lunes, 27 de julio de 2020

REYERTA EN GRAU

 Y Grau salió en la tele. En canales regionales y nacionales. Por fin. Ya iba siendo hora.

Qué cosas, quién nos iba a decir a los moscones que íbamos a ser famosos.

Casi que si no lo vemos no seríamos capaces de creerlo.

Tres agentes de la Guardia Civil agredidos por una pandilla de gente de etnia gitana, sí, que no pasa nada por decirlo. Pero me da igual, porque pudo haberlo sido de otra. Al principio la pelea era entre ellos, entre dos clanes o familias por asuntos que no se sabe muy bien de qué índole serían. Pero, ay, amigos, que aparece para poner orden la Guardia Civil y se unen entre ellos para zurrarles la badana a los miembros de la Benemérita.

¡Qué vergüenza!. No me imagino a ningún vecino de esta villa con dos dedos de sentido común que quiera defender esta pelotera que dio con estas autoridades heridas. Y menos cuando a uno de ellos lo tiran al suelo y lo apalean ante la mirada atónita de algunos espectadores e incluso de algunos números que lo ven desde la acera de enfrente.

Y no obstante se tacha este dislate como de un hecho puntual por parte del Ayto. Bueno, si ellos lo dicen así será.

Pero la impresión es otra, qué va, señores munícipes y jefazos de turno. Esto es una mácula que ha caído sobre nuestra villa porque a lo largo de los últimos años, más de dos decenas, se ha venido consintiendo y apoyando una población que vive del cuento; no generalizo, que conste, que hay muchos que se comportan con civismo, respeto y viven en comunidad como todo hijo de vecino, pero sí hablamos de otra cantidad ajena a todo cuanto debe ser respetado por los ciudadanos.

Y esos además disponen de todo tipo de prebendas. Y cada año que pasa la población se incrementa ante el efecto llamada de todo tipo de privilegios que les ofertan desde los órganos municipales y regionales, además de nacionales, con el fin de evitar ser tachados de algo que se oye inmediatamente en cuanto alguien intenta levantar la voz para denunciar estos hechos: tildan por menos que canta un gallo de racista y de xenófobo al primero que discrepe.

Están equivocados quienes gobiernan. Aunque la explicación puede ser que o tienen miedo al dichoso calificativo o quieren votos, más fácil que sea lo último. Pero los que estamos en desacuerdo no somos racistas, simplemente estamos en contra de cualquier tipo de delincuencia, de gente que no cumple las normas y las leyes que ocupan a todos los españoles, que se refugian en sus propias normas étnicas, sociales o religiosas para hacer lo que quieren y se aprovechan solamente de las leyes, pero de unas pocas, para lo que les parece, para exigir derechos mas nunca obligaciones. No pagan impuestos, no trabajan ni piensan en hacerlo, viven a cuerpo de rey, manejan dinero a saber de qué, puesto que no se sabe de dónde sale lo que gastan si no disponen de medios, etc. Y además, si se tercia, se entrometen en lo que les place y amenazan con su sola presencia a cualquiera porque saben que nadie les va a acusar de nada. Ay, amigos, pero si llegase el caso, entonces se esconden entre los suyos, insultan a todo el mundo con ese apelativo de "racista" que hoy sirve para cualquier cosa y a todos nos queda cara de gilipollas mientras seguimos aportando al fisco para que los traten mejor que a muchos de nuestros vecinos que, de verdad, necesitan tanto o más que ellos pero no lo consiguen.

Y cuando de determinadas acciones se desatan trifulcas, robos, o cualquier acto delictivo, los cuerpos de seguridad se ven inermes ya que les coartan cada día más su autoridad. Dios los libre de hacer uso de la fuerza, se pueden quedar sin trabajo en un pispás. No sé para qué quieren una pistola. Lo mismo podrían llevarla de juguete. Si se les ocurriese disparar un tiro para defenderse de una agresión, aunque sea al aire, se ven metidos en tal follón que mejor no lo hagan, ni se les ocurra si quieren mantener su puesto. Entretanto, a un compañero le atizan en el suelo y han de quedar mirando. Si España fuese como debe ser, si se defendiese el orden y la autoridad que debe existir en cualquier sociedad civilizada, otro gallo nos cantaría. Porque por mantenerlo no quiere ello decir que se abuse, sino que ha de hacerse para proteger a todos los ciudadanos y procurando con ello cumplir las leyes, nos gusten más o menos.

Y aquí estamos hoy: Grau es famoso por peleas así y por delincuencia de esta ralea.

