lunes, 25 de enero de 2021

BERRINCHE

            ¿Estamos locos o qué nos pasa por la cabeza?

Ya he oído en algún programa de tv y he leído en algún periódico que en algunos lugares están organizando el Carnaval con mucho cuidado, claro que sí, como en otras fechas ya pasadas otros acontecimientos. ¡Salvemos el Carnaval!, será un nuevo grito de guerra que no tardaremos en oír.

Vamos a ver, por salvar cosas que no quede. ¡Salvemos el día de san Valentín también! Y lógicamente, preparemos ya las fiestas (o mejor dicho, las vacaciones) de Semana Santa, no la religiosas, no, que esas solo sirven de disculpa para los festejos, las vacaciones y las salidas a pasar unos días de asueto fuera de nuestro domicilio con nuestros familiares directos y los allegados (¡qué palabra más bonita se inventaron en el Gobierno para que cada uno viajase e hiciese lo que le saliera de las narices!)  

Ya hemos salvado el verano de 2020 y durante el otoño el virus nos puso en nuestro sitio. Luego salvamos las Navidades a pesar de saber como se sabía que la consecuencia sería un nuevo rebrote de covid, y el invierno viene como viene, ya lo ven ustedes. Pues ahora salvemos lo que sea en 2021. ¡Viva la economía y abajo la salud! Y eso que ambas cosas originan ingresos, aunque una de dinero en los bolsillos y otra, por desgracia, en los hospitales! A ver qué prima más.

Me pregunto qué será de la economía si nos morimos los paganinis. ¿A quién venderán un café, un vestido, una tela para disfrazarse o una bicicleta de montaña?, ¿a quién un bañador para ir a las islas o a levante o al sur, o un mantón y una peineta para bailar en la Feria de Abril o de Mayo?, ¿quién irá de vacaciones o quién saldrá a comer o a cenar con su familia o amigos? ¿Resistirá la economía cuando a todos nos vayan enterrando?

No sé, me parece que estoy un poco negativo, ¡pero a veces cojo unos berrinches!

lunes, 11 de enero de 2021

GRAU: CIERRE PERIMETRAL

 

Pues sí, han cerrado este concejo en el que resido, Grau, Grado para los más finos. 

Hasta el día veintitantos de este mes el perímetro de este municipio queda trancado a cal y canto, a excepción de aquellas personas que, por una razón u otra, tengan que desplazarse a otros obligatoriamente.

Se veía venir.¡Muy bonito!

Aún queda gente por ahí que defiende el comportamiento de unos irresponsables basándose en la edad o en las necesidades que a determinados años se sienten por salir. Aunque si nos fijamos en el número de personas afectadas, parece ser que la mayoría de jóvenes no participó en estas tumultuosas y anormales reuniones Pero parece que todo tiene disculpa y a joderse todo el mundo, es decir, todos los habitantes del concejo.

No sé si los de Yernes y Tameza estarán muy contentos con la medida, ya que su salida natural es hacia Grau. Lo tendrán que hacer por Teverga, digo yo, para poder hacer compras de todo tipo, ya que en su municipio no disponen precisamente de los locales necesarios donde hacerlo. A lo mejor, en el Principado, es decir, en el Gobierno Regional, ni lo han pensado. Total, a la vista de lo que han hecho hasta ahora, no me extraña nada. Pensar, lo que se dice pensar, con la cabeza, mucho no lo han hecho. No sé si dispondrán de poderes paranormales para hacerlo con otras partes del cuerpo…

La mayoría de la población moscona se comportó de forma responsable y ahora pagan por los contagios que proceden de comportamientos consentidos, sí, porque los ciudadanos llevaban semanas viendo los espectáculos que se organizaban en determinados lugares y nadie hacía nada, o casi nada, por remediarlo.. Defendemos lo indefendible cuando hablamos de los casos que causaron esta vil canallada, que devino en el cierre perimetral del municipio. Y hay algunos que se echan las manos a la cabeza cuando se culpabiliza a alguien.

La rumorología se extiende y desata, supongo que sin sentido ni base en que apoyarse, desde hace días por el pueblo, como un fuego en el monte en pleno temporal de viento: que si listas negras de contagiados con nombres falsos aunque quién sabe si también verdaderos, que si cenas de empresa o de amigotes con un número no permitido de personas pero consentido por los dueños de algún local, que si enchufes con algunos establecimientos porque son familia o amigos de…, que si videos y fotografías en las redes sin permiso o dando a entender, quienes los recurren, que son de otras fechas, etc. Rumores posiblemente infundados, digo yo. Aunque hay quien les hace caso, me imagino en función de su responsabilidad, y salen a pecho descubierto a defender el derecho a la intimidad y a la imagen y a los datos personales para evitar que nadie se entere de los facinerosos que nos han metido en este embrollo. Por mi parte, y siempre apostando por el cumplimiento de la ley, no entiendo que las autoridades no sepan quienes están contagiados o deben de permanecer en el confinamiento ordenado por ser contactos directos, cuando resulta que aparecen otros rumores como que algunos de esos afectados, a pesar de todo, se pasean por el pueblo como si nada. Serán rumores, pero mejor se haría si se acallaran haciendo los seguimientos que se precisen para que la sociedad moscona no se fíe de algunos correveidiles que vierten esos chismes. ¿O no son cuentos?

