Después
de haber leído distintos artículos y análisis sobre ese nuevo tratado que la UE
quiere firmar con los EEUU, a uno le quedan ganas de emigrar a lugares bien
lejos de la influencia de estos que nos gobiernan desde Bruselas. Si es verdad
lo que cuentan, los derechos sociales y la economía de millones de europeos se
van a ir al garete, mientras que en los distintos países que componen este
conglomerado a sus ciudadanos se les obvia y los mantienen ignorantes del todo sin
que nadie les explique las consecuencias
de ese hecho. No estaría de más que se abriera en cada estado (esto de estado,
país, nación o como coño se llame ya me ha superado, así que escribo lo que me
da la gana) un amplio debate sobre el tema y que incluso los ciudadanos de cada
uno tuviesen, posteriormente, la garantía de un referéndum en el que pudieran
decidir la conveniencia o no de una decisión de esas dimensiones. No obstante,
mucho me temo que los grandes poderes económicos no lo van a permitir, a fin de
cuentas ellos serán los grandes beneficiados del acuerdo y los próximos jefes y
dueños de los estados, países, naciones o como se llamen del mundo occidental y
que pondrán un muñeco revestido de falsa autoridad y libertad al frente de cada Gobierno
para hacer el paripé de cara a la opinión pública.
A
ver a dónde nos lleva todo esto.
Mientras,
sigan pendientes del “Brexit” del Reino Unido (o Desunido, según quien lo defina) y de la campaña electoral
española (más conocida ya, a la vista de lo visto, como camelo electoral) Ríanse un poco que, ya saben, no hay mal que
cien años dure.
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