PARAFERNALIA

Ya se está acabando el cachondeo este de los mítines antes de las elecciones locales y de algunas comunidades. Por cierto, mítines a los que asisten siempre los seguidores de cada uno de los partidos, o sea, que mítines y gastos que podrían evitarse porque allí a nadie nuevo van a convencer. No obstante, bien parece que las elecciones sean generales al descubrir el afán que los líderes de los grandes partidos nacionales muestran por participar en cualquier tipo de acto. Debe de ser que los que se presentan a las elecciones de verdad no tienen nada que decir o puede que lo hiciesen tan mal, si se pusiesen a ello, que es necesario que el número uno venga a contar sus cuitas, sus promesas y hablar de los intereses de aquellas personas a las que prometen que van a defender dentro de cuatro días. Si hay un mitin o reunión o lo que sea que organice un partido, pongamos por ejemplo, para alcalde de un pueblo, allá va el candidato o la candidata de la comunidad, cuando no es el nacional que pasaba por allí, a explicar las cosas. No sé qué pinta allí. Que deje a cada cual lo suyo, que lo den los candidatos a alcalde y a concejales, son a ellos a quienes querríamos oír y saber qué van a hacer con nuestra ciudad. Y, en cualquier momento diferente, que celebre otro para la elección a presidente/a de la Comunidad. Entonces sí, allí ha de estar esa persona que quiere ganar junto con algunos de sus posibles diputados para contarnos los planes para la comunidad correspondiente. Pero nos lo mezclan todo hasta el punto que nadie sabe de qué va cada uno.

Aún más penoso es como las televisiones nacionales o regionales se empeñan en ofrecernos en cualquier de sus espacios dedicados estos días a las elecciones las intervenciones de Rajoy, Sánchez, Garzón, Iglesias, Rivera, etc., como si ellos se presentaran a algo. Y para más inri, en algunos programas, enfrentan a números uno a la alcaldía o a la comunidad de alguna de las grandes ciudades o comunidades españolas como si fuesen el súmmum de los posibles resultados electorales. No lo hacen con todos, solo con algunos. Les importa poco lo que pueda suceder en otros lugares, como si todos estuviesen cortados por la misma hechura, como si los problemas de Madrid, Uviéu, León o Badajoz fuesen los mismos que los de Cercedilla, Grau, La Robla o Villanueva de la Serena.

Entre unos y otros, lo único que demuestran es la falta total de confianza en la gente, a la que quieren aborregar porque así es más fácil de dirigir, intentando confundirla con promesas vanas que se difuminarán como el humo en invierno. Para contarnos lo que nos cuentan no es necesaria la parafernalia que se montan cada cuatro años porque, para su desgracia, la mayoría de los ciudadanos ha espabilado lo suficiente como para distinguir a unos de otros.

A seguir bien y disfruten siempre con la sonrisa en la cara, no la olviden.