En España cambiamos de Presidente de
Gobierno. Una marea viva llamada moción de censura se llevó por delante a
Mariano Rajoy y nos dejó en su resaca a Pedro Sánchez. Si lo queréis como si no
lo queréis, en el Congreso lo votaron y sanseacabó. Prometió, porque prometer
es tan barato que resulta hasta gratis, como Suárez, que iba a cambiar no sé
cuántas cosas y que, al final, convocaría nuevas elecciones, a saber cuándo.
Supongo que tendrá las cosas bien atadas, ya que de lo contrario va a hallar
una oposición exacerbada entre los diputados y no te digo nada en el Senado,
donde el PP tiene mayoría absoluta.
Quiero creer que no les prometió nada a los
partidarios de la independencia catalana, como él aseveró y PdCat y ERC
repitieron. Pero… El tiempo, y no mucho, nos dirá cómo se responde al apoyo en
el congreso. El PNV no tiene ni que explicarse: siguen los presupuestos aprobados
anteriormente y se forran a cuenta de ellos. Los demás partidos ahora, es de
suponer, se estarán frotando las manos para calentarlas y acoger todo cuanto
les pueda caer en ellas, que el que no pide y chupa no mama. Menos Cs, el partido de la lucha contra la corrupción que sigue echando una mano a Rajoy, y PP, claro, aunque a ambos les dieron
munición suficiente a cuenta de los partidos que auxiliaron a Sánchez en su camino hacia la
Presidencia.
Lo que ayer y hoy vimos en el congreso de
los Diputados fue pura y meramente política, pero política maquiavélica, la que
lo único que busca es el poder por el poder. ¿El bien de España y los españoles? Permitan que lo dude, al menos de momento y según están las cosas.
No digo que el PP debiese seguir,
no, y menos aún después de la condena del Tribunal Supremo, por más que se
empeñen en retorcer los argumentos para engañar a la gente de este país y
declararse inocente de todo cuanto les afecta directamente. Tampoco me choca,
ni mucho ni nada, cómo el PSOE, el de no es no, hace unos días echaba sapos y
culebras por la boca contra el presupuesto, aprobado en ese mismo Congreso con su voto en contra, y hoy
habla de continuar con él por razones de Estado. Ja, me río: por razones de
apoyo del PNV que, si no, no lo votaría. Otro es Podemos que incluso se ofrece
voluntario para entrar en el futuro Gobierno a pesar de que tendría que tragar
los mismos presupuestos anteriores. Y los catalanes, que apoyan al PSOE, o más bien
refutan a Mariano, a pesar de haber defenestrado a Sánchez por haber avalado a
Rajoy y Rivera con el artículo 155, ahora esperan con entusiasmo que lo deroguen,
que saquen a los presos que ellos llaman políticos y que se les dé nuevamente
el control sobre el dinero de la Generalitat Catalana. Ahí es nada.
Falsedad tras falsedad. Unos y otros.
¿Alguien se cree que van a regenerar la clase política de este país los mismos
que la arrastraron por el lodo? No sé, cuesta trabajo hacerlo.
Mientras, sigan a lo suyo, que poco
o nada va a cambiar para los de a pie, y la sonrisa nos servirá para vivir y
tolerar estos y otros futuros momentos.
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