Y no soy solo yo quien piensa así, eh, pregunten si no, auntoridades, a la mayoría de ciudadanos de este pueblo si opina igual, que sean sinceros, sin miedo, y no se queden simplemente con lo que les susurren los cuatro amigos interesados en quedar bien sobándole la chaqueta al mandamás.


domingo, 26 de julio de 2020

COVID19: ASÍ NO SE PARA

Y seguimos en España con la covid19 a vueltas. Y lo que te rondaré, morena.

Nos cuentan que si hay rebrotes por aquí y por allí, más o menos abundantes y con más o menos contagiados. Y nos consuelan, o lo intentan, con que hay apenas muertos y los achaques son más leves. Nos avisan algunos que esto es la segunda oleada que nos habían vaticinado hace un par de meses, que se adelantó porque se contaba con ella para el otoño.

Que no, eh. Ni rebrotes ni segunda oleada, oye. Es la primera que aún está presente. No se eliminó nunca, no llegó a desparecer y lo que sucede ahora es que vuelve a coger fuerza porque las medidas que se tomaron en su momento no fueron eficaces ni se mantuvieron en el tiempo. Se animó a la gente a vivir sin miedo ni nada por el estilo, que ya existía una “nueva normalidad” en la cual todo podía estar permitido, a pesar de los avisos que emitían los lenguaraces de siempre. Pero lo hacían sin que la ciudadanía se los tomara en serio porque ni ellos se lo creían. Todo había vuelto ya a funcionar en el país, o sea, que nada malo podía suceder. ¿O sí? Bueno, lo estamos viendo. La covid19 ni se fue ni piensa irse así como así. No habrá rebrotes ni nueva oleada. En España nos bastamos con la primera para hacerle frente desde el principio con suposiciones y muchos ruegos al Altísimo. Y, cómo no, con solidaridad, respeto y sentido común, que son las soluciones que siguen distribuyendo por esas boquitas de piñón de quienes no saben qué hacer. Es que no me explico cómo nuestros políticos, desde cualquier Administración, se pueden creer esto mientras siguen permitiendo situaciones de toda índole donde el virus puede circular a sus anchas.

Ayer, aquí en Grau, se plantó un tejo en recuerdo de los muertos en esta villa, un árbol que sirva de recordatorio de lo que se sufrió sobre todo en la Residencia de Mayores. Si continúan las cosas así, dentro de un par de años habremos llenado el parque de tejos o de cualquier otra especie forestal para seguir acordándonos de lo desastrosamente mal que se siguen haciendo las cosas.

Fíjense en un dato solamente: Se recomienda un rastreador  por cada cinco mil habitantes y en nuestro país hay aproximadamente la mitad. ¿Lo pueden creer con la cantidad de muertos que llevamos, de contagiados, de agotamiento de la Sanidad Pública, según están las cosas? A los encargados de contratarlos para proteger a la ciudadanía debería caerles la cara de vergüenza. Pero no la tienen. O como me decía un amigo, la vergüenza para esta gente es verde y se la comió un burro, de ahí su forma de ser. Es lógico que haya lugares donde el contagio sea comunitario, ¿quién va a rastrear como es debido los nuevos casos de la enfermedad?  Y lo peor es que seguirá expandiéndose cada día un poco más. Hasta retornar a los peores meses de encierro, mientras no se lo tomen en serio.

Nadie quiere dar por perdido el 2020 desde el punto de vista económico, pero el camino que se lleva es que de esta crisis se saldrá cada vez más lejos en el tiempo. No tardarán en cerrar otra vez total o parcialmente, nuestras fronteras porque los países de alrededor están viendo la ineficacia con que se está tratando esta pandemia. Aún recuerdo a Torra en una entrevista en la tele, creo británica, diciendo que si fuesen independientes, estarían mejor. No sé si reírme de él a la vista de lo sucedido hasta hoy, a partir de la desescalada, y con todas las competencias en su mano, o llorar por un pueblo que tiene un presidente así.

Pero no es el único que protestaba contra la Administración central en su momento y ahora está demostrando su ineptitud.


viernes, 24 de julio de 2020

SOLEDAD

 (Mi mundo sin Celia) 

Es sobrecogedora, su ausencia.

Se vuelve aterrador, el silencio.

Mi mirada lánguida se pierde

por esquinas perpendiculares

y rincones informes.

Una sordera melancólica

en mi maltrecho oído.

No hay vida en mi casa,

hoy muda y hosca.

No hay voces altas

ni palabras quedas,

no hay abrazos fuertes,

ni besos sonoros,

ni escondites,

ni juego de la sorpresa,

ni ficha con ejercicios

ni gominolas de fresa.

Ausencia y silencio.

Cama bien hecha

y tele apagada;

la muñeca durmiendo

y el abuelo aburrido

sin ganas de cuentos,

taciturno, hermético,

quieto, silente.

