¡Vaya semanitas
que llevamos! Poco a poco van saltando del barco personas que hasta la fecha
parecía que eran inamovibles. No es que dejasen el cargo a alguien más o menos
preparado para ello, puesto que algunos ni siquiera tienen quien les suceda; ahí
están Patxi López, o Pere Navarro o Rubalcaba. La Corona, en cambio, estaba
asegurada, mal que les pese a quienes se echaron a la calle a pedir un referéndum,
y aún lo sigan haciendo. Mientras que la Constitución siga como está, sabemos
que legalmente no se puede hacer nada, así que Felipe VI al canto y a esperar. Quién
sabe, tal vez dentro de poco tiempo se puedan cambiar las cosas, aunque no se
sabe qué puede ser mejor. Como comenté días atrás, no sé qué narices pinta ni
una cosa ni otra, a excepción hecha de seguir cobrando de balde o casi una
serie de personas que se aferrarán a sus puestos y no soltarán el sillón así
los maten dialécticamente. Y para ejemplo, ahí tienen a los del Parlamento
Europeo con dinero en SICAVs de Luxemburgo, que serán legales pero de ética no
tienen nada, el mismo país del recién elegido Juncker, y donde las cuentas
bancarias, si no tanto como en otros paraísos fiscales del mundo, también revisten una cierta opacidad
difícil de explicar a día de hoy desde Bruselas a sus ciudadanos. Pero como
otros países comunitarios también disponen de sus propios paraísos, pues aquí
paz y después pensiones a cuenta nuestra, de los ciudadanos europeos. Meyer
dimitió y Valenciano dice que renuncia a ese plan de pensiones. Los demás se
enredan con Horrach, Castro y Cristina, con Bárcenas, EREs y primarias, con UGT
e independencia catalana, con lo que mejor se les ponga a mano para salir por
peteneras o hablar del sexo de los ángeles y así, por ejemplo, dejan caer que
la infanta está o estaba muy enamorada y que el amor es ciego, de ahí su
confianza plena en su esposo y su ignorancia absoluta de los delitos cometidos,
a pesar de tener un cargo significativo en una empresa bancaria que, a raíz de
estas cuestiones que ella declara, debe de estar pagándole para que no digan
que solo fichan a personas inteligentes; lo malo de esa clase de ceguera es que
la enfermedad se contagió al resto de los sentidos y así ni vio, ni oyó, ni tocó,
ni probó ni se olió nada. Y mira tú por donde, aún hay gente que sigue
defendiendo lo indefendible. No obstante, para la gente de la calle el
resultado es claro, sea lo que sea que
acaezca al final de todo ese proceso.
Y así estamos,
preocupados por cosas que en nada van a cambiar nuestras vidas, pero dan mucho
jugo en los medios. ¡Ah, que hay muchos niños pasando hambre! Pues vale, pero
eso vende poco y no hay suficiente glamour ni tema de conversación.
Disfruten del día y sean felices.
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