miércoles, 19 de agosto de 2020

NO TODO VALE

 

A Pablo Iglesias e Irene Montero los han echado de Asturies mientras creían que podrían disfrutar de unas vacaciones maravillosas en esta tierra tan especial. Pintadas y protestas que no les han dejado más que dos días de asueto antes de tomar las de Villadiego.

Desde los partidos de izquierda se han echado las manos a la cabeza porque es una desfachatez, por no decir algo peor, lo que les están haciendo un día sí y otro también allí por donde pasan, y no digamos en Galapagar. Incluso aducen en los alegatos en su favor que son padres de tres niños pequeños y se merecen un respeto aunque solo sea por los críos.

A mí personalmente me chocan estas defensas tan decididas que van incluso a pedir a la fiscalía que intervenga o a que se ha de actuar con más mano dura. La culpa como es lógico es de la ultraderecha. Vale, no lo pongo en duda.

No obstante, permítanme recordar otros muchos actos de acoso, a los que llamaban escraches, que hace años se realizaban a las puertas de domicilios de miembros del PP, los cuales también tenían hijos y todo eso que hoy se habla. Eran entonces los de extrema izquierda. Por aquel entonces todo se resumía en tres palabras: libertad de expresión.

Aún hoy, cuando a los Reyes, Felipe VI y doña Letizia, les hacen la puñeta en distintos lugares de España, enseguida aparecen los defensores de la república, que no de la actual Constitución, amparándose en esa misma libertad de expresión. Hasta en los juzgados les han dado la razón a quienes protestan y a quienes incluso los insultan, aunque sean representantes políticos, refugiándose en ese sagrado derecho que todos tenemos.

¡Qué rápido cambian las tornas cuando la libertad de expresión se vuelve contra uno! Entonces pedimos mano dura e intervención de la fiscalía. Y si además están en el gobierno, miel sobre hojuelas para despotricar y quejarse de comportamientos antidemocráticos. Pero los del PP y los de los Reyes, no, qué cosas.

¡A ver si de una vez usamos las mismas varas de medir para todos! Entre nuestros políticos, falta un poco de ese sentido común, ese que tanto piden a los españoles en estos tiempos del covid, pero aplicado a la libertad de expresión. No todo vale, ni lo de unos ni lo de otros. ¡Ay, si supiesen lo que significa respeto y libertad!

 

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