada?

¿Qué expresa tu gesto de fastidio,

desganada?

¿Me miras a mí, que te miro

embobada?

¿O miras tu reflejo en mi vista

apagada?

 

¿Acaso no sabes que la edad,

olvidada,

se asemeja a un haya perdida,

emboscada,

oculta en presencia de una visita

despreciada,

mas orgullosa si a su lado te hallas tú,

bienamada?

 

Muda tu áspero semblante en risa

encantada,

convierte tu rictus huraño en expresión

regocijada,

acércate a mis brazos así, sonriente,

iluminada,

para que mis ojos observen a mi niña

adorada.

 

¿Qué miras con tu cara de niña

espabilada?

¿Qué es ese ese guiño en tu cara

sonrosada?

¿Te ríes de mí, loca nieta, que me tienes

embelesada?

¿O quizá de tu abuelo que te tiene tan

mimada?

 

Ay, ay, ay, que esa risa cantarina,

alocada,

me dice que te estás divirtiendo conmigo

entusiasmada,

que te estás tronchando en mi cara

arrugada,

porque sabes, ay, ay, que sin tu cariño soy

…nada.