domingo, 12 de abril de 2015

IN MEMORIAM: PLAZA DEL CORTIJO


Ayer, aquí en Grau, en la Plaza del Cortijo, se descubrió una escultura que servía para rememorar a tantos y tantos seres humanos como quedaron enterrados en distintas fosas comunes por este concejo a lo largo de la Guerra Fraterna que asoló nuestro país hace más de setenta y cinco años. Un símbolo para el recuerdo de muchos de sus familiares y de las personas que consideramos que la justicia post mortem ha de ser igual para todos, de uno y de otro bando, es decir, recibir cada uno la sepultura que todos merecemos independientemente de nuestras creencias. El respeto para con los fallecidos de una manera similar ha de ser una muestra de maduración de nuestra sociedad, tanto para los que sufrieron una muerte así de un bando como de otro, y no caigamos en la falacia de pensar que solo murieron de este modo tan cruel los de un solo lado. Si bien es verdad que muchas de las muertes acaecidas durante aquella contienda tuvieron lugar en lugares alejados del frente de batalla, y más por odios, envidias y rencillas previas que por cualquier otra causa, tampoco debemos olvidar que las víctimas desaparecidas en condiciones como esta fueron la mayoría una vez terminada la guerra. Las que a día de hoy serán recordadas en El Cortijo fueron algunas de ellas, de tantas como en nuestra geografía acaecieron. Nunca las revanchas fueron buenas cuando la razón de ellas se basaba en hechos tan trágicos como tuvieron lugar en España, pero el ser humano nunca aprende de la historia y por eso siempre son los perdedores los que se llevan la peor parte por culpa de los más abyectos e infames seres del bando contrario que creen, ¡terrible forma de pensar la de estos excrementos humanos!, que así son más hombres que los demás y más respetados por sus superiores, los cuales la mayoría de las veces son iguales que ellos. Así que es, pues, de justicia rememorar a aquellas personas que fueron vilmente asesinados simplemente por creer en otras ideas, en unas que en aquellos momentos eran las que la ciudadanía había defendido en las urnas meses antes, las que nos dotaban de un sistema de gobierno, mejor o peor, pero más justo e íntegro que el que padecimos posteriormente basado en la fuerza, en la violencia, el miedo y en la más absoluta sumisión a riesgo de acabar, quién sabe, arrinconado en vida en otra cuneta.

Disfruten del día y sigan con esa sonrisa que nos hace a todos más felices.

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