miércoles, 27 de noviembre de 2019

Río, RÍO


Río, río, viéndote henchido,
alegre, orgulloso de tu fuerza,
preñado de agua que,
harta de paseos celestes presurosos,
volcó en ti su deseo de libertad.
Río, río, mientras gozas
de tu omnipotente poder,
ocupando los ribazos que,
abrazados y alborozados ahora,
se entregan a tus caricias.
Río, río, y me ufano,
despierto ya de madrugada,
al comprobar satisfecho que,
devoto como soy de tu discurrir,
aquel hilo apagado de ayer
hoy por fin es el RÍO,
impetuoso y presumido,
altivo y brioso,
soberbio y fulgurante,
que,
atraído por esa mar al norte,
corre obediente,
mas arrogante,
a fundirse en sus brazos.
Río, RÍO,
porque, entre saltos y cabriolas,
tú, indiferente a mis sentimientos,
majestuoso, eufórico y anhelante,
también ríes.





No hay comentarios:

Publicar un comentario