sábado, 24 de noviembre de 2018

DESPERTANDO


Ojos risueños
esperando ávidos
versos mimosos
que le recuerden
el regocijo diario
de su despertar,
poema vivo
entre sábanas blancas
de versos sueltos
recopilados
en una antología
de amor sin fin.
Risa de ángel
en su cara de niña,
gozo celestial,
esa mirada
pura e inocente
que embelesa,
que enternece
la dura piel reseca
del escribidor.





martes, 20 de noviembre de 2018

DECLINA EL NOMBRAMIENTO


¡Toma ya! El que iba a ser Presidente del CGPJ, después de descubrirse algún que otro mensajito de un senador popular reconociendo, le guste o no, que los jueces están al servicio de los partidos, ha dicho que nones, que él no va a aceptar el cargo presidencial, declina el ofrecimiento no sé si por decencia profesional, que es lo que quiero pensar, o por el qué dirán a la vista de los derroteros por los que se encamina este asunto. Y ahí no queda todo, el PP se desvincula a continuación del pacto con el PSOE para nombrar a los vocales y el CGPJ se queda con el culo al aire. Los partidos ya andaban desnudos desde que firmaron, o fingieron, un acuerdo que se consumió como un gramo de tabaco en la punta del cigarrillo al encenderlo.
        ¿Y ahora? Pues nada, todo va seguir igual, qué más da unos que otros en ese Consejo. Los ciudadanos de a pie continuaremos con nuestra vida tan tranquilos. A fin de cuentas, lo que deciden en él siempre será en bien de los políticos de turno o en detrimento de los de siempre. ¿Alguien cree que el hecho de colocar a dedo, como hacen los partidos, a esos representantes va a cambiar la sociedad en función de unos u otros? Yo no. A fin de cuentas, hay poderes por encima del de los políticos que, más de una vez, han mostrado quién manda en este país... y en otros, no se crean. 
Otra cosa sería que quienes obtuvieran ese puesto fuesen aquellos que hubiesen demostrado a lo largo de su carrera profesional su valía y demostrado suficientemente su independencia a través de sentencias justas amparadas por la ley y hasta en ocasiones, si fuera preciso, interpretando y apelando no solo a ella, sino también a un mínimo de sentido común, sentido este que a los legisladores se les olvidado incluir en muchas de las leyes vigentes. Y jurisprudencia para entender esto último hay más que sobrada.
 
Sigan ustedes sin preocuparse demasiado, echen una sonrisa que en unos días lo arreglan entre ellos, si no es de una manera de otra, por la cuenta que les tiene, y este cuento se acabó.
 

domingo, 18 de noviembre de 2018

ASÍ, DÍA TRAS DÍA


Son esas, tus sonrisas, las que me espolean,

tus ojos luminosos los que me alientan,

tus palabras con lengua de trapo las que me infunden

las ganas de vivir deliciosamente

el día a día a tu lado, cuidándote, queriéndote, mimándote,

aunque al tiempo, todas mis  neuronas,

miedos de abuelo, sobrecogiéndome irracional  

ante cualquier aflicción tuya figurada fantasiosamente

por mi mente febril, temerosa y calenturienta

Son esos, tus abrazos, los que funden mi alma,

tus besos los que acaparan todo mi amor,

tus caricias suaves en mi cara las que me conmueven

hasta no saber qué hacer sin tenerte cerca,

transformado, en un simple instante tumultuoso,

en un insignificante y traslúcido espíritu errático,

en un fantasma solitario en busca de destino.

Son tus despertares somnolientos los que me abren al día,

tus pasos titubeantes, aún quejosos por madrugar,

los que me obligan a andar,

quienes me despiertan a la vida,

porque sin tu existencia no amanece nunca,

permanezco desconcertado, deambulando de un lado a otro,

como un sonámbulo con rumbo a ningún sitio,

alelado, lagañoso y embotados los sentidos,

ausente de la realidad.

