lunes, 11 de noviembre de 2019

TODO SIGUE IGUAL, O PEOR


Ya hay resultados de las elecciones generales. Conclusión: todo igual o peor. ¿Y ahora qué?
Aparte de que Abascal se frota las manos por su aumento en votos, el resto bien podrían echárselas a la cabeza y hacer un acto de contrición. Sánchez no logró lo que había planeado; Casado, a pesar de su aumento en diputados, tampoco; Rivera se fue al carajo; Iglesias se dejó unos cuantos escaños por el camino; Errejón no midió las consecuencias de su entrada en política nacional; y los nacionalistas, esos sí, lograron lo que buscaban y algo más. O sea, que ya veremos si hay alguna posibilidad de gobernar o nos mandan a examinarnos otra vez dentro de no mucho tiempo.
A este paso, no sé cuántas convocatorias nos estarán permitidas. El caso es que, al paso que llevamos, van acabar por tener que decirnos que dejemos de pensar e informarnos a cada uno de los votantes qué papeleta debemos introducir en las urnas en cada momento para ver si de una vez se logra enderezar este follón.
Claro que hay otra solución, que todos los votos valgan igual: que en unas elecciones generales España fuese una única circunscripción, se contasen todos los votos y se repartieran proporcionalmente entre los partidos presentados en función de sus resultados a nivel nacional. Porque lo que sucede actualmente no deja de ser un cómputo y resultado electoral propio de un país bananero con una falsa democracia para engañar a los tontos. ¿Será tan difícil hacerlo bien?

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