No
hoy, pero sí en distintas ocasiones me he encontrado el río Martín, aquí en
Grau, que bajaba de un color blanquecino, extraño, teniendo en cuenta el día
que me lo hallaba así. Normalmente, solía ser después de tres o cuatro días de
buen tiempo, lo cual equivale a decir que no sucedía porque hubiese correntíos
o aguas arroyadas de los caminos que descargasen en él a causa de lluvias
fuertes. Nunca he dejado de pensar, cada vez que me lo encontré así, cómo es
posible que hasta la fecha en la prensa no hubiese salido ningún tipo de
noticia al respecto o que la Administración haya obviado informar de ello a sus
ciudadanos.
Soy
un asiduo lector de la prensa que se publica en nuestro Principáu a nivel
regional y, en más de una ocasión, me he encontrado con la noticia, bien en un
concejo u otro, de vertidos a distintos cauces; los hay que matan a la
población piscícola y los que simplemente causan un deterioro ambiental o,
además del anterior, de hediondez que molesta a cualquier vecino de esos
lugares. En todos esos casos, siempre hay una razón y se acusa o se sospecha de
cualquier empresa o vertido particular que son los causantes de los hechos, los
cuales, si se confirma, han de reparar los daños causados. Aquí, en cambio, en nuestra villa, nunca ha habido
nada que decir o a al menos es de desconocimiento público. Me canso de leer
noticias que informan o afectan positiva o negativamente a nuestra población
pero jamás he leído ni una sola línea que mencionase esta noticia. Y que conste
que no ha sido solo cosa de un día. Desde que yo me he fijado en esta cuestión,
son cinco o seis las veces, como mínimo, en que el Martín arrastraba algún tipo
de materia que coloreaba de esa manera sus aguas. Tal vez en el Ayuntamiento, en
la Guardia Civil o la Policía Local no se han dado cuenta y, por ello, no han
podido explicar a los vecinos las causas de ese color. Es una razón. Otra
podría ser que, a pesar de saberlo, ni las autoridades pertinentes ni en un solo
renglón en las noticias periodísticas sobre Grau se haya denunciado semejante
acto, a saber por qué. Aunque solo fuese por informar, deberían de haberlo
hecho, digo yo, siquiera solo fuese para no alertar, si así fuese, a los vecinos.
Con
toda honestidad, me gustaría que alguno de esos días en los que se detecta esa
anomalía sea noticia y haya explicaciones para ello. A ver si tenemos suerte de
que tales justificaciones nos convenzan a todos y nos describan y solucionen
este problema, que puede no ser tal, pero entretanto las sospechas siguen ahí.
Ya
saben, que la sonrisa se enseñoree de vuestro rostro confiando en que los que
mandan lo hagan bien.
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