Y
Grau salió en la tele. En canales regionales y nacionales. Por fin. Ya iba
siendo hora.
Qué cosas, quién nos iba a decir a los
moscones que íbamos a ser famosos.
Casi que si no lo vemos no seríamos capaces
de creerlo.
Tres agentes de la Guardia Civil agredidos
por una pandilla de gente de etnia gitana, sí, que no pasa nada por decirlo. Pero me da igual, porque pudo haberlo sido de otra. Al
principio la pelea era entre ellos, entre dos clanes o familias por asuntos que
no se sabe muy bien de qué índole serían. Pero, ay, amigos, que aparece para
poner orden la Guardia Civil y se unen entre ellos para zurrarles la badana a
los miembros de la Benemérita.
¡Qué vergüenza!. No me imagino a ningún
vecino de esta villa con dos dedos de sentido común que quiera defender esta
pelotera que dio con estas autoridades heridas. Y menos cuando a uno de ellos
lo tiran al suelo y lo apalean ante la mirada atónita de algunos espectadores e
incluso de algunos números que lo ven desde la acera de enfrente.
Y no obstante se tacha este dislate como de
un hecho puntual por parte del Ayto. Bueno, si ellos lo dicen así será.
Pero la impresión es otra, qué va, señores munícipes y jefazos de
turno. Esto es una mácula que ha caído sobre nuestra villa porque a lo largo de
los últimos años, más de dos decenas, se ha venido consintiendo y apoyando una
población que vive del cuento; no generalizo, que conste, que hay muchos que se comportan con civismo, respeto y viven en comunidad como todo hijo de vecino, pero sí hablamos de otra cantidad ajena a todo cuanto debe ser respetado por los ciudadanos.
Y esos además disponen de todo tipo de prebendas. Y cada año
que pasa la población se incrementa ante el efecto llamada de todo tipo de privilegios que les ofertan
desde los órganos municipales y regionales, además de nacionales, con el fin de evitar ser tachados de algo que se oye inmediatamente en cuanto alguien intenta levantar la voz para denunciar estos hechos: tildan por menos que canta un gallo de racista y de xenófobo al primero que discrepe.
Están equivocados quienes gobiernan. Aunque la explicación puede ser que o tienen miedo al dichoso calificativo o quieren
votos, más fácil que sea lo último. Pero los que estamos en desacuerdo no somos racistas, simplemente
estamos en contra de cualquier tipo de delincuencia, de gente que no cumple las
normas y las leyes que ocupan a todos los españoles, que se refugian en sus
propias normas étnicas, sociales o religiosas para hacer lo que quieren y se aprovechan solamente de
las leyes, pero de unas pocas, para lo que les parece, para exigir derechos mas nunca obligaciones. No pagan impuestos, no trabajan ni piensan en
hacerlo, viven a cuerpo de rey, manejan dinero a saber de qué, puesto que no se
sabe de dónde sale lo que gastan si no disponen de medios, etc. Y además, si se tercia, se entrometen
en lo que les place y amenazan con su sola presencia a cualquiera porque saben
que nadie les va a acusar de nada. Ay, amigos, pero si llegase el caso, entonces se esconden entre los suyos, insultan a todo el mundo con ese apelativo de "racista" que hoy sirve para cualquier cosa y a todos nos queda cara de gilipollas mientras seguimos aportando al fisco para que los traten mejor que a muchos de nuestros vecinos que, de verdad, necesitan tanto o más que ellos pero no lo consiguen.
Y cuando de determinadas acciones se desatan trifulcas, robos, o cualquier acto delictivo, los cuerpos de seguridad se ven inermes ya que les coartan cada día más su autoridad. Dios los
libre de hacer uso de la fuerza, se pueden quedar sin trabajo en un pispás. No sé
para qué quieren una pistola. Lo mismo podrían llevarla de juguete. Si se les
ocurriese disparar un tiro para defenderse de una agresión, aunque sea al aire,
se ven metidos en tal follón que mejor no lo hagan, ni se les ocurra si quieren mantener su puesto.
Entretanto, a un compañero le atizan en el suelo y han de quedar mirando. Si España
fuese como debe ser, si se defendiese el orden y la autoridad que debe existir en cualquier sociedad civilizada, otro gallo nos
cantaría. Porque por mantenerlo no quiere ello decir que se abuse, sino que ha de hacerse para proteger a todos los ciudadanos y procurando con ello cumplir las leyes, nos gusten más o menos.
Y aquí estamos hoy: Grau es famoso por peleas así y por delincuencia de esta ralea.
Y no soy solo yo quien piensa así, eh, pregunten si no, auntoridades, a la mayoría de
ciudadanos de este pueblo si opina igual, que sean sinceros, sin miedo, y no se queden simplemente con lo que les susurren los cuatro amigos interesados en quedar bien sobándole la chaqueta al mandamás.