Ni siquiera su presencia

incorpórea

despierta esta tarde

mi aturdida mente.


lunes, 13 de julio de 2020

INCONGRUENCIAS

        A veces, en este país en que vivimos, las incongruencias legales y políticas son increíbles. Tengo la impresión, y como yo seguro que existirá otra mucha gente, que los españoles estamos gobernados al albur de las circunstancias; que estas, dependiendo de dónde se produzcan o quien sea el responsable, se alteran por arte de birlibirloque tanto por un poder como por otro, de esos que nos cuentan que existen en España. A ver si me explico, porque no siempre soy lo suficientemente claro a la hora de pergeñar aclaraciones al respecto, por más que las veo a la perfección en mi cabeza, pero que no soy capaz luego de plasmar en un folio.

Desde hace varios días hemos estado viendo, por poner el ejemplo más sangrante, cómo en una zona de Cataluña los casos de covid19 han ido aumentando hasta alcanzar un número desorbitado de personas contagiadas, muy superior actualmente a cuando nos hallábamos en estado de alarma en el territorio nacional. Y es inconcebible que, ya que las competencias sanitarias dependen ahora de las Comunidades Autónomas, el gobierno catalán quiera aplicar un confinamiento más que necesario en esa zona determinada y va una jueza de Lleida y se niegue a ello basándose en que esa medida es propia del estado de alarma y por lo tanto solo puede ser aprobada por el Gobierno y el Congreso. Vale, pues será verdad. O sea, que de aplicarla nada. Que se contagien y que siga muriendo gente, pero por encima de la ley, de esa que interpreta ella, no pasa nadie. Ya sabéis: solidaridad, responsabilidad y respeto, amén de mascarillas, distancia y demás. Jejé. Torra dice que no piensa obedecer, y en mi opinión hace bien. ¡Pero si la situación ahí es más grave que en plena pandemia! Y desde el gobierno, que no dejaban avanzar de una fase a otra en mayo a provincias con menos casos, se lanzan a avisar que de aplicar una alarma parcial tampoco nada de nada. O sea, que allá cada uno con sus responsabilidades, pero ellos como Pilatos.

En estas mismas fechas, se celebraron elecciones en dos comunidades autónomas. Se prohíbe a los enfermos de covid que vayan a votar, uno de los derechos fundamentales de cualquier ciudadano recogidos en la Constitución, art 23 si no me equivoco. Pero en este caso los altos tribunales, otros jueces y juezas, de nuestra nación dan la razón a los gobiernos autonómicos. Mira por dónde la covid19 está por encima de la Carta Magna, quién iba a pensar que nuestros jueces lo iban a admitir. Se apela al Tribunal Constitucional y se denuncian hechos en ocasiones por menos de nada para tonterías a veces absurdas, y cuando se niega el derecho al voto a cientos de personas por una enfermedad, se autoriza dicha orden. Llegué a oír que, al ser autonómicas, un puñado de doscientos votos poco podrán influir en el resultado general, como si eso fuese lo más importante. ¡Fíjense, además, que por muchos menos que esos ya se ganaron o perdieron diputados en muchas elecciones! Mañana, si a un gobierno autonómico o nacional le da por impedir ir a votar a los mancos porque tardarían mucho en sacar el carnet, pues, hala, no votan; o a los que tienen más de ocho dioptrías porque tardarían mucho en elegir la papeleta; o si padecen de soriasis; o a …¡Qué más da! Una enfermedad priva a un ciudadano español del voto. Increíble. ¡Y que haya muchos mandamases aquí en nuestro país que aún citen los Derechos Humanos y se ufanan de ello a la hora de defender...¿qué, qué defienden?!

Por eso hablo al principio de este escrito de incongruencias. En el primer caso, a pesar de buscar y defender la salud de sus ciudadanos, se prohíbe a un gobierno autonómico tomar las mismas medidas que hace un mes tomó el gobierno central. En el segundo caso se autoriza a unos gobiernos autonómicos a saltarse la Constitución por el forro.

Somos un país de pandereta. No sé ni cómo nos podemos llamar españoles. Daría igual que nos llamasen tontos útiles, que es lo que de verdad somos para todos esos poderes que manejan esto que ellos llaman democracia.


lunes, 6 de julio de 2020

PROTESTAS EN LOS MERCADOS SEMANALES

“Buscaremos un acuerdo bueno, pero no para ellos, sino para nosotros”, esta es la frase que recoge hoy el periódico La Nueva España en referencia a las declaraciones efectuadas ayer por uno de los miembros del grupo de vendedores de textil, artesanía, etc. que suelen asistir al mercado de Grau. Y todo porque desde el Ayto. se ha decidido abordar una recolocación de puestos que habitualmente asisten a los dos mercados semanales, miércoles (bastante menos) y domingo (en abundancia).