Así hora tras hora, día tras día,

así siempre, mientras la muerte respete mi caminar.


Continúen con el fin de semana y que la sonrisa siga en sus caras.

 

jueves, 15 de noviembre de 2018

PLATOS Y VASOS


¡Madre mía, se acercan las Navidades! ¡Si hace cuatro días que estábamos viendo la cabalgata de los Reyes Magos y agachándonos en busca de caramelos que luego nadie comía!

-Tito, falta un mes.- me dijo ayer mi nieta.

-¿Qué?- me pilló despistado, iba dándole vueltas a una palabra que no me salía, aunque estaba en la punta de la lengua, desde hacía un par de días para calificar una situación en uno de los escritos que atiborran en ocasiones el escritorio de mi ordenador, antes de deslizarlos, una vez terminados, en la carpeta de Documentos.

-Que falta un mes para poner el árbol y el nacimiento. Pero van a venir Nino y Tata para ayudarme, porque yo no me acuerdo de cómo fue el año pasado, era muy pequeña, no tenía todavía tres años.- Y sus ojos hacían chiribitas poniéndose en situación, quizá rememorando escenas con sus primos, o contemplando las luces de colores del árbol de Navidad, o viendo el portal y las figuras del belén y más que nada, seguro, soñando con los paquetes de regalos.

-¡Ah, muy bien! Es que estaba despistado, cielo, – le expliqué mirándola a los ojos, centelleantes y vivarachos, que mantenía fijos en algún lugar nebuloso, pero que me imagino lleno de la naturaleza jovial, alegre y entusiasta de aquellas fiestas.- ¿Así que dentro de un mes a decorar la casa, eh?

-Sí, Tito- me respondió surgiendo de entre los sueños en que andaba metida hasta entonces.- Y tengo que acordarme de poner los platos y los vasos.

-¿Qué platos y qué vasos? ¿Qué los vas a colgar en el árbol con las cintas y las bolas de colores?- Yo seguía aún un tanto ido en busca del dichoso “palabro” que se me sumía en el olvido en cuanto creía que ya lo tenía. Era como si mis cuerdas vocales y mi lengua se rebelaran en perfecta comunión para mantenerme alejado de ella. Y aquello me rebelaba.

Cuando volví la cabeza hacia la pequeña, percibí una sombra de inquietud en su mirada, como si estuviese viendo a alguien enajenado y desconocido para ella.

-¿En el árbol? ¡Estás loco, Tito!- y se llevó el dedo índice izquierdo a la sien.- ¡¡¡¡Para Papá Noel y los renos, y para Los Reyes y los camellos!!!! ¿O no van a comer y beber algo cuando lleguen a casa?- explicó componiendo todo tipo de gestos y muecas con la cara y ademanes y aspavientos con sus manos, firme y con los pies clavados en el suelo, vuelta hacía mí y con sus ojos en los míos.

-¡Ah, claro! ¡Los platos y los vasos! Ahora caigo, palomina mía.-  disimulé todo lo que pude mi falta de atención, haciéndome el sorprendido y mostrándome a la vez como confuso por mi ignorancia.

-Tiiitooo, no te enteras, eh.- Luego, siguió hacia adelante, pavoneándose como si me hubiese impartido una clase sobre el origen del universo, me dejó un par de metros atrás y abrió la puerta trasera del coche para subir a la silla infantil en que viajaba.

De repente, lo vi claro. La palabra era alabeo. Por fin.

