Ayer
fue jornada de reflexión de cara a las elecciones generales de hoy.
Aproveché
para ir a pescar. Bueno, es un decir, más bien a ver cómo las truchas me
llevaban la lombriz que ponía de cebo mientras, seguramente, se reían de mí a
escondidas debajo de una piedra, pero fue genial. Hoy puedo ir a votar con la
conciencia perfectamente tranquila. Resulta que durante las horas de reflexión
por el río no me acordé en absoluto de ninguno de los partidos políticos ni de
sus líderes para nada. Fue fantástico. Bien creí que iba a estar a todas horas
pensando en sus programas, en aquellos puntos que me pareciesen más votables y
cuáles no, pero es que las truchas pudieron con todos ellos. Bastante tuve con
intentar que una tragara el anzuelo, y no hubo manera. Así que de ello deduje
que era lo mismo que me sucedía a mí con el voto de hoy. Ninguno de esos cuatro
líderes “carismáticos” que nos atosigan en los medios contando siempre lo mismo
desde hace meses han logrado que yo mordiese el anzuelo. Por lo tanto, hoy
les doy las gracias de corazón a todas las truchas que ayer se me escaparon
porque me abrieron los ojos.
Que
ustedes disfruten del día, que ganen todos, como dicen siempre, y que la
sonrisa se adueñe de su cara a la vista de los resultados.
La reflexión no era el sábado, hay que hacerla hoy. Si en Valencia, Madrid y Cataluña, después de la gran corrupción y el affaire del ministro del interior, han mejorado los resultados del PP, ¿Qué país y qué paisanaje tenemos? Hoy me siento avergonzado de ser español.
ResponderEliminarDe todas formas, le agradezco a Vd. sus reflexiones que, en general, son muy de mi agrado.
Un iluso