Oigo ahora mismo en la televisión que el
Rey va a acudir con el Presidente de Gobierno a Barcelona a una entrega de
premios de no sé qué.
Hace unos días no le dejaron, pero parece
que este es buen momento para reconciliarse. A mí me la refanfinfla que
entregue o no premios, pero me fastidió que no fuese al acto del Poder Judicial,
donde sí pintaba algo, por culpa de la proximidad de una sentencia que estaba
cantada, y menos aún cuando aducían que estaban velando por la seguridad del
Monarca. ¡Anda que hay que oír cada disculpa!
Y entonces hoy salen los representantes de
partidos independentistas catalanes a protestar y explicar que no es bienvenido
a Cataluña, que mejor haría yendo a Emiratos Árabes y que trajese al Emérito a España, ya que se halla viviendo a cuerpo de rey, nunca mejor dicho. Como si ello fuese algo
que Felipe VI pudiese hacer así por las buenas. A mí no me lo parece.
Pero más aún es para refocilarse en el
asunto cuando esos mismos partidos cuentan con varios huidos de la Justicia
como Puigdemont, Comín, Ponsatí, etc. ¿Por qué no se aplican la misma máxima
que para el Rey Emérito? Es más, este último no ha sido aún imputado (cuando lo
sea, que se emita una orden para que comparezca ante la Justicia española y se haga lo posible por devolverlo aquí),
mientras que los otros no pudieron ser juzgados por tomar las de Villadiego,
dejando en la estacada a Junqueras, Forcadell, Romeva, y demás. ¡Anda que no
fueron listos! Como Juan Carlos. ¡Además de ser una vergüenza para todos los
españoles, de cualquier comunidad!
¡Que todavía haya algunos de esos
representantes indepes que bufen y berreen como si ellos no tuviesen nada que
esconder!
Dejaos de hipocresías y de desinformar,
siempre barriendo para debajo de la alfombra, pero sin limpiar la casa. Claro que habiendo tenido como un ejemplo a seguir durante años a Puyol no es de extrañar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario