viernes, 30 de abril de 2021

POLVAREDA

 

Polvareda en el camino,

polvo reseco, irrespirable,

que descubro a cada paso.

Polvareda, más polvareda,

caminante en busca de su destino.

Un paso y otro,

y más y más,

dejando atrás recuerdos

perdidos en ese mi ínclito camino,

en la senda sinuosa que se borra

si echo la vista atrás, amigo.

Más polvo en la cara,

más sed en el alma,

más aspereza en la lengua,

más incapacidad de explicar.

Me rodea, brumosa,

la sucia y reseca polvareda

mientras adelanto un nuevo paso

mirando el final en el horizonte,

e igual que yo, tú mismo,

avistando un camposanto vindicativo

de nombres y apellidos.

Pierdo palabras en el polvo,

dejo sentimientos en el recorrido

y me retuerzo a un lado y a otro,

con la vista clavada

en el camino, en mi camino,

el ya corto que me falta por recorrer,

el que no existía en un principio,

cuando la vida no tenía fin,

cuando la fuerza rebosaba por doquier,

cuando los ojos divisaban solamente

aquello que querían ver.

cuando la polvareda aún no existía,

cuando el camino no tenía fin.

Mas ahora, polvareda en el camino

y, ¡ay, polvareda!, ansias de seguir

pisándote y levantándote,

sin prisa y a pasitos cortos,

aunque sea para perderme en ti.

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