La Agencia Europea del Medicamento no se ubicará en Barcelona. Lógico. Y hace ya una temporada que se sabía.¿O existía aún algún iluso que contase con ello? Se ha adjudicado a Ámsterdam. No sé de qué nos extrañamos. Andan en estos momentos los
políticos tirándose los trastos a la cabeza y echándose las culpas unos a
otros, con salvadas excepciones, como Ada Colau que, con su ambigüedad en este
y otros casos, no sabe hacia dónde tirar para consolidarse como política y se
la echa a los dos, no sé si para ella no tiznarse cuando en realidad queda
embadurnada de los pies a la cabeza por su falta de definición en el problema
catalán, yendo un día con unos y otro con los otros.
Desde hace más de un mes, supongo, todos
habrían sabido ya que la ubicación de esta Agencia podría ser cualquier ciudad
europea, excepto Barcelona. Resulta que
se marchaba de Gran Bretaña porque el Brexit hacía imposible que tal sede
estuviese en un país no perteneciente a la UE; así que ¿acaso alguien
confiaba en su instalación en una zona de Europa que estaba bajo la amenaza de
la secesión por parte de unos políticos alocados? Vamos, anda. Las
declaraciones que hacen los políticos españoles, todos, están
pensadas, escritas y estudiadas al dedillo desde el uno de octubre o incluso
desde finales de septiembre; o sea, que no nos hagan perder el tiempo con sus
palabras enconadas contra unos y contra otros, ni se nos muestren con las
vestiduras rasgadas ante esta decisión que se me antoja del todo normal. Lo que sí está claro es
que, a la vista de lo que hay, bien haría el Gobierno Español, cuando intente
atraer cualquier inversión, sede o lo que sea, institucional o empresarial, a España,
en abstenerse de proponer cualquier lugar de Cataluña o no vendrá nadie. ¿Cómo
para hacerlo está el patio? ¿A ver quién se atreve ante el riesgo que se corre?
Y es que tampoco están las cosas tan bien como para que España, que no se acaba en Cataluña, desaproveche cualquier oportunidad
o la pierda dada la situación
económica por la que atraviesamos. ¡Mira a ver tú si no habrá lugares adecuados en el resto del Estado!
Y para
acabar: ¿se imaginan cuáles serían las explicaciones de unos y de otros si Barcelona
llega a ser la agraciada con la Agencia Europea? ¡Quién los vería dar
explicaciones apuntándose el logro! No quiero ni pensarlo. Seguro que darían
para escribir tres best sellers: uno, desde Madrid, con tropecientas páginas;
otro, desde Bruselas (residencia actual del
huido del flequillo), con otras tropecientas; y el tercero, el de Ada
Colau, el más voluminoso, el doble de tropecientas páginas, porque se apuntará y
sumará a su favor los razonamientos del primero y del segundo.
Bueno, está bien por hoy. Voy a
disfrutar un poco de la mañana y a echarme unas sonrisas para alegrarla.
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