lunes, 1 de agosto de 2011

Monólogos político-toreros

Ya están previstas las elecciones generales para el 20N. Bonita fecha, no sé si se habrá elegido por recochineo o por qué, ya que las razones que se dan para ello lo único que mueven es a la risa.

Y al segundo siguiente ya salieron a hacer el paseillo los politicos-toreros dispuestos a realizar una faena redonda, cortando las dos orejas y el rabo en esa corrida donde siempre pierde el toro, es decir, los ciudadanos confiados que al principio salen al ruedo fieros y dispuestos a comerse el mundo y, luego, entre puyas del picador de turno y banderillas a todo trapo, van menguando sus ansias y poco a poco, se dejan ir esperando que llegue la suerte final. Pero esta corrida tiene más toros y cada cuatro años sale el siguiente, al que le va a pasar lo mismo.

Aunque llevan ya varias semanas dedicándose anticipadamente y con auténtico fervor a la tarea, es ahora cuando se sueltan acusando y soltando por sus boquitas de piñón toda suerte de improperios, falsas o nulas promesas y sandeces capaces de enrojecer de vergüenza ajena a cualquiera que se pare a pensarlo. De vez en cuando, cuando quieren dar la impresión de honradez a sus futuros votantes, no a los que lo hjacen con los ojos y oídos cerrados, sino a aquellos que dudan entre unos u otros, tienen tiempo a reconocer algún error, pequeñito, de esos a los que enseguida se les quita importancia para acusar al contrario de otro aún mayor, horrendo, que le incapacita para gobernar. Son el mejor ejemplo del aserto biblíco de ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. En realidad, lo que nos vienen a decir es que, sobre todo los partidos más representativos de nuestro país, están ambos asentados en el sillón de la comodidad, del chollo, de la supremacía ideológica respecto a los demás, sabiendo que su dominio sobre todos los medios hace imposible que otros puedan acercárseles tan siquiera un poquito como para ponerlos nerviosos y obligarlos a explicar un plan de gobierno, un programa creible, en el que los ciudadanos de este país puedan confiar como para darles su voto.

Por otro lado, algunos partidos minoritarios les hacen guiños a los "indignados" y los invitan a unirse a ello. ¡Qué craso error sería que miembros de este movimiento lo hicieran! Pasarían a formar parte del mismo entramado de falsedades e intereses, relegando las excelentes ideas que hasta ahora han surgido a meras buenas intenciones e ingresarían en el rebaño de corderos que balan al son de los grandes capitales. Pero el sistema político que tenemos implantado en España es capaz de ello y de mucho más. Y entre esa ingente masa de "indignados", cuántos no habrá dispuestos a meterse en un fuego ardiendo con tal de arrimar el ascua a su sardina. Y es que hay de todo en la viña del Señor, no se equivoquen.

Ya veremos en que para todo, que aún faltan cuatro meses para la gran fiesta de la partidocracia y, mientras, vamos a tener que ver y oír algunos de los monólogos más importantes y simpáticos del año que nos pueden ofrecer estos actores dignos de participar a diario en un Club de la Comedia de lo más rancio (¡ah!, ¿ comedia viene de comer, de ser un comedor? Es que siempre me lío.)

Bueno, amigos, que vds disfruten de este nuevo mes veraniego, si el sol aparece por Asturias. Pásenlo bien.

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