Entre masters y tesis nos tienen nuestros
gobernantes muy entretenidos a los españoles. De vez en cuando, se aliña el
menú con una dosis de independentismo o españolismo en Cataluña, una pizca de
noticias positivas sobre pensiones, alguna bomba teledirigida remitida en
fragata a cobro revertido a la Península Arábiga y todos tan contentos. Pero
claro, los hay que salen mejor parados que otros. Entonces llega el momento de
lanzar dardos untados de curare para eliminar al contrario, al tiempo que se
elimina todo rasgo propio de la memoria de la gente a base de detergente o un quita
grasas anunciado por los medios afines. Así, Cifuentes o Casado contra Montón y
Sánchez. Vencedor o vencedora a los puntos…. ¡tachán!: ninguno, todos a la
lona, aunque los haya que aguanten un rato más con una rodilla hincada
disimulando su KO técnico. No obstante, mientras unos han quedado escarmentados
y no pisarán más el cuadrilátero, alguno volverá a pisar la lona en próximos
combates por más que las heridas anteriores se mantengan abiertas, les guste o
no.
Y en ese momento aparecen por el medio una
mezcla formada por un lado de cardos podemitas dando la tabarra con derechos y
libertades y de otro radicales relamidos con otros derechos y libertades que se
oponen a los de los anteriores, les añades la ración exacta de justicia belga,
una pulsación de anhídrido carbónico en espray para que no dé mucho olor ni
contamine mucho, una piedra de carbón negra como Baltasar, aunque sea de
azúcar, polvos de momia del valle y, ¡zas!,
plato preparado con solución incluida para que todo lo anterior pase a mejor vida: Reformamos una miaja la Constitución, le
quitamos el aforamiento a unos miles de políticos y ya está, es la mejor manera de
olvidar todo lo sucedido- pensarán ellos. La gente se volverá loca de contenta y, por fin,
exclamarán: ¡Ya era hora! Pero no dejarán de pensar que por qué no a todos de
una santa vez. Pero a eso nuestros gobernantes no se atreven, ¿qué sería de
ellos, los amos del cotarro? Pase que la tropa se quede sin esa prebenda, pero
los generales, ¡quiá!
O sea, que venga, se dirán unos a otros, a
tirar del carro y en un par de meses, asunto arreglado. Todo los problemas de
hoy pasarán a los panfletos en los que se escribe actualmente la Historia, según
la versión de quien la cuente, y aquí paz y después gloria. Amén.
Es decir, que no sé para qué tanto cuento
infantil en los medios de comunicación a favor o en contra de unos o de otros
en vez de ponerse con los asuntos verdaderamente importantes, los que le
interesan de verdad a este país: ¿quién ganará la Liga y la Copa de Europa?,
¿qué será de Belén Esteban?, ¿comentará Paula Echevarría partidos de fútbol en
una próxima serie?, ¿quién va a participar en Gran Hermano, o en OT o en Supervivientes?,
¿seguirá Sálvame con esa programación digna de los más prestigiosos premios de
la televisión mundial?,¿serán capaces algún día determinados contertulios de la Sexta
Noche de mostrar un mínimo de educación y respeto hacia los demás o logrará Eduardo
Inda algún día no interrumpir a quien no le da la razón?,¿se investigará alguna
vez por qué unos hechos son vistos de maneras opuestas por medios de
comunicación a pesar de que todos ellos se muestran siempre de cara a la
sociedad como los más objetivos del mundo?, ¿se separan Shakira y Piqué?, ¿subirán a Primera el Sporting y el Oviedo?, etc., etc. (ustedes pueden añadir más asuntos, seguro que conocen más que yo). Y lo más importante, el no va
más: ¿el encuentro Girona-Barcelona, que se podría jugar en EEUU, será un partido
de fútbol o un canto al independentismo catalán, azotado y perseguido por la dictadura
fascista española?
Ya verán ustedes, seguro que
nadie me hace caso. Allá ellos. Continúen con la sonrisa, no la pierdan nunca
por nada.
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