viernes, 17 de mayo de 2019

RESURRECCIÓN


Como si no fuese bastante pedirte
un beso esta mañana de primavera
para que mis entrañas metidas en años
rejuveneciesen nuevamente
y recobrasen el ritmo,
como ayer, como anteayer,
como siempre junto a ti,
yo, egoísta y atrevido, como tantas veces,
aún te pedí, perdido en tus ojos,
una caricia suave y etérea en mis mejillas
que alisase mis vetustas arrugas
labradas por el tiempo inclemente
con sanas alegrías y amarguras olvidadas.
Y aquí estoy de vuelta, al final de la tarde,
anhelando la llegada de otro día,
la resurrección de otra mañana,
para sentir tus labios y tus manos,
para recibir tus besos y tus caricias,
para seguir caminando,
como hasta hoy,
a tu lado.

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