Tenemos Gobiernín en
Asturies. Nuevo, pero viejo, vamos que algunos se han intercambiado algún
sillón, otros han mantenido el suyo y aparece de pasada algún rostro nuevo,
pocos. Enseguida se ponen al duro trabajo que supone sacar a Asturies de la
crisis general por la que pasa y se toma la primera gran decisión: irse de
vacaciones. Eso es trabajar y lo demás cuento. Que todo el mundo crea que han
tenido once meses de dura labor para sacar Asturies del atolladero y necesitan
un descanso. No, si vamos a tener que aplaudirlos y todo. Desde abril de
campaña autonómica hasta mediados de mayo, negociaciones y demás para elegir al
presidente hasta mediados de julio, y por fin nombramiento de consejeros más
creación de comisiones parlamentarias. Total, que a finales de julio hay
Gobiernín y demás cargos entre nuestros diputados. Emulando a Aznar, se toman
la licencia de pensar que nuestra tierra va bien, como aquella España de
entonces, y se tumban a dormir la siesta durante el mes de agosto. ¡Ah, es que
hay demasiadas folixas desperdigadas por nuestra geografía! ¿Quién se va a
poner a trabajar si tienen la cabeza en las fiestas de su pueblo o en la Feria
de Muestras o en tomar una cañita a la sombra en una terraza para enfrentarse
al calor infernal de la canícula agosteña, que es que da una galbana, tú? Nada,
nada, que así no se va a poder dar golpe y lo mejor es coger fuerzas para el
otoño. Pues, ala, ya está, no olvidemos que vienen las elecciones generales y
hay que comenzar con la precampaña y la campaña, y estas son duras más que
duras, recorriendo otra vez Asturies para contarnos lo de siempre, para las
promesas vacuas, la demagogia y la grandilocuencia. O sea, que un año más a la basura para
Asturies. Y van…
Venga, ustedes no
se quemen y disfruten del verano con la sonrisa en la cara.
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