Ya
hay nuevo presidente en EEUU. Lo que adelantaban la mayoría de los medios de
comunicación españoles y todos esperaban no se cumplió; de repente, hay que aferrarse a la esperanza de que todo
lo que contó sobre distintos temas que afectan a las minorías y a la relación
con otros países solo hayan sido bravuconadas. Pero nadie se lo cree…, al menos
de momento. Es fácil que Trump, una vez conseguidos sus objetivos, que pueden
ser limpiar de deudas sus negocios, se calme y vuelva a entrar al redil de los
derechos humanos y de la integración en un país que nació precisamente gracias
a los inmigrantes de todos los países del mundo. No olvidemos que los únicos
norteamericanos verdaderos están en reservas federales, doblegados la mayor
parte de ellos, si no exterminados, y arrinconados desde hace siglos por los
conquistadores que por allí pasaron, sin que las grandes mentes actuales y
poderes fácticos estadounidenses, en cuyas fronteras residen, los reconozcan
para nada, a excepción de para cuatro “folcloradas”.
A
mí no me extraña para nada el resultado. Desde hace una temporada, yo ya pensaba
que este resultado se podría dar. Y a la vista de las declaraciones que le oía,
me preocupaba su posible futura elección. Pero en los tiempos que corren, el
machismo belicista dominante en ese país está tan interiorizado en sus
habitantes que no puede chocar que Trump sea presidente. ¡Pero si hasta los
latinos y la mayoría de las mujeres lo votaron! Y eso a pesar de las frases y
acciones injuriosas que vertió en sus actos contra ellos. Me gustaría que algún
sociólogo se dedicase a estudiar esos movimientos masoquistas de la población hispana
estadounidense y del mundo femenino en general en ese país.
Si
hablásemos con cierto sentido de humor negro, de ese que casi es tabú
mencionarlo en España, yo diría que a ese sector ciudadano les va la marcha.
EEUU
es un país con poco más de dos siglos de existencia y su objetivo, como el del
resto de los imperios que en la Historia ha habido, no es otro que conquistar
el mundo conocido, o al menos aquellas tierras que le interesan para su desarrollo
económico propio. Y Trump es capaz de intentarlo a sangre y fuego, a base de “trumpetazos” que, mucho me temo,
afectarán a muchos pueblos y países que hasta ahora vivían tan tranquilos, a su
manera, con sus modos de vida y sus costumbres, con su cultura, pero a quienes
los armamentísticos “trumperos”
intentarán llevar a su redil, quieran o no. Si hay dinero que ganar, adelante y
a por ellos.
O
sea, que ya iremos viendo dentro de varios meses a dónde nos llevará el
resultado de estas elecciones. Esperemos que no se pase y no entre como un elefante en una cacharrería.
Mientras,
ustedes, aquí en nuestro país, sigan adelante con su vida con la sonrisa a flor
de piel, que siempre se verá la vida con ojos diferentes.
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