Sigan bien, disfruten de la jornada y que esa sonrisa no falte.

martes, 13 de noviembre de 2018

MÁS DE LO MISMO


Ciudadanos se desmarcó de la ópera bufa que desde siempre los partidos políticos muestran, confabulados, para elegir a unos jueces, a un Consejo General del Poder Judicial, que presuntamente se plegará cada dos por tres a sus órdenes o recomendaciones. Sí es verdad que Cs nunca ha estado de acuerdo con esta forma de elección, pero mientras las leyes sean las que son, poco podrán hacer. No obstante, es chocante cuanto menos que realcen su postura y se nieguen  a participar de una ley que está en vigor. Si eso es posible, por qué no, a santo de qué, podremos enjuiciar de otra manera a los independentistas catalanes cuando no admiten la constitución y se van por otro lado. Ni unos ni otros admiten determinadas leyes, lo que sucede es que, en tanto en cuanto estén vigentes, han de respetarlas. Otra cosa es que estén en contra de ellas o de su derogación y para eso, ya saben, en el Congreso y dejar de patalear al aire.

Y por otro lado, la connivencia entre PSOE, Podemos y PP para elegir a aquellos jueces que consideran más afines a sus intereses. Incluso eligiendo un Presidente del Consejo, saltándose la norma de que debe ser elegido por los componentes de dicho Consejo y no por los partidos políticos. ¿Y aún quieren convencer a los españoles que hay diferenciación de poderes en España? ¿No tendrán razón ERC, CDR, o PDECat cuando afirman que en España la justicia no se imparte en las salas judiciales? El paso que han dado los partidos de siempre y sus acólitos, esos populistas cuando interesa nombrarlos así, es que las palabras se las lleva el viento y el compango del pote mejor en sus propios platos, aunque con los huesos permitan hacer un caldo para los demás.

¿Quién dijo que en España hay tres poderes independientes? No es por nada, es para reírme del iluso, demagogo o falaz personaje.

Sigan bien, disfruten del martes y trece y no pierdan la sonrisa.

MADRUGADA DE OTOÑO





         -¡Hooolaaa, buenos díííaaaas!- Y así fui poco a poco despertándola, entre alguna cosquilla bajo el brazo y una carretada de besos de lobito, suaves, esponjosos y dulces como la miel.
-Ummm, buenos días, Tito.- Y aupó sus brazos, me los echó al cuello, me acercó a su cara y me dio uno, dos, tres besos sonoros, de esos que penetran por los oídos directos al corazón. – ¿Es de noche, Tito?

-Sí, aún sí. Pero espera, que voy a correr el visillo y bajar la persiana para que veas amanecer.

-¿Ya salió el sol?– me preguntó extrañada.- ¡Pero si es de noche! Lorenzo todavía no está. Espera, a ver si está Catalina.- Y se lanzó fuera de la cama, descalza, arrimándose a la ventana.
En el cielo brillaba una luna llena magnífica que reinaba sobre el firmamento, acomplejando a unas estrellas que lo único a lo que podían aspirar era a ser meras acompañantes de tan singular belleza.
-Mira, Tito, allí.
-¿Dónde?
-Allí, junto a Catalina. ¿No lo ves?- Había estirado el brazo y señalaba con el dedo hacia un punto indeterminado del cielo.
-No veo nada, cielo, ¿qué hay allí?- Mis ojos recorrían aquella negrura iluminada por miles y miles de luceros, intentando divisar las luces de un avión o algo similar.
-Papá Noel, Tito. Allí, en aquella estrella, seguro que está esperando por la Luna para desayunar con ella.- Me quedé perplejo, aunque no tardé en reaccionar y seguir la corriente de aquella imaginación desbordante que sabía que la pequeña poseía. Su mundo era el mío y yo lo vi también, en el mismo lugar que ella señalaba.
-¡Claro, ahora lo veo! Y están allí los renos. Fíjate, a la derecha, allí está Rodolfo.
-¡Hala, es verdad! Estarían toda la noche vigilando.
-Claro, mi cielo. ¡Y pobres de los niños que no se hayan comportado bien!- La miré como diciéndole que a ver ella lo que hacía.
-¡Y de las niñas, Tito! Pero yo ayer fui buena, eh.
-Ayer sí, que me lo dijo el pajarín cuando me levanté.
-¿Quién, el gorrión?- Su cara mostró la misma sorpresa de otros días cuando yo le comentaba alguna situación que achacaba indefectiblemente al soplo de mi vigía particular, pero que conocía a través de sus padres.
-Sí, ya sabes que me cuenta todo lo que haces.
-¡¡Míralo!! ¡¡Ahí, ahí, en el árbol!!- Y señalaba como una loca para unas ramas de un peral medio seco donde, efectivamente, se posaban varios gorriones anhelantes por el primer rayo de sol.
-Es verdad, el que está en la ramita más alta, ese es mi amigo.
-Sí, y está mirando hacia aquí- dijo mientras lo saludaba con la mano a través del cristal.
Justo en ese momento, por detrás de los montes aún en penumbra, unos pequeños resplandores anaranjados comenzaron a dar muestras del despunte del día.
-Mira, Celia, está amaneciendo. Fíjate por allí, en el cielo, cómo comienzan a verse los primeros rayos de Lorenzo.
-Vaya, Tito, entonces ahora se marcha Catalina. Y a mí que me gusta más Catalina.- Puso pucheros como si estuviera muy enfadada y se dirigió hacia la cama a calzarse las zapatillas rosas de Minnie.
-Es lógico, Celia, Catalina tiene que desayunar y luego acostarse, que lleva toda la noche levantada. Además la están esperando.
-¡Uy, es verdad, Tito, estará súper cansada· Y se dio la vuelta para acercarse nuevamente a la ventana.- Y Papá Noel y los renos… ¡Oooh, ya no se ven!
-Normal, mi palomina, ya se habrán sentado en la cocina de su amiga estrellita, que estarán más calentitos, a esperar por Catalina.
-O ya desayunaron solos y se marcharon al Polo Norte.
-Puede que sí, estos meses tienen muchísimo trabajo con la preparación de juguetes.
-Claro. Pero de noche vuelven, que los veo yo a veces por el Paseo del Río. Y andan observando a través de las ventanas a ver lo qué hacen los niños en casa.
-Ya. ¿Y las niñas como tú, no?
-Ya.
-Bueno, ¿y tú qué, vas a desayunar o piensas llegar tarde al cole?
-No, Tito, que hoy tengo Gimnasia Rítmica.- Y salió arreando hacia su mesa pequeña del salón donde la esperaba el desayuno que previamente le había preparado su abuelo, su Tito.

-Tito, ponme dibujos.- Se apresuró a decirme, después de desechar las zapatillas que nunca le gustaron, mientras se ponía los calcetines de andar por casa y luego se sentaba
Así que Tito, éste que escribe porque no sabe estarse quieto sin juntar de vez en cuando un montón de palabras, asió el mando de la tele, la encendió y la puso en un canal donde un Troll intentaba alcanzar a Ricitos de Oro. A continuación, con la niña ya tranquila y comiendo su primera galleta, se dirigió hacia la habitación de la pequeña, echó las ropas de la cama hacia atrás y abrió la ventana para ventilar el cuarto. Luego, cerró la puerta y volvió al salón para que Celia no se descuidase y desayunase correctamente.
Aún faltaba asearla y vestirla, otorgarle a continuación unos diez o quince minutos de tiempo libre, durante los cuales le haría la cama y cerraría la ventana, e inmediatamente salir hacia al cole.
Los últimos momentos en casa, me dediqué a contemplar a la nieta, que trajinaba totalmente concentrada con varios vestiditos, pañales, botecitos, biberones y otros accesorios propios para el cuidado de sus muñecos, ajena completamente a la tele. No se me borró la sonrisa de la cara, hasta que miré el reloj y vi la hora.
-¡Hala, Celia, cielo, que se nos hace tarde!- exclamé cuando me di cuenta que aquellos momentos habían durado casi veinte minutos.
Con la sonrisa pintada aún en la cara, la vi llamar el ascensor.

         Sigan ustedes bien, y no olviden que un mínimo de una sonrisa diaria es salud.