miércoles, 25 de septiembre de 2019

¡A REPETIR EL EXAMEN!


Y volvemos a las urnas. Genial. Deben estar probando nuestra capacidad de respuesta al esperpento que han protagonizado durante los últimos tiempos nuestros políticos. Si los oímos, podremos escucharles decir que ninguno deseaba estas nuevas elecciones, pero que como fulano (aquí imaginen y escriban al que más les guste o no a ustedes) era un verdadero cabezón, pues no había otra posibilidad. Así que la mejor solución que nos han ofertado es que los españoles tengamos que volver a pasar por las mesas electorales el diez de noviembre. Y además con los mismos cabezas de lista, los mismos que han demostrado una incapacidad absoluta para formar un gobierno. No sé, pero la impresión que dan es que en las anteriores elecciones lo hemos hecho mal, somos culpables del desaguisado nosotros, no ellos, y ahora tenemos la oportunidad de arreglar el entuerto. Es decir, hay que repetir el examen ya que suspendimos el primero.
Vemos al Partido Popular intentando hacer una especie de frente nacional con los partidos de derecha para intentar conseguir una mayoría aunque, dadas las actuales circunstancias, dudo que lo consiga con Vox entregado totalmente a la extrema derecha, sin afán de templar sus objetivos, y Ciudadanos perdido en los sueños estériles de sus dirigentes que no saben lo que quieren al ver que se pueden ir al garete; mientras, en la izquierda cada vez hay más partidos políticos en busca de ciudadanos que los voten: amén del PSOE, prepotente y cerril además de incapaz de ver el significado de una coalición de gobierno, como sucede en casi todos los países del entorno, Podemos se rompe en Marea, Andalucía, En Comú, Compromís, etc. y, como eran pocos, parió la abuela y entra en el circo Más Madrid.
Todos quieren un trozo de pastel  y cuanto mayor, mejor. Todos suponen que es una nueva oportunidad para acrecentar resultados anteriores y quedarse con una porción más grande. Ahora andan entre ellos alterados porque la solución podría llegar a ser la misma o similar. ¿Y si así fuese, entonces, qué hacer? Supongo que seguiríamos con gobierno en funciones, que se les da muy bien: no olviden que se disuelven las Cortes, pero la mayoría sigue cobrando aunque ya no pinten nada. ¡Vaya chollo: cobrar a lo bestia y no dar un palo al agua!
A ver si esa plataforma, que ya supera en mucho el medio millón de firmas y que aboga por impedir que nuestros diputados y senadores dejen de cobrar del Estado si Congreso y Senado están inoperativos, puede lograr que la empresa llegue a buen término. Me temo que no, a fin de cuentas quienes tienen que decidirlo son los mismos que cobran. Pero al menos que se enteren, aunque no les caiga la cara de vergüenza, que no la tienen y por eso es imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario