martes, 17 de octubre de 2023

SITUACIÓN ABSURDA

 

Estos días, aquí en Grau, estamos asistiendo a una situación disparatada, ridícula e incluso con situaciones que rayan el esperpento y la absurdidad desde que una juez falló que había que cerrar un negocio de hostelería. y es que dicha juez, por lo visto, ha asumido a la perfección ese dicho de que la ley es igual para todos. Aplausos.

Parece ser, según las noticias que se leen en distintos medios de comunicación, que dicho negocio se abrió en un lugar que estaba protegido parcialmente por su declaración de zona histórica del casco histórico de la villa.

También parece ser, según se puede leer en las declaraciones del hostelero, que contaba con todos los permisos necesarios para su apertura tanto del Ayuntamiento como del Principáu d’ Asturies y en cuyos trámites tardó alrededor de dos años o algo así (¡para qué digan que la burocracia funciona en nuestra Comunidad!).

Del mismo modo, el dueño no escatima esfuerzos para denunciar los puestos de trabajo perdidos y la situación económica en la que queda él y su familia, con deudas que estima en cerca del medio millón de euros entre hipotecas y los gastos para acondicionar el local en su momento, así como la devolución de la subvención que la Administración le había concedido tiempo atrás.

Igualmente, y según los periodistas que cubren el caso, se incide en que todo acabó en el juzgado porque un vecino (en este momento, no sé quién ni tampoco me importa mucho) denunció la situación, lo que dio lugar después de meses pasando por distintos tribunales al fallo último por el que se conmina al Ayuntamiento al cierre antes de diez días (se cumplió el pasado sábado y desde el domingo permanece cerrado).Y de todas esas noticias que lo recogen se desprende, o así me da a mí por entenderlo a riesgo de equivocarme, subliminalmente, como que, claro, si este vecino no lo hubiese denunciado, el bar seguiría abierto con sus puestos de trabajo y aquí paz y después gloria.

Pues bien.  Resulta que eso tan interesante que conocemos como normas, leyes, órdenes  y a saber cuántas cosas más  son redactadas e impuestas a los ciudadanos por las distintas administraciones, y estas, supongo yo, deberían conocerlas ya que son quienes deben velar por que se cumplan. Y el hostelero dispone de documentación firmada (me/nos gustaría saber quiénes estamparon en ellos su firma), por las dos administraciones, local y regional, que lo autorizaron a emprender y abrir su local. Y también resulta que llegó la Administración de Justicia y dijo que nones, que de legalidad para abrir na de na.  

O sea, que tanto el Ayuntamiento como el Principáu d’Asturies  metieron la pata hasta el corvejón

Bien, pues el hostelero no tiene otra que denunciar a quien metió esa pata si quiere sacar algo de todo esto. Y a esperar, que este tipo de hechos no se resuelven de hoy para mañana.

Y al Ayuntamiento y al Principáu bien les iría encontrar a los responsables del desaguisado (de ahí saber quiénes estamparon su rúbrica) y mandarlos a sus casitas, si se puede, o si no a contar las baldosas del pueblo o las piedras de los caminos, que aunque se equivoquen en cuatro o cinco no devendrán carajadas importantes.

No obstante, todo esto siempre quedará en manos de la Justicia, que será la que ponga punto y final dentro de ….. años ( en los puntos suspensivos pongan ustedes el número que quieran).

Y para acabar, bien por ese vecino. Si no fuese por él, ni quienes tienen que cuidar de nuestro patrimonio se hubiesen enterado del atropello, y, peor aún, serían capaces de seguir haciendo los mismos disparates. 

Nota.-

Ah -me comentaba un  amigo en el bar charlando sobre el tema-, y que no vale ahora cambiar las normas o las leyes para beneficiar a un ciudadano en particular y evitar un gasto enorme, que pagaremos todos, a las arcas municipales o autonómicas, en función de la responsabilidad de cada cual. Eso - me decía-, sería un delito que se llama… ¡uy, que creo que ya no es delito! Imagínate que cada vez que alguien manda hace las leyes a medida de sus amigos o de sus intereses, pues entonces…Anda, que estamos arreglados con los que nos gobiernan, que no conocen ni lo que ellos legislan.

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