Y al tercer día también Pedro Sánchez resucitó.
Por fin, después del calvario sufrido a manos de sus compañeros de gobierno en
forma de manifestaciones absurdas, pero que dan una idea de la catadura moral
que tienen, él, nuestro Presidente de Gobierno (¿?) se dignó a condenar las
violentas manifestaciones protagonizadas por grupos de personas en Cataluña, Valencia,
Madrid,… y ya veremos dónde más este fin de semana.
Aún no se ha enterado de quiénes son sus socios
de gobierno porque lo que desea por encima de todas las cosas es mantenerse en
la cima del poder. Pero ellos sí saben lo que quieren: ser oposición dentro del
gobierno del que forman parte y nada mejor que dar collejas a diestra y a
siniestra. De esta manera, intentan obtener un rédito político que puede
estamparles en la cara. Pero o no lo ven o son así: unos desalmados que aún
creen estar liderando los asaltos al Congreso, como hace años.
A Podemos les viene grande estar en un
Gobierno, no saben qué significa. Lo suyo son las calles y los líos, y cuantos
más gordos mejor. Así que Echenique anima a los violentos el primer día, aunque
luego se calla como si se estuviese ahogando en la propia mierda que defecó
horas antes. No me extrañaría. Y eso que sus otros colegas de partido le hacen
la ola. El Vicepresidente Iglesias calla; Montero calla, etc. Y el que calla, otorga.
Vale que haya manifestaciones pacíficas
para defender la libertad de expresión, vale que haya que cambiar una ley, vale
que la cárcel puede ser demasiado y el delito de enaltecimiento del terrorismo
hoy sea más que dudoso. Pero en los mismos casos están quiénes animan a la
gente a destruir occidente desde puntos de vista radicales islámicos; o quienes
lanzan soflamas incendiarias contra los judíos; o quienes aún echan de menos una dictadura y promulgan medidas que atentan contra la libertad y los derechos
humanos; o aquellos que atentan encendidamente contra la religión, cualquiera, en forma de
protestas o ridiculizando su significado. Por lo visto todos hacen uso de esa
libertad de expresión, así que a callarse los de izquierdas y los de derechas y
a tragar lo que les echen, no faltaba más. ¿O sí?
No seré yo quien defienda que la libertad
de expresión sirve para todo. Creo que hay unos límites que no se deberían
cruzar so pena de castigo. Tal vez muy estudiados y concretos, pero no todo
vale. Y ahí entran los especialistas en Derecho que saben y deben conocer esos
límites. No se puede animar a la gente a que mate a determinadas personas, o
atente contra cualquier institución democrática aunque sea con un rap de mala
muerte, cargado de odio y de resentimiento contra todo, que solo escuchan unos cuantos tan bárbaros como quien lo canta. Por más
que se declaren anarquista, revolucionario, anticapitalista, fascista o antifascista,
antisistema,… lo que sea.
Y, volviendo a Pedro Sánchez, que no nos
venga con ñoñerías como esa de condenar algo, cuando lo que sucede en las
calles solo lo puede detener él como presidente de Gobierno. Que se deje de
tonterías y poner cara de bueno, pero preocupado. Tome usted, junto con los representantes de las Comunidades Autónomas, responsables en la medida que les corresponda, las medidas que
sean, controlen esos actos y déjense de maltratar a la policía porque hacen
cargas ¿desproporcionadas teniendo en cuenta las imágenes que muestran de la
banda de delincuentes a los que se enfrentan? Solo les faltaba a las fuerzas de
seguridad poner las dos mejillas y que además los políticos acabaran dándoles
por el saco por defender lo que es de todos los españoles: la libertad, no el
salvajismo, aunque sea de unos pocos animales arengados por otros pocos iluminados
ignorantes del significado de la palabra responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario