Este Trump es la madre que
lo parió. Lo mismo te propone un muro de separación de México a lo bestia que
lanza unos petardos en plan animal contra sirios o terroristas afganos (o lo
que sea que habitaba en las montañas de Nangarhar). Ahora desplaza su armada
hacia el este asiático en plan de amedrentar a Corea del Norte y desde ésta,
con el sanguinario fantoche dictador que tienen al mando, el tal Kim Jong-Un, o
algo así, empieza a hacer pruebas con sus misiles, que le salen mal, sí, pero
qué más da, asusta.
Si nos fijamos, la paz
mundial ahora mismo está cogida con alfileres porque los ciudadanos, hartos de
tanta contemplación y palabras huecas de políticos sin ansias de gobernar, por
un lado han dado paso a personas que nos pueden llevar al desastre por su
ignorancia y afán de notoriedad, y por otro han sido seducidos de tal manera
tanto por los cuentos y tradiciones ancestrales que nos narraron como por la
fuerza de las armas, que ahora están atrapados en el cepo del poder ejercido
por esos que son quienes habrían tenido que defenderlos: aparte de estos
personajes, el coreano y el estadounidense, ahí tenemos a otros como Bachar el
Asad, que prefiere que mueran miles de personas en su país antes de bajarse de
la burra e irse a vivir como dios con todo lo que robo amparado por Occidente y
por Rusia; Putin, el nuevo zar ruso que es capaz de quitar de en medio a todo
quisqui que le moleste más de la cuenta; Erdogan, el nuevo sultán del Bósforo (que
no tardará en azotar a los kurdos con lo que supondrá para el desequilibrio en
la zona, si es que ya parece poco lo que se cuece allí); Xi Jinping, el chino deseoso de Taiwan que se
estará frotando las manos a la vista de los desencuentros entre sus rivales,
aunque no deje de temer lo que se le pueda avecinar si EEUU y Corea del Norte
se empeñan en armar una buena en la zona (a fin de cuentas no se sabe quién
está más cuerdo o más loco de los dos dirigentes en cuestión); los dirigentes
de Gran Bretaña, que están como chotas y ya pensaban en ir a la guerra por
Gibraltar, así que imaginaros si estalla un foco de esos que se están fraguando
en la trastienda y que los votantes ignoramos porque nuestros políticos los
califican de secretos de estado; y los de la UE, que están a la espera de lo
que suceda para ver por dónde tirar y así lo mismo apoyan a Trump, que lo defenestran
por sus declaraciones, aunque prime en lo más hondo de sus corazones las
prácticas encaminadas al fomento del odio y la xenofobia; y así otros líderes
que andan esparcidos por distintos lugares del resto del mundo como Arabia y
los países del golfo, Israel, con sus ansias de acabar con todo musulmán que
vea a menos de un paso, Indonesia, Japón, que reza a todos los dioses para que
a Kim Jong-Un le dé un ataque fulminante al corazón y desaparezca del mapa,
aunque a lo mejor también lo están pidiendo para Trump por andar enredando por
aquellos lares, India, Pakistán, países del norte, del centro y del sur de
África, etc., etc.
Con todo esto y más que se
podría escribir sin alejarse uno mucho de la realidad, no hay nada mejor que
vivir alegre y confiado día tras día. A fin de cuentas, ¿qué podemos hacer los
de a pie, la carne de cañón? Pues nada, o casi: esperar a Navidad y enviar mensajitos de esos de paz, amor y felicidad a todos cuentos conocemos. ¡Qué bonito!
O sea, que sean
ustedes felices, disfruten del día y no pierdan la sonrisa.
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