¡¡¡¡Horrible, espantoso, espeluznante,
doloroso, vergonzoso,…!!!! Pueden añadir adjetivos, los que deseen y más. Si
acaban ustedes con los que existan en los diccionarios, inventen más.
Acabo de ver en la tele unas imágenes en
las que una niña, atada en una cama, para evitar que se pudiese mover y no
interfiriese en los movimientos del doctor, era intervenida quirúrgicamente,
sin ningún tipo de anestesia, por un médico en un lugar indeterminado de Gaza.
Sus gritos desesperados de ¡¡¡Mamá, mamá!! entremezclados con sus quejas de dolor, sus ¡¡Ay!! que sonaban en mis
oídos como bombas, destruían mi confianza en el ser humano.
Por mi cabeza pasó la imagen de mi nieta y
no fui capaz de aguantar las lágrimas. Noté como se me arrasaban los ojos y a
continuación un par de lagrimones me empaparon las mejillas.
¿Cómo es posible que el ser humano sea
capaz de tolerar estos hechos? Supongo que es uno entre tantos de los que
actualmente están sucediendo en esa franja palestina arrasada también por
bombas, igual que mis oídos y mis ojos. No cabe en mí orden moral de las cosas
que estos sucesos lleven repitiéndose tantos días.
¿Acaso nadie, entre tanto mandamás mundial
con poder suficiente para evitar esta escalada criminal, tiene hijos, nietos,
padres o abuelos?
Israel, como respuesta a los atentados de
Hamas, les devolvió la moneda. ¿Pero ahora, después de tantos y tantos miles de
muertos como llevan, tanta destrucción causada, tanto dolor infligido a
civiles, no entienden aún que el odio hacia ellos en el mundo sea cada día que
pasa irreversible? ¿Hasta dónde querrán llegar?
En sus cadenas de televisión deberían poner
el vídeo que yo vi. No sé qué opinaría la ciudadanía, pero quizá sería el modo
de parar esta barbaridad. No soy ingenuo, claro. Esas imágenes nunca las verán.
Pero, ¿y el resto de los países, de las organizaciones
mundiales? Se limitan a decir cuatro perogrulladas sin ánimo de intervenir
verdaderamente en el fondo de la cuestión. Desde hace varias décadas, Israel
hace y deshace a su antojo en aquellos territorios. Cuenta con su gran valedor
americano y con una ONU,, inoperante con los poderosos, que les permitió,
aunque fuese mirando para otro lado, todas las barrabasadas que se les
apeteció. Y buscar la paz en esa zona del mundo cada día se ve a más siglos de
distancia. Además, los árabes mismos, esos países del Golfo Pérsico, unos
podres de dinero y otros de fanáticos, dan por bueno lo que hay. No oí a
ninguno de ellos decir que van a acoger a miles de palestinos que huyen de la
barbarie. Tampoco los quieren. ¡Pobres de ellos! Pero, verdaderamente, tampoco
se dejan querer, eh. Porque no es que quieran tener su propio país, no, quieren
destruir a Israel.
Y entre el odio de unos y el de los otros,
así les va: a ellos, entre muertos; a nosotros, ante la visión del dolor ajeno
que remuerde muy pocas conciencias debido por un lado a las motivaciones políticas
que existen en el mundo y por otro a los intereses económicos que manejan con
total impunidad.
¡Por Dios, el que sea en el que crean,
hagan algo, unos y otros!
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