lunes, 17 de septiembre de 2018

CREER EN LA UNIVERSIDAD,¿ CUESTIÓN DE FE?


¿En manos de quién se halla la Universidad en nuestro país? Cuando salen los rankings a nivel mundial, las Universidades españolas aparecen después de leer y leer nombres de otras esparcidas por el mundo hasta compararnos con algunas de ciertos países que, venga Dios y lo vea, no nos podríamos imaginar. Pero a la vista de lo que sucede con los últimos casos de personas directamente involucradas en nuestra vida política, no podemos cerrar los ojos ante lo obvio: se conceden títulos y masters y convalidaciones y demás al tuntún. Bueno, tal vez no así en general, pero seguro que más uno pensará a cuántos, aun sin ser políticos pero sí hijos de…, se les habrán concedido prebendas y notas que no se ajustan a una realidad que miles y miles de estudiantes creían que existía cuando se matricularon en cualquiera de ellas, imaginando soñadoramente que la justicia en estas instituciones era la base de la ética en la que deberían moverse.

Hoy, a la vista de los casos descubiertos, no sé cómo podrán volver a confiar en determinados profesores y cargos directivos de esa Universidad, de la que sea, los cuales, unos por amiguismo y otros por estar conchabados o, por omisión, no han cumplido con sus obligaciones y han defenestrado uno de los elementos  fundamentales de nuestra sociedad.

Si sólo se aplicase a los cuatro casos que han saltado a la prensa, podríamos hablar de una confabulación para la obtención de favores mutuos entre unos y otros. Pero a la vista de estos hechos, a la gente le podría asaltar una duda alarmante: ¿Es posible que nuestro futuro, del que forman una parte importantísima cuantos estudian una carrera en cualquiera de esas instituciones, se halle en manos de poderes ocultos corruptos y corruptibles capaces de venderse torticeramente por beneficiar a sabiendas una idea o por cuatro monedas de plata?

Alguien debería tomar cartas en el asunto y limpiar la suciedad, esos docentes, que está transformando nuestras Universidades en unos centros dependientes solamente de sus propios  intereses.

¿Pero quién se encargaría si quienes deberían involucrarse para subsanar tantas irregularidades son precisamente los que están abusando de ello?

No se molesten mucho, o sí, pero una sonrisa aunque sólo sea para reírse de ellos, échenla. Y es que si hubiese que darles una colleja, ésta se da en las urnas.

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