jueves, 9 de enero de 2020

CUESTIÓN DE FE


Ya tenemos presi, cuatro vices, un montón de ministerios y cientos de asesores y demás cobradores de sueldos a nuestra cuenta. Dentro de equis tiempo, también tendrán pensiones por una temporada viviendo a cuerpo de rey, planes de pensiones  y demás prebendas. Y si se tercia, al acabársele el chollo, un puesto de ejecutivo en alguna de las grandes empresas de este país. ¿Qué más podríamos desear? A fin de cuentas, ya tenemos gobierno, que era lo que nos quitaba el sueño (además de Iglesias a Sánchez). Y todos felices y comerán perdices…y percebes, y langostas y trufas negras y demás alimentos opíparos bien regados de un buen vino de la tierra y un buen champán como colofón, para hacer bien la digestión.
Y los de la oposición continuarán con sus amenazas y sus bufonadas, desconcertados al no poder ser ellos quienes ocupan esos cargos tan apetitosos. Aunque tampoco serán de los que piden el céntimo en la calle para incrementar su paga, eso no, que también se llevan al bolso una cantidad apreciable de salario público, es decir, a cuenta nuestra. A pesar de sus críticas feroces, de sus salidas de tono, de sus algaradas callejeras, también gozarán de manjares suculentos, muy asemejados a los de la parte alta de la pirámide, y brindarán con la misma fruición con los mismos caldos.
Los españoles, maravillados ante tanto derroche, seguiremos pidiendo un céntimo por las calles para nuestros míseros sueldos o pensiones, para nuestra sanidad o educación, para nuestra supervivencia. Pero, eso sí, con alegría, todos tan contentos ante la visión de la opulencia extraordinaria con que cuenta España, capaz de hacer a ricos a tantos a la vez y en tan poco tiempo. Todo sea porque nos han dicho hasta la saciedad que nuestros políticos cobran poco y están donde están en un gesto de generosidad sin precedentes en favor de sus conciudadanos.
Y, como lo he oído millones de veces, yo voy y me lo creo. Todo es cuestión de fe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario