viernes, 10 de junio de 2016

NUEVA CORRIDA...ELECTORAL


Ya ha comenzado la tarde de toros. Bastante larga, por cierto, quince días bregando con ellos. Todos a la arena a abarrotarla, hasta que no quepan en ella ni un par de alfileres. Y en los tendidos, bueno, no llega a tres cuartos de aficionados Hasta hoy, el ruedo estaba medio lleno, ya habían saltado a él infinidad de maletillas a dar unos pocos pases y afilar sus estoques de cara a la galería con cuatro o cinco novilladas. Ahora, cambio de tercio, es el turno de los primeros espadas con su séquito de subalternos incondicionales detrás que les echarán una mano en situaciones de riesgo colocándose ellos ante el toro protegiendo al diestro y aplaudirán al matador a rabiar, salga como salga la faena, como si les fuese la vida en ello. Tal vez la vida no, pero sí seguir comiendo la sopa boba durante otros cuatro años.

Una vez hecho el paseíllo, dado cuatro o cinco manoletinas y pases de pecho, pinchado en hueso otras tres o cuatro veces, sometido al juicio del respetable tras la lidia con sus contrincantes, se da por terminada la corrida electoral. Uno o más se llevarán, mientras, el trofeo en sus manos y un montón de hinchas fanáticos glosarán su figura mientras los sacan a hombros de la plaza.

Y el día 26 de noche comenzarán nuevamente a preparar la siguiente, que se desarrollará en el mismo albero al cabo de equis años, aunque aún se desconozca qué matadores conformarán el cartel.

¿Y qué hacemos aquellos a quienes no nos gustan estos espectáculos degradantes? Pues seguir quejándonos y denunciando tantos puyazos y rejones, tantas banderillas y tantos pinchazos, que nos dejan el cuerpo como el de un eccehomo, hasta que la estocada final nos envíe al cementerio de los pasotas. O esto o salir a la calle y mandarlos a todos a su casa.

 

Mientras lo piensan, no abandonen la sonrisa y disfruten del día.  

 

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