PÉRDIDA Y NOSTALGIA
(mi mundo con Celia)
¿A
dónde han ido tantos y tantos días?
Ayer
caminaba amarrado al carricoche,
haciéndole
muecas cariñosas,
carantoñas
y cubriéndola de besos,
mientras
le contaba cualquier cosa
que
ella escuchaba atenta,
con
sus ojos abiertos y curiosos;
y hoy la veo ahí, seria y diáfana,
plantada
ante mi cara, sonriente,
y
contándome circunspecta
y
como si nada
que
ya es grande,
que
ya tiene cinco años.
¿A dónde fueron mis sueños de viejo?
Busco
recuerdos que me recuerden
el
paso efímero del tiempo
y
solo encuentro en mi cabeza
su
cara serena, su risa cantarina,
sus
gestos que me imitan
sus
bailes improvisados,
sus
inicios lectores,
sus
juegos inventados,
la
fijeza de su mirada en la mía
y
su beso de buenos días,
pero
no encuentro los años que,
a su lado, fugaces se difuminaron.
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