Ya han empezado la batalla y todo apunta a que de día en día
se va a incrementar. Primero, Pablo Iglesias con sus cobros en negro; ahora Errejón
y su compañero de Podemos en la Universidad malagueña. Poco a poco, surgirán
nuevos affaires que incriminarán a distintos dirigentes de esta nueva formación
política. ¿Que ha sido por una cantidad nimia o que falta un papel o que aún
falta por demostrar que todo es verdad? Eso no importa. Hay que echarse sobre
ellos para dar a la sociedad lo que quiere: carne fresca y que se vea que
Podemos no deja de ser otro partido con los mismos fraudes que los demás.
No importa si Rato and company falsearan las cuentas de
Bankia para salir a Bolsa, tampoco que se haya destituido (sí, destituido, que
no dimitió, algo especialmente extraño en estos tiempos que corren) al
consejero de Sanidad madrileño ni que se haya soltado a etarras condenados
alguno hasta a tres mil años (¡Qué falacia esta con la que engañan a los españoles! Como
si fuese posible cumplir condenas así).
Estos días, como desde hace unos meses, toca ponerse el
traje de carnicero y descuartizar a todo aquel al que se le haya ido la lengua
acusando a otros de lo mismo que ellos tienen en su casa. Hay que desacreditar
incluso a la oveja que se deja comer por el lobo, si cuadra, por haber acercado
su cuello a la boca de la fiera.
A España hay que convertirla en un país de corderos lechales.
Es más, hemos de ser capaces de poner la mejilla izquierda cuando nos acaban de
azotar en la derecha, e incluso permitir que nos estén dando bofetadas hasta
que nos pongan a sus pies, para después acabar a patadas y pisoteados hasta que
les demos las gracias por habernos conducido por el buen camino y no ser unas
ovejas descarriadas. Como les va a suceder a estos de Podemos, que de aquí a
las elecciones les van a llover las hostias por todos los lados. Mientras, en el
PP, el PSOE, IU, Convergencia, UPyD, etc., etc. seguirán bien resguardados bajo el paraguas bancario,
empresarial y sindical con el que tan bien les va desde hace años.
Sean felices y sonrían, que aún es
gratis.
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