viernes, 18 de marzo de 2022

SIGUE LA HUELGA

             Van ya cinco días de huelga de transporte y el Gobierno como si nada. Con echarle la culpa a la ultraderecha, listo. No se reunirán con los convocantes porque los ministerios a los que compete ya tratan con las Federaciones de las grandes empresas del Transporte, con aquellas que reciben subvenciones para mitigar gastos a los que los pequeños empresarios y autónomos no pueden acceder. Cuentan los voceros del Gobierno que solo representan a un diez por ciento. Pues, jolín, para ser tan pocos, menuda la que tienen liada.

Es increíble la falta de responsabilidad, no de los huelguistas, no, del gobierno, ante un hecho que está parando empresas y afectando en grado sumo a sectores primarios de la alimentación, como el lácteo, el agrario o el pesquero, negándose erre que erre a sentarse en una mesa y tratar de terminar con esta sinrazón que atañe a todos los españoles. Con decir que se mandan miles de agentes a evitar piquetes (¡cómo si no los hubiese en todas las huelgas y se permiten o no según de qué sea la protesta!) y contar que no hay desabastecimiento, aunque los productos no lleguen a las tiendas, en contra de todas las realidades que día a día se visibilizan en España, tienen bastante. Ucrania ha taponado los oídos del Gobierno Español y solo siguen hacia adelante con las orejeras puestas. Lo mismo que muchos periodistas que se hacen eco de las protestas, haciendo como que escuchan a ambos bandos, pero dejando escapar siempre alguna que otra opinión favorable al Gobierno. A algunas radios y televisiones se les nota muy mucho la falta de objetividad y callan aquello que les han mandado obviar desde los puestos de los mandamases.

Me ha chocado estos últimos días la ausencia de algún tipo de intervención de la Ministra de Trabajo o del de Consumo, por poner un ejemplo, respecto a la huelga. O no se enteraron o les resbala. A fin de cuentas son de otro partido (Podemos-IU) y si Sánchez (PSOE) es quien va a pagar los platos rotos de esta huelga, a ellos les viene de maravilla.

Un Gobierno de oídos sordos que, en cuanto algo se le tuerce, le echa la culpa a VOX. Y no son ellos nada más. Del otro lado, la oposición, si algo se hace mal o muy mal, le echan la culpa al radicalismo izquierdista de Podemos o ERC o BNG,… qué más da.

Tales para cuales. Y aquí paz y después gloria.

Y de momento los sindicatos… ¡Ah, me dice un pajarito, que están contando los millones de euros que les han incrementado en subvenciones y con los que el Gobierno les tapa la boca para determinados asuntos! Pues bueno… Ánimo, no os vayáis a equivocar, lacayitos.

Ale, que me voy ya. A ver si hay suerte y los sectores que hoy están en huelga (transportistas, Gobierno y sindicatos, que los tres lo están), se sientan más pronto que tarde a discutir sobre esos problemas que nos afectan a todos y resuelven este caos, dejando a un lado la soberbia y la cerrilidad. 

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