jueves, 24 de mayo de 2018

DESENCHUFEN


¡Qué país, uf!

Es que no hay día en que uno se levante y pueda disfrutar alegremente de la mañana si resuklta que tienes cierto interés por los movimientos políticos que acaecen en España. Si no es uno, es lo otro. Lees diarios, pones la radio, ves la tele, te acercas a noticias por internet, lo que sea, hasta las charlas entre determinadas personas en un bar o en un parque, y todo, todo es la dichosa política que te ahoga y te deja más que patidifuso cuando te enteras de algunas de las cosas que suceden.

Y no porque todos a quienes oyes opinen lo mismo, no, porque las explicaciones pueden ser más o menos prudentes, moderadas, razonables,  insensatas o peregrinas y cada uno tiene las suyas, sino porque la vida hoy en nuestro país se mueve al ritmo que marcan estos hechos: que si Cataluña, que si Gürtel, que si EREs, que si manifestaciones de pensionistas, o de obreros, o de jueces o de… Yo qué sé. Ni un día tranquilo, a excepción de cuando despierto a mi nieta y paso las horas con ella. Justo esos momentos son los que hacen que mi vida no sea el fracaso al que creo condenarme por no seguir la misma melodía que todos esos opinantes, las más de las veces sin conocimientos suficientes como para valorar fechacientemente cada caso, como me sucedería a mí, sin duda. ¡Bendita nieta!. Porque discutir de política por el mero afán de discutir no conduce a nada.
 ¡Ah, que se me olvidaba cómo cuentan que se arregla todo: en las próximas elecciones. Y yo me descojono. Como cuando mi nieta, ante una canción que le gusta, empieza a bailar: me descojono y quedo atónito viendo cómo, con poco más de tres años, se mueve y gesticula como si hubiese nacido con la música, el ritmo y el baile dentro de ella. Increíble. Lo del baile y lo de que se arregla con elecciones, ambas cosas.

 

Sigan bien, desenchufen todo lo que puedan y ríanse del mundo, que es maravilloso.

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