domingo, 27 de septiembre de 2009

PRIMERA PLANA...CON SACARINA.

¡Vaya manera de empezar el día!
Cuando salí a la calle a eso de las ocho de la mañana, el cielo azul me recibió a la entrada del portal anunciándome una jornada primaveral, a pesar de estar finalizando ya este mes de retorno a las clases, este mes que, después de un verano dedicado a la dulce tarea de no hacer nada o sólo dedicarse a lo que a uno más le apeteciese, obliga a maestros, profesores y alumnos a enfrentarse nuevamente a la rutina diaria de soportarse unos a otros, de esperar el fin de semana para olvidarse de los libros y las aulas, a tachar del calendario los días que faltan para las próximas vacaciones o simplemente para el próximo puente.
Caminé, pues, disfrutando del aire a estas horas aún limpio, inspirando hondamente y pensando que dentro de un par de horas el ruido y los gases de los coches iban a rodearme y a devolverme a la cruda realidad del día a día. Y como siempre, después de cumplir con una de las tareas que me tengo asignada, cual es la de acercarme a La Podada y ver a mi madre, preparándole las medicinas del desayuno, tomarle la tensión y comprobar el nivel de glucosa, inyectarle la insulina correpondiente y curarle los ojos, volví sobre mis pasos para cumplir con otro de los hábitos que intento por todos los medios no perder desde hace varios años: comprar el periódico y contribuír a las arcas del estado con la compra de un paquete de tabaco. Aunque este último, cada día más, es uno de esos "vicios" a los que no hago más que darle vueltas en la cabeza pensando en cómo dejarlo de una santa vez. ¡Si no fuera porque a los políticos les importa tanto la salud de los ciudadanos que nos lo van a prohibir, aunque eso sí permitiendo su venta cargada de impuestos, seguro que ya lo habría dejado! Pues por eso, por llevarles la contraria, sigo fumando. Porque soy incapaz de hacerle caso a alguien que se toma sus atribuciones tan a la tremenda como para imponerme sus propias ideas sin tener en cuenta las mías. y que además después te los encuentras a ellos haciendo ostentación con toda su hipocresía, que es mucha, de fumar sus propios habanos que, casi estoy por apostarlo, no les cuestan nada, les llegan al bolso "de papu". ¡Y si sólo fuese fumar!
Bien, pues ya estoy listo para otra de mis costumbres preferidas matinales: por semana apoyado en la barra o los fines de semana sentado en una mesa, leer ese periódico que viene conmigo debajo del brazo, mientras tomo un café cortado, pero con azúcar. ¡Lo de la sacarina, como que no! Quien sabe si dentro de cuatro días el médico se verá obligado por mi mala cabeza a indicarme de forma más o menos sutil o de una forma clara y directa que sería mejor para mi salud que la usara, pero por ahora...Y es que no entiendo a esas personas que se sientan, piden un café con sacarina, porque dicen que tienen... , y a continuación un par de pastas o un pastel para acompañarlo.¡Coñó con la sacarina! Seguro que abre el apetito.
Y bueno, hoy es domingo. Me toca sentarme en la mesa. Abro el periódico que hasta ese momento permaneció doblado por la mitad en mi mano mientras pedía y pagaba mi consumición. Y entonces...Primera plana: ¡El Gobierno sube los impuestos! Y los "paganini", como siempre, los de siempre. Se me atraganta el café y toso dos o tres veces para desempapizarme. Y pienso: !Mañana lo tomo con sacarina!. A ver si se me abren las ganas de comer y soy capaz de digerir estas medidas que nos van a sacar de la sima económica en la que estamos atrapados. ¡Ah, y voy a tener que apuntarlo para no olvidarme, con un par de pastas de chocolate!
Que ustedes disfruten del día. Pásenlo bien, si les dejan.
Hasta la próxima.

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