¿Quién ha de controlar esto último, el confinamiento de todos cuantos han de estar en cuarentena? Y no valen disculpas como que no hay personal, o que se apela a la responsabilidad de los ciudadanos. Esta última, la responsabilidad, es la que hace que muchos deseen, a pesar de todas las leyes habidas y por haber, que se aclare y se controle a todos los afectados, para evitar problemas. Porque, sin comerlo ni beberlo, cualquiera de ellos te puede traspasar la covid sin saberlo y tú acabar contagiando a otros. Y los que cumplen las normas son precisamente quienes han de ser defendidos, no quienes trajeron y difundieron la enfermedad a costa de su propia insolidaridad, por más derechos a los que apele, que tal parece que las obligaciones son para los justos y los derechos para los pecadores.

¡¡¡Aggg, estoy que trino!!!

 

 

viernes, 8 de enero de 2021

COVID Y GRAU...U OTRO SITIO

 

Hace unos día, un brote de covid ha impregnado esta villa moscona nuevamente de miedo por sus consecuencias. Hace ya más de diez meses que la incidencia de este virus agredió mortalmente a nuestra Residencia de Mayores y entonces la Parca se llevó por delante la vida de muchos de las personas que allí vivían. Fue un palo enorme para esta sociedad gradense porque el que más y el que menos tenía conocidos o familiares en ella. Y ahora, cuando parecía que las cosas volvían a cierta normalidad, con solo algunos casos aislados de la enfermedad, nos hallamos otra vez con decenas de contagios propiciados por unos “listillos”, que hicieron caso omiso a unas normas establecidas, simplemente porque les salió de los coj,,,.

Más de sesenta, acaba de decir la tele, e irá probablemente en aumento, es el número de contagiados como consecuencia de determinadas fiestas ilegales y comportamientos incívicos acaecidos durante estas fiestas navideñas. Incluso viendo documentos fotográficos y de vídeo, oyendo relatos del desarrollo de estas mal denominadas fiestas, hay gente, responsables de estos incumplimientos, que se empeñan en echar la culpa a los demás. No fue porque los organizadores no hicieran lo posible por evitarlo, no- se explican sin ápice de vergüenza-, fue porque los asistentes eran unos inconscientes y no había quien pudiese con ellos, no hacían caso y se empeñaban en estar como les daba la gana.

A veces dan ganas de… , mejor no decirlo.

Cuando uno empieza a analizar, y no precisamente de forma profunda sino someramente, lo sucedido se pueden encontrar un buen número de irresponsables.

Desde los dueños de los locales, que no impidieron el paso a la gente que no cumplía las normas, ni con las medidas dictadas para el aforo de estos locales de hostelería, ni la obligación de estar sentados en mesas, un aforo reducido, etc., o el cierre a la hora marcado por el Principado, hasta los asistentes, de pie, sin mascarilla, sin distancia social y haciendo caso omiso a cualquier otra cosa que no fuese animar a la juerga.

Pero a estos dos componentes hay que añadir otros culpables de estas cosas: los políticos y las armas que han empleado para evitarlo: ¿cómo es posible que no supieran lo que se cocía si lo sabían  por todo el pueblo?, ¿dónde estaban los responsables de controlar  e impedir estos eventos? Porque, por si alguien aún no se enteró, estas “folixas” no son solo de un día, sino que desde hace semanas se vienen celebrando en determinados lugares a sabiendas de que nadie va a impedírselo. A veces cae uno, pero al otro día siguen los establecimientos abiertos a la diversión conociendo los detalles al dedillo las autoridades y fuerzas del orden que, a la vista de que su actuación anterior no había servido de nada porque nadie tomaba cartas en el asunto a pesar de las denuncias presentadas, se lavaba las manos y pasaba del tema. Normal.  

Y más: los padres. ¿Acaso no se dieron cuenta que sus hijos e hijas volvían a la hora que volvían, bastante pasado el toque de queda?, ¿qué les decían?, ¿dónde habían estado?, ¿se preocuparon de evitar esas situaciones o simplemente se defenderán diciendo que sus  hijos ya son mayorinos, como los del Angliru o los de Tarna?

Y se echa en falta también a asociaciones de hosteleros o comerciantes clamando contra este tipo de conductas. Cuando les cierran los locales, chillan y protestan por las calles porque se consideran alevosamente acusados de las infecciones, y a lo mejor tienen razón en sus quejas. No lo dudo, pero ahora, cuando ven este tipo de casos, aquí en Grau y en otros lugares, también deberían de dar la cara y pedir sanciones duras para los irresponsables, para que no paguen justos, la mayoría, por pecadores, una minoría sin vergüenza. Pero no están ni se les espera.

        Y más aún: aquellos cuya misión es proteger a los ciudadanos mediante leyes que castiguen estos comportamientos canallas que atentan frontalmente contra la salud de la inmensa mayoría de ciudadanos. Desde marzo no han sabido legislar para ello y, como decía el otro día en otro artículo donde un juez fallaba contra el Estado a quien castigaba incluso a pagar costas, al final todas esas multas y sanciones son papel mojado, salvo contadas excepciones, que la gente sabe que no sirven para nada. Y así siguen haciendo de las suyas, porque desde los poderes del Estado solo saben hablar de responsabilidad y solidaridad. Aún no se han enterado de qué va esto ni de qué sentido encuentran en esas dos palabras determinados individuos.

        Para acabar, quiero dejar un símil caer por si sirve de algo: esta situación que vivimos es como quien llena un cesto de manzanas y echa un par de ellas podres esperando que estas mejoren y se pongan tan sanas como las otras; ya sabéis lo que sucede, ¿verdad?; y también la solución: sacarlas del cesto y echarlas a la basura. Pues en nuestra sociedad existen muchas manzanas podres que son las que acaban con el resto, pero ahí siguen, nadie las retira. Y los casos de covid creciendo.