viernes, 13 de octubre de 2017

ESPERANDO RESPUESTA


Estos días, en España, muchísima gente habla sobre el tema catalán y espera a conocer la respuesta a la carta que el sr. Rajoy le ha enviado al sr. Puigdemont en la que pregunta si, por fin, después de la declaración hecha el pasado día diez en el parlamento catalán, este territorio es una república o no. Porque es que ya le vale, no lo entendieron ni los propios catalanes.
Así pues, ¡qué importante se han hecho de repente esos dos adverbios enfrentados entre ellos en su forma de pensar: sí – no! Casi tanto como los políticos de un lado y los del otro. Pero, en fin, ya veremos cuál es la respuesta. Si fuese afirmativa, se abrirían unos cauces para intentar resolver la cuestión; si fuese negativa, serían otras las respuestas y los cauces, aunque aún nadie apueste por decir cuáles serán o podrían ser con exactitud. Tanto en uno como en otro caso, las heridas continuarán abiertas, llamen como llamen al resultado.
Pero también puede haber una respuesta muy puigdemontiana, emulando las explicaciones dadas en el Parlament, apelando al galleguismo del presidente del gobierno español: ni sí ni no, sino todo lo contrario.
Y hala, otra vez a dar vueltas sobre lo mismo, sobre qué querría decir con respuesta tal: ¿será que sí, pero no; aunque sea no y dejemos para más tarde el sí?, ¿acaso reconoce que no se separan, pero le hacen la cobra al resto de España?, ¿o sí se separan, pero siguen siendo españoles para lo que les interesa?, ¿o se constituyen en una república monárquica con el fin de que España se transforme en una monarquía republicana?, ¿ o bien será que desean pactar otro referéndum, esta vez legal, controlado por la CUP y con el visto bueno del gobierno venezolano?, ¿quizá lo aplazará hasta que Pablo Iglesias sea Presidente de Gobierno en España?, ¿ o que quieren una comisión para llegar a acuerdos con Hernando, Casado y Rivera de un lado, enfrentados a los diestros Trapero, Ana Gabriel y Rufián del otro?
Pero bueno, da igual. Aquí lo que se trata es de hacer notar la banderita, a ver quién la tiene más grande (la banderita, eh). Pronto algún industrial espabilado se dedicará a fabricar esteladas rojigualdas o rojigualdas esteladas. Y con eso todo resuelto. Las manifestaciones serán todas por el estilo en colorido y tonterías dirán más o menos las mismas, según el bando.
Como las que escribo yo, aunque las mías me divierten y me hacen sonreír según se plasman en el papel. No pido más. Allá cada uno, que es muy libre de buscar la manera de arrancar una sonrisa a su cara y eso es gratis y no cabrea.
 
 

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