domingo, 16 de agosto de 2015

SOSTENELLA Y NO ENMENDALLA


Las fiestas durante este mes de agosto amenazan con ahogar a cualquier ciudadano que intenta encontrar una más folixera que las demás o con más tradición o con más actuaciones, o simplemente aquella en la que la orquesta que toque durante la verbena tenga un nombre que anime a desplazarse equis número de kilómetros para oírla, aunque haya que aparcar en la Conchinchina. Hay fiestas y celebraciones de todo tipo y uno se vuelve loco para encontrar a cual ir. O por el contrario, como es mi caso, encontrar un lugar donde no haya ninguna y se pueda pasear con tranquilidad. A veces, muchas veces diría yo, aunque quiero creer que somos más de uno, intentamos colarnos por entre todo este batiburrillo de festejos locales, trazar una senda que nos lleve en línea más o menos recta, o aunque sea en un zigzag bien enrevesado, a algún otro lugar donde gocen de la paz de un día de verano sin fanfarrias ni voladores ni sesiones vermut ni procesiones. Y es posible que la haya, pero, coime, aún no la encontré. Vaya donde vaya, he de pasar por narices por algún sitio donde se celebra San o Santa lo que sea, o la Virgen de algo o la feria de no sé qué. No me quedaría, pues, más remedio que echarle la culpa  a mi falta de planificación, pero como uno es muy suyo y admitir los propios errores no está bien visto, pues yo se la echo siempre al GPS del coche.Y así una y otra y otra vez, ya que alguien tiene que pagar por ello, y el artefacto dichoso no protesta o al menos no se le hace caso. Otros se disculpan con medidas de seguridad de un imputado o en la amistad de hace muchos años, aunque tampoco se lo crea nadie. No obstante, ni yo ni el otro dimitimos y dejamos los planes y las cosas en manos de otros que sean más serios a la hora de actuar, sino que volvemos erre que erre a lo mismo. Y así nos va, yo intentando encontrar un sitio tranquilo y él escondido entre sus disculpas, culpando de sus cuitas a los demás que lo único que buscan, según él, es embrollarlo todo. Pero los dos nos equivocamos y lo peor es que lo sabemos. Ya sabéis lo que dicen: sostenella y no enmendalla.
Sigan disfrutando, que el verano está entrando en las últimas. No obstante, la sonrisa siempre a punto, haga sol o llueva a cántaros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario