Estamos
asistiendo durante los últimos días a declaraciones y acciones que no nos
parecían posibles hace solo unas semanas. Resulta que ahora hay partidos políticos
que se han bajado los pantalones, o están a un tris de ello, después de haber dicho y redicho a lo largo de
la campaña electoral determinadas cosas por las cuales nunca pasarían y jamás
permitirían. Y seguro que más adelante habrá más que tendrán que dar marcha atrás, porque las campañas son lo que son, una maraña de promesa para incumplir. No son sorprendentes tales hechos,
lo más sorprendente es que hace seis meses podrían haberse comportado de la
misma manera y no nos habrían tomado el pelo a todos los españoles. Casi seguro
que dentro de pocos días o de un par de semanas tendremos gobierno en nuestro
país, estado, reino, nación o como Dios quiera que se llame, a la vista de la
manera en cómo se desarrolló la elección de los miembros de la Mesa del Congreso.
No obstante, lo que no entiendo es por qué ha habido diez votos a favor de una
determinada candidatura y nadie quiere expresar de dónde vinieron, quiénes han
sido los autores de tal acto. Unos acusan a los otros dejando en el ambiente
cierto poso sino de miedo, de intranquilidad, al menos, debido a que, si se supiese
con certeza, las consecuencias podrían afectar a los representantes de esos
partidos que votaron con el PP.
No
deberíamos de extrañarnos de estos movimientos, aunque a fin de cuentas lo más
importante de esa decisión para la gente no es otra cosa que saber hasta dónde
puede llegar el pacto o acuerdo al que hayan llegado para emitir ese voto. O, por
lo menos, una explicación de las razones que los han llevado a ello. Aunque
sean razones de Perogrullo y más vistas que el Tebeo. Pero no veo lógico que ese paso se dé en la clandestinidad del voto secreto, menos aún por parte de los representantes del pueblo que los ha votado.
Pero vamos a lo
esencial en todo este asunto, que, fuesen quienes fuesen, al menos han
llegado a una conclusión certera: ya estaba bien de que en España los partidos
se acordasen que lo primordial son los españoles y no los partidos y sus ambiciones
personales. Con todo y con ello, a ver si no se echan atrás mañana o pasado
mañana o dentro de una semana y nos dan, entre todos, un respiro, unos
gobernando y otros en la oposición.
A
seguir disfrutando del verano con la sonrisa a mano a todas horas.
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