¡Menudo revuelo el de la amnistía de
algunas personas privilegiadas que se quieren aprovechar de la debilidad de la
clase política española! O tal vez no sea debilidad, sino ambición, concepto este
más aproximado a la realidad, a la vista de los hechos.
Supongo que todo se explica desde el punto
de vista de algunos trepadores que quieren convencer con que la política es la
política y hace compañeros de viaje tan extraños que apabullan a un ciudadano
medio.
Por un lado, Feijóo, que no tiene los votos
suficientes, o eso parece, para convertirse en Presidente de este país, anda
dando palos de ciego esperando que baje el Espíritu Santo e ilumine a alguien
(cuatro votos más necesita) que lo apoyen; por el otro, Sánchez, que pactará
con el diablo, si es preciso, para seguir en el sillón. Y aún me atrevería a
más, a Yolanda, cuyo anhelo por figurar está fuera de toda duda y se aliará con
quien le venga en gana mientras ella pueda seguir en la cresta de la ola
mandando.
Si por lo que parece, la disyuntiva que nos
espera se resuelve a favor de un gobierno semejante al anterior, ¿volveremos a
tener al cargo de diferentes ministerios a gente preparada o nos obsequiarán
con ciertos inútiles como alguno de sus predecesores?, ¿tendremos que cambiar
textos de la Constitución y los votará el pueblo español o sacarán leyes porque
sí que solo convencerán a una minoría de ciudadanos, aunque quienes las
aprueben digan que representan a la mayoría?, ¿nos creemos que habrá
legislatura para cuatro años o no?, ¿comulgaríamos con un referéndum en alguna
de las Comunidades Autónomas?, ¿veríamos a personajes de pandereta dirigiendo
en las sombras o desde fuera a este país?. Y así podría seguir enumerando
preguntas y más preguntas sin respuesta, o al menos sin una que me pueda
convencer, porque a fin de cuentas la política es la política, me explicaron, y
lo que se diga hoy ya no sirve mañana.
Por último, ¿por qué se empeñan algunos
partidos en hablar de una mayoría progresista, como si esta fuese la mayoría de
izquierdas, en contra de un bloque conservador, o sea de derechas? ¿Es que el
PNV o Junts (aquella antigua Convergència Democrática de Catalunya, del Sr.
Pujol y sus amiguetes) son de izquierda, o de centro izquierda o de extrema
izquierda, como para formar parte de una mayoría progresista? Ah, los
intereses; no son algo de derechas ni de izquierdas, lo son del dinero y del
poder.
¡Pobrecitos los españoles de a pie a
quienes nos hacen comulgar con cualquier cosa, hasta con ruedas cúbicas de
molino de hidrógeno verde!
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