Las razones aducidas por el Ayto. para tener que adoptar esta postura no es otra que la dichosa pandemia de la covid19 con las posibles consecuencias de contagio que puede suponer el hecho de mantener los mercados como antaño, amontonados los puestos de cualquier manera hasta el punto de que no se sabía muy bien donde acababa uno y empezaba el otro. Mientras, desde los afectados, esa especie de plataforma que han formado para manifestarse en el centro de la villa este domingo, quieren volver a sus lugares, a donde han estado situados toda la vida. Y, ni cortos ni perezosos, declaran lo de que lo único que desean es lo mejor para ellos.

Pues, por mi parte, señores de fuera y apoyos de Grau, va a ser que no. Vean lo que sucedió y está sucediendo por España con los malditos rebrotes por no cumplir unas normas establecidas para intentar evitar el mayor número de contagios posible. Y resulta que ustedes quieren volver a lo de antes, a los barullos de la gente por las calles sin mantener ni distancias ni leches. Solo miran sus propios intereses personales, les importan un bledo los ciudadanos que recorren los mercados, que les den, por lo visto y oído.

Que resulta que en Grau, por hache o por be, volviere a rebrotar el virus, pues la culpa del chachachá, o del Ayto o del Principado, pero ellos harán lo que les apetezca porque no quieren cumplir un mínimo de normas ni sienten respeto ninguno por los demás. ¿Pero, bueno, acaso no puede reordenarse el mercado, abarcando una mayor superficie de calles y plazas para que haya más claridad y sitio para los viandantes? ¿Con qué nos quieren convencer, con que la gente, cuando venga al mercado, no sabe dónde se han instalado ahora? Anda, ya; si le interesa ir a un puesto determinado, lo buscarán e irán ese día y los demás. A mí ya me sucedió. El tercer día, después de esta lacra que nos cayó, cuando se instalaron los primeros puestos por la villa, di una vuelta y enseguida hallé aquellos en los que solía comprar antes de la llegada mortífera del virus. Y hoy sé dónde se encuentran y, si me da la gana, voy directo a ellos, o bien me doy antes un paseo tranquilo por la plaza y los aledaños disfrutando de los productos expuestos, sean del comercio o la huerta local o de cualquier otro sitio. Cada uno que compre donde le plazca y lo que desee. Pero de ahí a que los representantes de los ciudadanos moscones tengan que plegarse a los caprichos individuales y egoístas de algunos aprovechados, basándose en principios demagógicos y sin sentido, va un largo camino. ¿Qué es eso de que el mercado se morirá si se cambian las cosas? ¿O que se niegan a la revisión de licencias? ¿Pero en qué pueblo estamos, quién orienta a esta gente?

El Ayto., y más en este donde la covid19 cargó con dureza, debe velar por la salud de los ciudadanos de aquí y por la de aquellos que vienen a gozar de domingos de mercado en nuestra localidad. Y lo mejor es reordenar y acoplar los puestos en lugares acogedores, pero también con todas las medidas de seguridad para la población. Y si el mercado llega a la Plaza de la Calle Asturias subiendo por la calle Cimavilla, pues que así sea. Que nadie se va a morir por recorrer doscientos metros más, al revés, se da un paseo agradable y habrá una mejor visión de todo lo expuesto.

Vale que yo no me decante tampoco por el Charcón, a fin de cuentas es un aparcamiento necesario para cuando la afluencia de gente sea mayor que ahora, y queda muy a desmano. Y si me apuran, tampoco los parques, a no ser en eventos especiales, porque su función es otra y son muchas las familias que se desplazan hasta Grau con hijos y los podrían disfrutar. Pero mira tú que no hay calles y plazas en Grau para situar los puestos de este mercado. Y además, tampoco estaría mal que se ordenaran un poco por las diferentes artículos a la venta, incluso con un espacio dedicado a los pequeños agricultores locales, pero con frutos producidos de verdad en nuestras huertas, no que lo obtengan de mayoristas para intentar colarlo y engañar a los compradores como si fuese otro su origen.

¿Y que alguien no está de acuerdo? Pues a otra cosa, mariposa, aquí paz y después gloria, a trabajar a otro lugar donde le permitan hacer lo que quiera, presionando y alterando el normal funcionamiento de esta actividad, obviando olímpicamente la salud de las personas.

Y que los vecinos y visitantes de fuera no se preocupen, que si no acuden estos, vendrán otros ambulantes con sus artículos y más mercancías que satisfarán el gusto de todos cuantos se acerquen a Grau.

Porque por las bravas y con amenazas hay asuntos que no deben ni pueden permitirse. Y menos aún cuando lo que está en juego es la salud de los ciudadanos.