jueves, 4 de marzo de 2021

RUEGO

 

(para Celia)

Anda, arbolito que creces

en medio del sombrío bosque,

desde tu rama más alta

comprueba si su muñeca,

la de los ojos de miel

y melena castaña,

la que duerme en sus brazos,

la que la consuela en sus pesadillas,

extraviada durante la noche

mientras contaba estrellas,

se ha escondido silenciosa

en la oscura cueva de la xana Bella.

 

Avísala de que la ninfa,

la de la melena pelirroja

y ojos azules,

la hechicera del agua,

la solitaria peinadora de cabellos de oro,

vive allí, en lo más hondo,

junto a la gallina pinta

con sus pollitos de oro;

que, si la ves por casualidad,

le digas que su dueña la espera

en su cuarto llorando sin consuelo

junto a la cuna color del mar.

 

Explica y convence a Bella

que la niña de la magia está sola,

mientras que una xana posee la eternidad;

que la muñeca torne a su presencia,

sin conjuros ni encantamientos,

sin tesoros ni riquezas,

porque lo único que desea la niña,

con la fuerza de su cariño infantil,

es que su fiel compañera de melena castaña

y de ojos color de miel

vuelva amorosa a sus brazos,

para vestirla bonita del derecho y del revés.

 

 

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